El bloque independentista se prepara para formar Gobierno en Cataluña
Lograron la mayoría absoluta en las elecciones celebradas ayer domingo.
BARCELONA, ESPAÑA - Los partidos independentistas catalanes se preparan para formar Gobierno tras hacerse con la mayoría absoluta en las elecciones celebradas ayer domingo, a pesar de que los socialistas fueron el partido más votado en una región clave para la política española.
Las formaciones independentistas argumentan que sus votos suman más de la mitad de los sufragios emitidos este pasado domingo, mientras que el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) defiende que les corresponde gobernar al ser la fuerza más votada, empatados en escaños con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).
La mayoría absoluta está en 68 de los 135 escaños del Parlamento, en el que ERC tendrá 33, que sumados a los 32 de JxCat, formación impulsada por el expresidente catalán fugado a Bélgica Carles Puigdemont, y otros 9 de la independentista radical Candidatura de Unidad Popular (CUP)M, les permitirían gobernar con comodidad.
El nuevo Parlamento catalán tiene como máximo hasta el 12 de marzo para constituirse y desde esa fecha hasta el 26 de ese mes para elegir al presidente de Cataluña, primero por mayoría absoluta y si no se logra, por mayoría simple.
Los independentistas vetan a los socialistas
Para gobernar en Cataluña los republicanos de ERC cuentan con el resto de fuerzas independentistas. La portavoz de ERC, Marta Vilalta, defendió que el independentismo alcanza "el objetivo histórico de haber superado el 50 por ciento" de los votos y ensalzó a su candidato, Pere Aragonès, como nuevo presidente de la Generalitat, el Gobierno catalán.
“Un mensaje muy claro tanto al Estado español como a la comunidad internacional, que Cataluña quiere decidir su futuro y construir su propio Estado", subrayó.
Vilalta advirtió a los socialistas que les puede pasar como a Cs hace cuatro años, que ganaron pero sin apoyos suficientes para gobernar.
Excluyen a la ultraderecha
El candidato del PSC a la presidencia de Cataluña, Salvador Illa, se mostró abierto a contactar con todos menos con Vox, con el objetivo de dejar atrás el proceso independentista en Cataluña (noreste).
"Mi partido ha ganado las elecciones en Cataluña y me corresponde presentar candidatura”, subrayó, sin detallar qué posibles alianzas baraja.
El exministro de Sanidad era la apuesta del partido del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por recuperar terreno perdido en Cataluña frente al secesionismo y casi dobló los 17 escaños logrados en los anteriores comicios de 2017 por los socialistas.
Sánchez preside un Gobierno de coalición con la formación de izquierda Unidas Podemos, pero hasta ahora ha necesitado en el Parlamento español apoyos como los de ERC para sacar adelante materias clave como los Presupuestos estatales.
En Comú Podem abogó en cambio porque ERC levante su veto al PSC para formar un Ejecutivo de izquierdas, pero sin JxCat.
En el escenario irrumpe con fuerza la ultraderecha de Vox y se hunde el centroderecha de Ciudadanos (Cs) y Partido Popular.
Vox advirtió de que sea cual sea el próximo Gobierno catalán, ejercerá una "oposición total", al considerar que los resultados en Cataluña son "malos para España", por la victoria en votos del PSC y la mayoría del independentismo.
La dirección del PP busca por su parte que el peor resultado de su historia en Cataluña no dañe a su líder nacional, Pablo Casado, tratando de restar importancia al adelanto sin precedentes de Vox.
La líder nacional de Ciudadanos (liberales), Inés Arrimadas, asegura que no se plantea ni su dimisión ni tampoco el cese de ningún otro responsable del partido, aunque lo exigen voces críticas dentro del partido, tras pasar de ser la formación más votada hace cuatro años a colocarse como penúltima fuerza con apenas 6 escaños.
Las elecciones catalanas se celebraron entre medidas de bioseguridad ante la covid-19 y con una abstención récord, pues solo votaron el 53,5 por ciento de los electores, con un aumento sin precedentes del voto por correo, que se triplicó.
Los comicios contaron con la participación en la campaña electoral de líderes independentistas presos por delitos como secesión tras el referéndum y la declaración de independencia unilaterales de 2017, al concederles el Gobierno catalán un régimen de semilibertad, que hasta este lunes no fue recurrido por la Fiscalía.