Agentes del FBI asesinados en Florida serán homenajeados el fin de semana
Los servicios en honor a Laura Schwartzenberger y Daniel Alfin no estarán abiertos al público, a causa del Covid-19.
MIAMI - Los dos agentes del FBI que fueron asesinados el martes pasado cuando iban a hacer un allanamiento en un apartamento del sur de Florida por un caso de pornografía infantil serán homenajeados el fin de semana en el estadio Hard Rock, al norte de Miami.
Los servicios en honor a los agentes especiales Laura Schwartzenberger y Daniel Alfin no estarán abiertos al público, a causa del Covid-19, y solo podrán acudir las personas con invitación al estadio ubicado en Miami Gardens, al noroeste de Miami.
Según informa este viernes el diario Miami Herald, se espera que a las honras fúnebres acudan el director del FBI, Christopher Wray, y el fiscal general interino, Monty Wilkinson, entre otras autoridades federales y miembros de la agencia federal.
Los servicios para la agente Schwartzenberger, de 43 años, se celebrarán el sábado a las 2 de la tarde, mientras que los de Alfin, de 36 años, serán a partir de la misma hora, pero el domingo.
Se espera que en ambos casos compañeros de la agencia y de otras fuerzas de seguridad se sumen a una procesión rumbo al estadio.
Los dos agentes murieron cuando fueron a ejecutar una orden de allanamiento por una investigación de pornografía infantil la madrugada del martes en Sunrise, sur de Florida, en el que es un hecho que ha tenido un gran eco, pues desde 2008 no moría un agente del FBI en cumplimiento del deber.
Fueron emboscados por David Lee Huber, de 55 años y quien les disparó a través de la puerta con un rifle. En el hecho, otros tres agentes resultaron heridos y el propio atacante perdió la vida.
Huber, de 55 años, trabajó como ingeniero de sistemas y tenía a su nombre dos empresas de tecnología, Huber Computer Consulting y Computer Troubleshooters 0512 Inc.
Excompañeros de trabajo del atacante entrevistados por NBC6 dieron a conocer que llegaron a temer por su vida luego de que Huber fuera despedido tras una efusiva pelea que mantuvo con un colega.
El atacante, que había confesado que tomaba medicamentos porque sufría de bipolaridad y era maníaco-depresivo, había comentado en el pasado que poseía armas de fuego.