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Presidente de México dice que él y Trump son "amigos"

Entre simpatizantes y opositores, Andrés Manuel López Obrador estuvo de visita en la Casa Blanca.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump
Foto: EFE

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, llamó este miércoles "mi amigo" a su homólogo estadounidense, Donald Trump, quien aseguró que México "ha aprendido a no apostar en contra" de la buena relación entre los dos.

"Fallaron los pronósticos: no nos peleamos, somos amigos y vamos a seguir siendo amigos", afirmó López Obrador antes de cenar en la Casa Blanca con Trump.

"Vengo a esta cena, a la que me ha invitado mi amigo, el presidente Donald Trump, acompañado de empresarios" mexicanos, subrayó el mandatario.

López Obrador se pronunció así poco después de que Trump afirmara que los dos han tenido "una gran relación desde el principio, contra todos los pronósticos".

"Han aprendido a no apostar en nuestra contra. Creo que eso en México lo han aprendido", aseguró el presidente estadounidense.

Los dos hablaron ante una audiencia compuesta por representantes gubernamentales y empresarios de ambos países, antes de una cena destinada a celebrar la entrada en vigor este mes del tratado comercial renegociado T-MEC entre EE.UU., México y Canadá.

"Somos países, somos pueblos vecinos, hermanos, que queremos mantener buenas relaciones en lo económico, en lo comercial, en lo social, en lo cultural. Y ese es el propósito de esta visita. Es el comienzo de una etapa nueva", recalcó López Obrador.

Por su parte, Trump dijo que la cena cerraba "un día productivo de encuentros y una visita excepcional, en la que se han hecho tremendos avances para los dos países".

"A su gran presidente, quiero decirle que ha sido un profundo privilegio tenerle hoy aquí, y un profundo privilegio tenerle como mi amigo", agregó Trump.

A la cena asistieron doce empresarios estadounidenses, entre ellos los presidentes de las compañías petroleras Shell y Cabot, directivos de las automovilísticas Ford y General Motors, y los presidentes de empresas tan importantes como Intel, Fedex, UPS, Lockheed Martin y Blackstone.

Por el lado de México, acudieron el multimillonario Carlos Slim, Patricia Armendáriz Guerra (Financiera Sustentable), Carlos Bremer Gutiérrez (Grupo Financiero Value), Daniel Chávez Morán (Grupo Vidanta) y Bernardo Gómez Martínez (Grupo Televisa).

Completaron la lista Francisco González Sánchez (Grupo Multimedios), Carlos Hank González (Grupo Financiero Banorte), Miguel Rincón Arredondo (Bio Pappel), Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas), Marcos Shabot Zonana (Arquitectura y Construcción) y Olegario Vázquez Aldir (Grupo Empresarial Ángeles).

Dentro de la delegación estadounidense estuvo también el yerno de Trump, Jared Kushner, que ha ocupado un papel crucial en la relación con México y la renegociación del T-MEC; y el principal arquitecto de la política migratoria del mandatario, Stephen Miller, conocido por su línea dura contra los migrantes.

LA LLEGADA A LA CASA BLANCA

Sin detractores a la vista durante su ingreso a la Casa Blanca, López Obrador fue arropado por los suyos.

Algunos estuvieron dispuestos a viajar horas y superar los inconvenientes de trasladarse en mitad de una pandemia, con tal de acompañarlo en su primera jornada en la capital estadounidense.

Una de ellas fue Elizabeth Lerista, residente de Ciudad de México y a quien la COVID-19 obligó a permanecer en Nueva York, adonde llegó para visitar a sus hijos.

Después de un trayecto de más de cuatro horas en autobús desde la Gran Manzana, más otros 40 minutos a pie en Washington, ella y su hijo arribaron a la Casa Blanca con sus tapabocas decorados con expresiones del gobernante.

"Es su primera visita fuera del país, y yo lo amo, lo apoyo, yo voté por él", declaró emocionada a Efe Elizabeth, quien lucía una mascarilla con la frase "amor con amor se paga".

Su decisión de acompañar a López Obrador, argumentó, es para "que los medios que le tiran (critican al presidente), se den cuenta de que realmente el pueblo lo sigue apoyando".

Junto a esta mujer, su hijo exhibía en su tapabocas "Me canso, ganso", que los mexicanos usan cuando están seguros de lograr algo y que era casi un mantra en varios de los carteles de los presentes.

"QUE PIDA RESPETO"

También a la espera del mandatario permanecía Gabriel Hernández, quien manejó cuatro horas desde Jersey City, en el estado de Nueva Jersey, junto a su familia.

De pocas palabras y pese a admitir que no votó por él, este mexicano que, desde hace dos décadas reside en Estados Unidos, aseguró que le gusta "cómo se expresa" López Obrador, su forma de apoyar a la gente y su lucha contra la corrupción.

Sobre la reunión, dijo esperar que "salga todo positivo" y que su gobernante hable por los mexicanos que están en este país desde hace mucho tiempo.

"Primero que pida respeto, yo creo, a todos, por todo los que estamos (en EE.UU.), porque (Trump) ha hablado un poco mal de los mexicanos precisamente, y lamentablemente está equivocado porque nosotros hemos venido a luchar, a trabajar honestamente y tratar de sacar nuestra familia adelante", afirmó Gabriel, en cuyo cobertor negro sobresalía en blanco la foto del mandatario.

OPOSITORES, PRESENTES

Los críticos también acudieron a las proximidades de la Casa Blanca durante el encuentro de ambos presidentes para rechazar el comunismo, doctrina cuestionada por el inquilino de la Casa Blanca y del que dicen que es seguidor el mexicano, como integrante del Foro de Sao Paulo.

"Ya están viendo todos los ciudadanos de clase media, empresarial, campesinos, adónde nos quiere llevar este Gobierno de la Cuarta Transformación", advirtió Gilberto Zamudio, coordinador general en EE.UU. del movimiento Frente Nacional AntiAMLO (FRENA), creado hace cuatro meses.

Zamudio expresó su esperanza de que, durante la cita con Trump, el jefe de Estado mexicano recibiera un toque de atención, al considerar que está espantando la inversión extranjera de México.

Los detractores de López Obrador, también carteles en mano, exhibían mensajes en inglés con preguntas como: "¿Estamos preparados para un vecino comunista?".