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La corrupción aumentó el año pasado en América Latina

La corrupción aumentó el año pasado en America Latina, según el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) de la ONG Transparencia Internacional, que otorgó la mejor nota de la región a Uruguay y la peor a Venezuela.

El ránking, que a nivel mundial pone a Nueva Zelanda y Dinamarca como los países menos corruptos y a Somalia como el que más, evidencia que sólo dos de los 19 países latinoamericanos aprobaron -al obtener más de 50 puntos de un máximo de cien- y que once empeoraron sus datos con respecto al año pasado.

Tras Uruguay, que sumó 71 puntos y quedó en la posición 21ª de la clasificación general, se colocó Chile (24ª posición, 66 puntos), seguido de Costa Rica (41ª, 58 puntos), Cuba (60ª, 47 puntos), Brasil (79ª, 40 puntos) y Panamá (87ª, 38 puntos).

En el extremo contrario, cierran la tabla latinoamericana Venezuela (166ª posición, 17 puntos), Haití (159ª, 20 puntos), Guatemala (136ª, 28 puntos) y Paraguay, México y Honduras, compartiendo la 123ª posición, 30 puntos.

En medio quedan Colombia (90ª posición, 37 puntos), Argentina (95ª, 36 puntos), El Salvador (95ª, con 36 puntos), Perú (101ª, 35 puntos), Bolivia (113ª, 33 puntos), República Dominicana (120ª, 31 puntos) y Ecuador (120ª, 31 puntos).

Alejandro Salas, director de TI para las Américas, lamentó en declaraciones a Efe la caída general de los resultados de América Latina y destacó la evolución de cuatro países: México y Chile, por su comportamiento negativo, y Argentina y Brasil, por sus avances.

El caso de México 'sorprende' no tanto por la caída como por su magnitud, indicó Salas, que señaló que sus resultados se explican por 'la combinación de tres factores'.

En el país se suman 'uno tras otro' sonoros escándalos, como el de 'la casa blanca', los 'estudiantes de Iguala' o 'el gobernador de Veracruz'; faltan avances en las reformas del presidente Enrique Peña Nieto para combatir la corrupción; y la justicia, que 'casi no castiga a nadie', resulta ineficaz.

Chile, apuntó el director de TI para las Américas, sigue siendo un referente de transparencia para la región, pero sus datos empeoraron el año pasado, lo que es 'una mala noticia para todos' por haber sido durante año un 'ejemplo'.

Su caída se explica por los 'casos simbólicos' de 'escándalos relacionados con la familia' de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, y otros de 'financiamiento' de partidos por parte de 'grupos muy poderosos'.

Argentina destacó por mejorar sus resultados en cuatro puntos, el mayor avance de la región, señaló Salas.

A su juicio, es una 'noticia positiva' la evolución de un país enclavado en la parte baja del ránking tras un década con los Kirchner, gobierno 'muy cuestionados' por el 'populismo', la 'corrupción', las 'prebendas y el amiguismo'.

A su juicio, el cambio está relacionado con la llegada a la presidencia de Mauricio Macri, algo que 'no es cuestión ideológica', sino el reflejo de una 'nueva agenda, más realista' y de la puesta en marcha de medidas impopulares, pero 'que al país le hacían tanta falta'.

Brasil, 'que venía cayendo sistemáticamente desde 2012', también experimentó una 'pequeña mejora' que se puede explicar por el 'muy buen trabajo' de fiscales, policías y jueces para investigar los grandes casos de corrupción del país, como Petrobras o Odebrecht, y acabar con la sensación de impunidad previa.

En el ránking global los mejores clasificados fueron Dinamarca y Nueva Zelanda, con 90 puntos, seguidos por Finlandia (89), Suecia (88), Suiza (86), Noruega (85), Singapur (84), Holanda (83) y Canadá (82).

En el vagón de cola, junto a Somalia (10 puntos), están Sudán del Sur (11), Corea del Norte (12), Siria (13), Yemen (14), Sudán (14), Libia (14) y Afganistán (15).

EE.UU., por su parte, alcanza la posición 18ª con 74 puntos; Francia, la 23ª, con 69; España, la 41ª, con 58; China, la 79ª con 40 puntos, empatada con India; y Rusia queda relegada a la 131ª posición, con 29 puntos.

TI destacó en un comunicado la amenaza de los populismos, que medran en el 'círculo vicioso' de la corrupción sistémica y la desigualdad económica y social.

Cuando los populistas, como el recién elegido presidente de EE.UU., Donald Trump, ponen en práctica sus promesas empiezan a 'destruir o manipular' las instituciones democráticas, a 'debilitar' las estructuras que ejercen de contrapesos en los Estados.

'Nosotros hemos comprobado que cuanto más débiles son las instituciones mayor es la corrupción. Y los populistas debilitan las instituciones', advirtió Salas.

Muñeco del juez Sergio Moro, del operativo 'Lava-Jato' que ha llevado empresarios y políticos a la cárcel en Brasil. (EFE)
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