Madres de Plaza de Mayo convierten su vuelta 2,000 en reclamo anti Macri
En un multitudinario acto, cargado de críticas al Gobierno de Mauricio Macri y a la situación económica del país, las Madres de Plaza de Mayo dieron hoy la vuelta 2,000 al ágora que les da nombre, una acción que realizan desde 1977 en busca de justicia para las víctimas de la dictadura argentina (1976-1983).
Debido a la aglomeración que colapsó esta tarde la Plaza de Mayo, las Madres tuvieron que subirse a una furgoneta para completar el recorrido que realizan cada jueves a pie para pedir 'memoria, verdad y justicia' y recordar a las 30,000 personas que, según calculan los organismos de derechos humanos, fueron desaparecidas durante la última dictadura.
Miles de personas y agrupaciones políticas y sindicales acompañaron a las activistas por la plaza entre gritos de '30.000 compañeros detenidos desaparecidos, presentes' o 'Macri, basura, vos sos la dictadura' y pancartas que rezaban 'En defensa de la democracia, ni un paso atrás'.
Después de completar el circuito, la presidenta de la asociación, Hebe de Bonafini, se subió al escenario central y convirtió su discurso en un reclamo contra la gestión del actual presidente argentino y en un alegato en defensa de los gobiernos kirchneristas.
'Esta patria, nuestra patria, le debe a los desaparecidos una reivindicación. Vamos a tener que llenar muchísimas plazas para reivindicarlos porque hay que tapar tanta mierda que los quiere denunciar como otra cosa', sostuvo la histórica dirigente, antes de anunciar que volverán a marchar contra el actual Ejecutivo.
La dirigente recordó que cuando asumió el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) pararon de hacer las marchas contra el Gobierno porque en la Casa Rosada habían encontrado a un 'hijo' suyo, y añadió que, desde los últimos ocho meses, en ese mismo lugar, tienen un 'enemigo'.
'El 26 y 27 retomamos las marchas de la resistencia', clamó la dirigente ante una multitud de seguidores que corearon 'vamos a volver', un canto que se popularizó cuando la victoria del actual presidente argentino, Mauricio Macri, dejó fuera del poder al kirchnerismo por primera vez en doce años.
'Néstor (Kirchner) y Cristina (Fernández) nos dieron 12 años de gran felicidad. Yo escribí en el 81 una carta que decía que un hijo nuestro iba a ocupar el sillón de la Casa Rosada, y lo ocuparon Néstor y Cristina, ellos son nuestros hijos', aseguró la activista, de 87 años y afín declarada al kirchnerismo.
La ronda comenzó con retraso porque Fernández (2007-2015) visitó la sede de la asociación horas antes de la histórica cita: 'Hoy nos visitó Cristina, estuvimos casi dos horas con ella porque ella es también nuestra hija', añadió de Bonafini.
'Nuestros hijos fueron revolucionaros de la vida, la historia y de la humanidad', zanjó la titular de la asociación, quien se ha visto salpicada por una causa judicial que investiga presuntos desvíos de fondos en un plan estatal de viviendas sociales que fue asignado por el Gobierno de Fernández a una fundación de las Madres de Plaza de Mayo.
'Me planté', sostuvo sarcástica la activista en referencia al conflicto que se generó en las últimas semanas, cuando faltó por segunda vez a la cita indagatoria por esa causa, lo que obligó al juez a desplazarse hasta la sede de las Madres.
Allí, se negó de nuevo a declarar.
De Bonafini también recordó emocionada su lucha en defensa de los derechos de las víctimas de la dictadura: 'Es pesado llevar encima de uno tantos hijos, pero es tan hermoso, tan increíble y tan único...', describió.
'Los 30,000 desaparecidos, los 15,000 fusilados, los 8,900 presos, pasaron a ser nuestros hijos. No hay en el mundo otras mujeres que como nosotras puedan nuestro corazón y en nuestro cuerpo llevar tanta responsabilidad por tantos hijos que amamos que queremos y que seguimos defendiendo', dijo.
Las marchas de estas mujeres comenzaron en abril de 1977, cuando un grupo de 14 madres de desaparecidos se reunió en la Plaza de Mayo: pedían una audiencia con el entonces presidente de facto, Jorge Rafael Videla, para saber dónde se encontraban sus hijos.
Sin embargo, la dictadura había establecido el estado de sitio y prohibía las congregaciones de tres o más personas en la vía pública, por lo que efectivos policiales impidieron a aquellas mujeres permanecer de pie e inmóviles en ese espacio, frente a la entrada de la Casa de Gobierno.
En respuesta, las Madres comenzaron a dar vueltas por parejas alrededor de la pirámide blanca que se ubica en el centro de la plaza y que, desde entonces, se ha convertido en un icono para los argentinos de la lucha no violenta contra la dictadura.
Ese simbólico gesto se repite cada semana desde hace cuatro décadas como forma de reclamar 'memoria, verdad y justicia' por los 30.000 desaparecidos en dictadura.