Orlando, refugio de boricuas que escapan de la violencia, vive el peor ataque con armas de fuego
Orlando (EE.UU.) - De la mano de un veinteañero armado con un fusil de asalto y una pistola, Orlando dejó de ser un paraíso de la diversión infantil para convertirse en el escenario de la peor matanza de la historia de EE.UU., con el agravante de que el blanco fue la comunidad LGTB.
Este 'acto de terrorismo y odio', según el presidente estadounidense, Barack Obama, dejó 50 muertos y 53 heridos en la discoteca Pulse, donde unas 300 personas se habían congregado este sábado para pasarla bien en una Noche Latina.
Un hombre, identificado como Omar Seddique Mateen, un estadounidense de origen afgano que aun no había cumplido 30 años y que según algunas fuentes había jurado lealtad al Estado Islámico (EI), sembró de cadáveres la discoteca antes de caer el mismo víctima de las balas de los policías que irrumpieron en el local.
Poco más de doce horas después de que el club de la comunidad gay se transformara en un infierno, la ciudad, el principal destino turístico de EE.UU., repleta de parques de atracciones, hoteles y centros comerciales para turistas, cambió de cara y se puso de luto.
El puertorriqueño Emanuel Burgos, de 29 años y estudiante de finanzas, tenía varios amigos que trabajaban en Pulse y desconoce que les ha pasado, pues no ha logrado comunicarse.
'Este es un lugar normalmente seguro, todo el mundo es aceptado, y anoche era la noche latina, por lo que muchos jóvenes hispanos de la comunidad LGBT estaban ahí. Como puertorriqueño y latino me siento muy afectado por la situación, porque en ese bar trabajan muchos amigos míos y de hecho mi novia y yo lo visitamos con frecuencia', dijo Burgos a Efe.
Según Burgos, 'es un lugar tranquilo donde la gente va divertirse y don todos son aceptados, sin importar raza y condición. En una ciudad segura como Orlando, es inaceptable que esto ocurra.'
Una bailarina del local, también de Puerto Rico, de 23 años y que pidió ser identificada solo como Michelle declaró: 'estoy impactada, aun tiemblo, había personas por todos lados, no se ni como pude salir, se escuchaban muchos tiros, como fuegos artificiales. Lo único que pensaba que si estoy con mi novia estoy bien'.
Xavier Méndez, un peluquero que vino a donar sangre a las afueras del hospital, confió en que 'una tragedia así no se vuelva a repetir'.
'Apenas hace un mes que llegué desde Puerto Rico, con mis dos hijos, huyéndole a la violencia. Pero parece que nos tenemos que seguir acostumbrando a la violencia de armas', subrayó.
El senador demócrata por Florida Bill Nelson, uno de los muchos políticos llegados a Orlando en las últimas horas, lamentó que en esta ciudad ocurrieran en un mismo fin de semana dos hechos de violencia perpetrados por hombres armados y defendió la necesidad de una mayor regulación en el uso de armas.
El pasado viernes, Kevin James Loibl, un joven de 27 años, de Saint Petersburg, acudió al teatro The Plaza Live, en Orlando, y disparó contra la cantante Christina Grimmie, conocida por su participación en 'The Voice', quien murió el sábado a causa de las heridas de bala.
La joven se hallaba firmando autógrafos a sus seguidores, tras ofrecer un concierto en esta sala junto a la banda Before You Exit, cuando fue alcanzada por los disparos.
'No nos deberían hacer pensar estos dos hechos', se preguntó el senador.
Las autoridades municipales de turismo han publicado una foto en Twitter con la etiqueta WeareOrlando (somos Orlando), en la que se ve una imagen de la ciudad con dos manos pintadas con los colores de la comunidad LGTB.
Considerada la capital mundial del parque temático, Orlando batió su propio récord en 2015: 66.1 millones de turistas. La cifra significa un aumento del 5.5 % en relación al año anterior y más del doble en comparación con los 32.4 millones de hace veinte años. Es el destino más visitado del país, según la oficina de turismo Visit Orlando. Para acoger a estos turistas, Orlando tenía el año pasado 117,000 habitaciones de hotel, que estuvieron ocupadas en una cifra récord de 33 millones en 2015.