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Qué busca Barack Obama en Cuba? (análisis)

La Habana - Barack Obama tiene la convicción de que es posible un arreglo definitivo con Cuba. ¿Cuándo? Pocos se atreven a aventurar respuesta.

El exsenador por Illinois sabe que la tarea es lenta y paciente. Requiere capacidad de dialogar, transigir y negociar con cabeza fría.

Pero sobre todo audacia. Y él la tiene.

Por eso el Air Force One aterrizará en el aeropuerto José Martí hoy para una visita oficial lunes y martes. Por su escalerilla descenderá el primer jefe de la Casa Blanca en visitar Cuba en casi 90 años.

La 'Bestia' (el Cadillac presidencial) rodará por algunas de las recién pavimentadas avenidas de esta capital.

La visita de dos días está enmarcada en el histórico deshielo iniciado por ambos países en diciembre de 2014, tras más de medio siglo de ruptura y hostilidades ideológicas.

Se trata de uno de los puntos culminantes en la normalización de relaciones entre Washington y La Habana. La visita podría ser una señal firme de una nueva relación. Pero queda mucho camino por

recorrer.

En la antesala del nuevo encuentro, Obama y Castro han mostrado disposición para llevar a feliz término, o al menos enrutar en forma irreversible, la reconciliación entre dos viejos enemigos.

Al gobernante estadounidense se le dará una 'respetuosa bienvenida', dijo el diario Granma, del Partido Comunista, pero descartó que Cuba

cambiará su régimen socialista por sus nuevos nexos con el otrora 'enemigo imperialista'.

Castro ha señalado que este complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales avanza sobre el único terreno posible y justo: 'el respeto, la igualdad, la reciprocidad y el reconocimiento de la legitimidad de nuestro gobierno'.

Qué busca Barack Obama con su viaje a Cuba?

Obama quiere acelerar la política de acercamiento entre La Habana y Washington y el ritmo de los cambios de Castro, cuya clave reformista es 'sin pausas, pero sin prisas'.

Y hacer irreversible el acercamiento a la isla por parte de quien sea el nuevo ocupante de la Casa Blanca.

Al respecto, los críticos del acercamiento creen que el presidente debería traer un mensaje claro hacia la necesidad de que facilite una transición a una sociedad abierta, moderna, democrática y próspera de

mercado.

La reconciliación no será tarea fácil. Un profundo abismo ideológico de más de medio siglo no se cierra de un plumazo. Por delante quedan muchos escollos objetivos y anacrónicas resistencias de quienes viven

en el pasado, a uno y otro lado del estrecho de Florida.

Cuáles son esos desafíos o cuentas pendientes en este escenario?

Un embargo económico y comercial de más de medio siglo; el 'usurpado' territorio de la base naval de Guantánamo; millonarias compensaciones por daños del bloqueo y nacionalizaciones exigidas por uno y otro bando y la política de migración.

Cuba pide, además, que Estados Unidos cierre radio y televisión Martí, autorice el uso del dólar, los viajes de todos los norteamericanos y apruebe inversiones millonarias con empresas del Estado, que controla el 80 por ciento de la economía.

Estados Unidos enfatiza su demanda de garantizar la democracia y derechos humanos, uno de los temas más espinosos y que desató una clamorosa retórica entre la Casa Blanca y el Palacio de la Revolución

desde que Fidel Castro llegó al poder en enero de 1959.

Detrás de este viaje presidencial hay también un inevitable trasfondo económico. Inversionistas europeos, asiáticos y latinoamericanos pugnan por conseguir ventajosos acuerdos con La Habana antes que sus rivales estadounidenses.

Todos tratan de adelantarse a Estados Unidos, un atractivo mercado natural a 90 millas de las costas cubanas. Con todo lo que puede necesitar la frágil economía de la isla para ponerse a flote.

Antes de llegar Obama, Cuba y la Unión Europea firmaron un acuerdo para una nueva era de diálogo político y cooperación. Culminaron así dos años de negociaciones para normalizar su relación bilateral y

sepultar a la llamada 'Posición Común'.

Estados Unidos y sus aliados-competidores conocen que la economía isleña arrastra todavía una crónicas crisis, evidente en sectores como la agricultura y la actividad empresarial. O en las previsiones de

crecimiento de 2016 de solo un 2.0 por ciento de su Producto Interno Bruto.

Tras la reapertura de embajadas en ambas capitales, por la isla caribeña han desfilado decenas de autoridades, políticos, artistas y empresarios de Estados Unidos. Estos últimos esperan el fin del

embargo económico pues Cuba necesita con urgencia capital y tecnología de punta para la reconversión del obsoleto e improductivo parque industrial.

Los últimos en anunciar planes postembargo son AT&T, Starwood Hotels <><><><><> Resorts Worldwide y Marriott International, tres grandes compañias de Estados Unidos./p

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Los asesores de Castro sostienen que se necesitan al menos 2,500 millones de dólares en inversión extranjera directa para estabilizar una tasa de acumulación de entre 20 y 25 por ciento y alcanzar una tasa de crecimiento estable superior a 5.0 por ciento./p

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Sin duda, a Obama, que concluye su mandato en enero de 2017, y Raúl Castro, quien anunció su retiro de la jefatura de los Consejos de Estado y de Ministros en 2018, les urge aprovechar el tiempo./p

Banderas de Estados Unidos y Cuba sobre un hotel con el El Capitolio Nacional de La Habana de fondo. (EFE)
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