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El Mardi Gras abre paso al goce entre el barullo político de Haití (vídeo y galería)
El Mardi Gras abre paso al goce entre el...
El Mardi Gras abre paso al goce entre el...
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Gente subía y bajaba entre plataformas de maderas erigidas por aquellos con el acceso -y el dinero- para ver la fiesta en ellas. (Juan R. Costa / NotiCel)
Una decena de hombres y pequeños pintados con una grasa negra simulando ser entes directos del infierno. (Juan R. Costa / NotiCel)
Abrían el camino cargando un muerto (de embuste, por supuesto), danzando y gritando. (Juan R. Costa / NotiCel)
El desfile inició a las cinco de la tarde y se extendió hasta horas de la noche.
El látigo sonaba como un tiro, espantando las malas vibras con cada detonación. (Juan R. Costa / NotiCel)
"Por siempre Haití". (Juan R. Costa / NotiCel)
Ra-ra, bandas de música que acompañan cualquier procesión. (Juan R. Costa / NotiCel)
Destellos de color y voluminosas vestimentas que festejaban la nacionalidad provocaron la ovación del público. (Juan R. Costa / NotiCel)
Me recordó las Fiestas de la Calle San Sebastián. (Juan R. Costa / NotiCel)
Un músico se da cuenta de mi presencia. Pero en Mardi Gras la ciudad se deja retratar. (Juan R. Costa / NotiCel)
Tras una hora y pico, comenzó a caer la noche, y nuevamente la alarma se activó. Recordé los innumerables avisos: "no salgas de noche, no es seguro". (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Gente subía y bajaba entre plataformas de maderas erigidas por aquellos con el acceso -y el dinero- para ver la fiesta en ellas. (Juan R. Costa / NotiCel)
Una decena de hombres y pequeños pintados con una grasa negra simulando ser entes directos del infierno. (Juan R. Costa / NotiCel)
Abrían el camino cargando un muerto (de embuste, por supuesto), danzando y gritando. (Juan R. Costa / NotiCel)
El desfile inició a las cinco de la tarde y se extendió hasta horas de la noche.
El látigo sonaba como un tiro, espantando las malas vibras con cada detonación. (Juan R. Costa / NotiCel)
"Por siempre Haití". (Juan R. Costa / NotiCel)
Ra-ra, bandas de música que acompañan cualquier procesión. (Juan R. Costa / NotiCel)
Destellos de color y voluminosas vestimentas que festejaban la nacionalidad provocaron la ovación del público. (Juan R. Costa / NotiCel)
Me recordó las Fiestas de la Calle San Sebastián. (Juan R. Costa / NotiCel)
Un músico se da cuenta de mi presencia. Pero en Mardi Gras la ciudad se deja retratar. (Juan R. Costa / NotiCel)
Tras una hora y pico, comenzó a caer la noche, y nuevamente la alarma se activó. Recordé los innumerables avisos: "no salgas de noche, no es seguro". (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Principal camino dentro del Gran Cementerio. (Juan R. Costa / NotiCel)
Gente subía y bajaba entre plataformas de maderas erigidas por aquellos con el acceso -y el dinero- para ver la fiesta en ellas. (Juan R. Costa / NotiCel)
Una decena de hombres y pequeños pintados con una grasa negra simulando ser entes directos del infierno. (Juan R. Costa / NotiCel)
Abrían el camino cargando un muerto (de embuste, por supuesto), danzando y gritando. (Juan R. Costa / NotiCel)
El desfile inició a las cinco de la tarde y se extendió hasta horas de la noche.
El látigo sonaba como un tiro, espantando las malas vibras con cada detonación. (Juan R. Costa / NotiCel)
"Por siempre Haití". (Juan R. Costa / NotiCel)
Ra-ra, bandas de música que acompañan cualquier procesión. (Juan R. Costa / NotiCel)
Destellos de color y voluminosas vestimentas que festejaban la nacionalidad provocaron la ovación del público. (Juan R. Costa / NotiCel)
Me recordó las Fiestas de la Calle San Sebastián. (Juan R. Costa / NotiCel)
Un músico se da cuenta de mi presencia. Pero en Mardi Gras la ciudad se deja retratar. (Juan R. Costa / NotiCel)
Tras una hora y pico, comenzó a caer la noche, y nuevamente la alarma se activó. Recordé los innumerables avisos: "no salgas de noche, no es seguro". (Juan R. Costa / NotiCel)