El horror de estar en Bataclan en medio del ataque
Gabriel estaba en la Sala de Festivales Bataclan cuando empezaron los tiros. El joven de 26 años, camarógrafo de la televisión francesa, asistía al concierto en esa sala de París con su mejor amigo. Al principio, vacilaron, no estaban seguros que fueran disparos. Pero la gente comenzó a caer, hasta que fue su amigo, herido en la barriga, quien cayó encima suyo, muerto.
Todo sucedió muy rápido. Las bombas estallaron de los cinturones, los disparos persistieron. De un lado, Gabriel cargaban con el peso de su amigo inmóvil, del otro, un desconocido, herido, temblaba mucho. Gabriel lo aguantó, le indicó que no se moviera.
'Pasaron por el lado de ellos los terroristas, que estaban acabando con los que se movían. Se quedaron callados. Luego hubo una oscuridad total', todo lo cuenta el profesor universitario retirado Roberto Villanúa, residente en Puerto Rico y tío de Gabriel, quien sobrevivió los atentados coordinados del viernes en la noche en París.
La noticia sacudió al mundo. Una serie de ataques terroristas impactaron varios sitios del corazón de París, entre ellos, la Sala de Festivales Bataclan en medio de un concierto, un estadio deportivo, y tres calles parisinas.
El saldo de 127 muertos y 180 heridos provocó que se declarara estado de emergencia en el país, que cerró sus fronteras y doblegó la presencia militar. El presidente francés François Hollande consideró el acto 'un acto de guerra contra Francia', y ya envió su primer ataque aéreo al Estado Islámico radicado en Siria.
El cónsul de Francia en Puerto Rico, Antoine de Marsily, recalca que la respuesta 'implacable' anunciada por el Gobierno debe ir acompañada de una profunda reflexión. Por un lado, la respuesta militar son acciones a corto plazo para 'ayudar a prevenir otro ataque del mismo grupo de terroristas, por si existe un segundo equipo para crear aún más caos'. A su vez, los servicios de inteligencia y la Policía del país tendrá que evaluar 'cómo han podido pasar por debajo de sus radares… un esfuerzo bien coordinado', dice en entrevista con NotiCel.
Sin embargo, junto a todo ese 'arsenal judiciario', como lo llama, el Estado debe también plantearse estrategias para disuadir a jóvenes franceses que militen en las filas del Estado Islámico, dice.
'Antes de que sucediera el atentado la pregunta no era si iba a suceder, sino cuándo. Nadie está sorprendido por lo que sucedió. Se sabía que había muchos jóvenes franceses de los suburbios que habían ido a Siria a combatir con el Estado Islámico… Tiene que ser también una reflexión para evitar que franceses vayan a pelear en Siria o para asegurarnos que no se adhieran a las ideologías bárbaras del Estado Islámico', manifiesta el cónsul.
Gabriel, de nacionalidad francesa, pudo sobrevivir el horror. Luego de hacerse el muerto y que se despejara el área, entraron militares de carrera que le suministraron oxígeno y lo sacaron del sitio. Detrás quedaron los otros, muertos.
'[Gabriel] estaba en shock, completamente desubicado por tanta sangre que tenía encima y alrededor... su amigo estaba muerto, se dio cuenta porque no se movía nada, [los terroristas] estaban circulando por ahí y seguían los tiros, hablaban en árabe y francés... Murieron un montón de jóvenes inocentes', lamenta Villanúa, ahora fotógrafo de Andanza, antes profesor de francés en la Universidad de Puerto Rico.
Para Villanúa, la respuesta del Gobierno ha sido 'eficiente', al cerrar las fronteras y doblegar la seguridad. Sin embargo, también clama por un análisis 'profundo y no superficial' acerca de las potencias que dominan el mundo, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, y su parte de 'no inocencia en todo esto'.
'Se tiran bombas por todo el mundo, pero como aquello está lejos… queda allá. Pero allá no es el infierno. Son gente como nosotros, profesionales, artistas, todos. Esto despierta nuestra apatía en cuanto al racismo, los prejuicios…', manifiesta el hombre.
También el viernes, un atentado terrorista liquidó decenas de vidas en el Líbano. Y durante meses, la vida cotidiana de los ciudadanos de Siria ha estado surcada por el sonido de las bombas, los disparos y los atentados que impiden la estabilidad del país.
Francia carga con un pasado colonialista - la última colonia se liberó en el 1962 y fue Argelia -, y en ella habita una vasta población de miembros de la comunidad islámica que en gran medida pueden sentirse discriminados y generar odio hacia el país secular. Además, Francia ha estado muy activa en la guerra contra Al Qaeda con su operación en Mali, en la guerra de Libia contra Muamma Gaddafi, y cuenta con militares en Siria armados contra el Estado Islámico.
A pesar de que estas no son justificaciones para el exterminio de vidas civiles, sí son posibles causas que brinda De Marsily para explicar por qué el país se convierte en flanco principal de ataques del Estado Islámico que ya advirtió que la masacre de anoche es solo el inicio. 'Con la guerra que está ahora mismo en Mali y Siria, se cristaliza un poco más los deseos de atacar un país que para ellos se ven como enemigos de esa ideología radical', dice De Marsily.
El impacto primario del atentado terrorista repercutirá en la vida cotidiana. Cerrar las fronteras, dentro del acuerdo de la Unión Europea, solo puede ser una reacción a corto plazo. Pero en las calles serán por el momento, testigos diarios del control y la vigilancia militar. 'Habrá limitaciones en manifestaciones públicas, más procesos administrativos que harán difícil la vida de cada uno', advierte el cónsul.
Desde una mirada política, De Marsily teme que este atentado definan las elecciones regionales de Francia que se sostendrán próximamente. El pavor colectivo puede incidir en que suban al poder partidos 'más extremistas que podrían sacarle provecho a todo esto', sostiene De Marsily. Además, el Parlamento francés, que la última vez que se reunió en circunstancias muy extraordinarias fue para discutir una enmienda a la Constitución, se reunirán el próximo lunes.
A su vez, el costo de una posible guerra es otro factor que podría afectar la administración pública del país. Tomando como ejemplo el Patriot Act, que se activó en Estados Unidos luego de los atentados a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, 'importantes cantidades de recursos' se destinaron a la milicia y la intervención militar, en aquel momento en Afganistán, esta vez posiblemente en Siria. Son recursos que, de no existir esta situación, podrían destinarse a otro tipo de proyecto.
Por ahora, las muestras de solidaridad de ciudadanos del mundo se imponen. Los colores rojo, azul y blanco tiñen principales monumentos y edificios del mundo, incluyendo el Capitolio puertorriqueño. Mientras, las amenazas del Estado Islámico persisten.
Los franceses están de luto, con su icónica Torre Eiffel apagada - no se apagaba desde la Segunda Guerra Mundial -, y cientos de flores y velas prendidas en los sitios donde ayer, en medio de la vida cotidiana de la Ciudad de las Luces, irrumpió esa violencia cruda y despiadada con la que viven desde hace años miles de civiles en el Medio Oriente.
De Marsily convocó a todos los que quieran mostrar su solidaridad a que este lunes acudan a la Plaza de Armas en el Viejo San Juan a las 11:30 am para, a mediodía, observar un minuto de silencio en honor a las víctimas.