El asesino del león Cecil cierra su clínica por avalancha de críticas
El ciudadano estadounidense acusado de matar al león Cecil, popular en Zimbabue Africa, ha alegado que no estaba al tanto de las ilegalidades y ha dicho que 'confiaba' en los guías locales, días despues de verse envuelto en una polemica que ha movilizado a organizaciones de todo el mundo según publica el portal el Huffington Post.
Cecil, de 13 años, era una de las principales atracciones del Parque Nacional de Hwange en Africa y también formaba parte de un estudio de la Universidad de Oxford. El animal llevaba, además, un collar GPS que registraba todos sus movimientos.
Su fama ha traspasado fronteras después de que las autoridades confirmaron la muerte de este símbolo, abatido en una partida de caza el 6 de julio. El responsable de la Fuerza para la Conservación de Zimbabue, Johnny Rodrigues, ha identificado como responsable de su muerte a Walter James Palmer, un dentista de Minesota.
Tras la polémica desatada, el propio Palmer, que ha tenido que cerrar su clínica física y virtualmente tras la avalancha de críticas y amenazas, ha hecho público un comunicado en el que niega cualquier irregularidad. 'Hasta donde yo sabía, todo el viaje fue legal y estuvo gestionado de forma adecuada', ha asegurado en la nota, recogida por la cadena CNN.
'No tenía ni idea de que el león era conocido, estaba vigilado y formaba parte de un estudio hasta que finalizamos la cacería. Confié en la experiencia de los guías locales para garantizarme una caza legal', ha añadido.
La Policía del país africano ya ha detenido a dos zimbabuenses -Honest Trymore Ndlovu y Theo Bronchorst- que deberán comparecer ante el juez el miércoles, según los responsables del servicio de parques y safaris. Ahora, Zimbabue también busca a Palmer para que rinda cuentas por la cacería.
Rodriguez ha asegurado que Palmer 'aparentemente pagó 50.000 dólares por la muerte' y cita a Bronchorst, cazador profesional, como presunto receptor de este dinero.
El estadounidense, sin embargo, ha aclarado que ni las autoridades zimbabuenses ni las norteamericanas se han puesto en contacto con él, pero se ha ofrecido a ayudar en las investigaciones.