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Negociaciones nucleares con Irán se prolongan una noche más

Pasadas casi 24 horas desde que venciera el plazo para alcanzar un acuerdo marco entre Irán y seis grandes potencias sobre el programa nuclear iraní, las conversaciones se prolongaron por una noche más.

A última hora de la tarde se produjo cierto movimiento con la noticia de que el ministro de Asuntos Exteriores francés, Laurent Fabius, se iba a reincorporar esta noche a las negociaciones en la ciudad suiza de Lausana tras un día de ausencia.

Al mismo tiempo, Estados Unidos confirmó que el secretario de Estado, John Kerry, permanecerá en Lausana 'por lo menos hasta el jueves'.

'Seguimos haciendo progresos pero todavía no hemos alcanzado ningún entendimiento político', dijo su portavoz, Marie Harf, a la prensa en Lausana.

Durante el día, y en medio de un ambiente de incertidumbre y escasa información, las declaraciones de los negociadores se presentaron como antagónicas.

'Para avanzar en las negociaciones se necesita voluntad política. Y la voluntad política de la otra parte siempre fue un problema', aseguró el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, citado por la agencia de noticias iraní Fars.

No obstante, aclaró que esta reunión multilateral de Lausana es 'una oportunidad única de poder alcanzar un acuerdo'.

Una declaración similar pero en sentido opuesto fue realizada por la mañana por el ministro británico de Exteriores, Philip Hammond, quien sostuvo que sólo se podría avanzar si los 'iraníes demuestran su voluntad de resolver los temas que aún quedan pendientes'.

Por su parte, Washington señaló que si bien se seguirá negociando mientras se considere constructivo, no estaba percibiendo el compromiso necesario por parte de Irán.

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, advirtió que hasta ahora las seis potencias negociadoras (EEUU, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania), no habían recibido de Irán 'los compromisos específicos y tangibles' necesarios para cerrar un acuerdo.

Otra posible indicio de que las posiciones seguían alejadas era que Zarif y Kerry mantuvieron una reunión en privado que apenas duró diez minutos.

De hecho, Zarif criticó esta tarde que las diferencias no sólo existen entre Irán y sus interlocutores sino también entre las propias potencias.

Una situación que de alguna forma asumió hoy el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, al asegurar que el bloque europeo está unido sobre el levantamiento o alivio de las sanciones contra Irán aunque reconoció que hay divergencias con Rusia y China.

Moscú y Pekín tienen una 'especial ambición' en mantener su derecho de veto sobre las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, señaló el ministro alemán.

El trasfondo es que las sanciones dictadas desde 2006 por la ONU son uno de los grandes obstáculos para un eventual acuerdo.

En ese sentido, el viceministro de Exteriores iraní, Abás Araqchi, advirtió de que su país no aceptará ningún acuerdo que no contenga un levantamiento completo de las sanciones.

Estados Unidos y los países europeos exigen que se ponga en marcha una especie de mecanismo automático para reinstaurar sanciones en caso de que Irán no cumpla las responsabilidades asumidas en un acuerdo nuclear.

En caso de acceder a esa propuesta occidental, China y Rusia creen que renunciarían a su veto en el Consejo de Seguridad.

En todo caso, el ministro alemán destacó que las seis potencias son conscientes de la responsabilidad que han asumido frente a los vecinos de Irán en Oriente Medio.

Mencionó explícitamente a Israel, el país más crítico con un acuerdo al creer que solo afianzaría a la República Islámica como potencia nuclear.

'Mientras que un éxito sea posible, vale la pena este esfuerzo', concluyó Steinmeier.

El eventual acuerdo nuclear con Irán tiene como objetivo evitar que la República Islámica obtenga el arma nuclear.

Irán asegura que no tiene intenciones militares, aunque tampoco ha ofrecido en estos últimos doce años de disputa e investigaciones de la ONU ni la transparencia ni la cooperación necesaria.

El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry (Archivo/EFE)
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