Fidel Castro rompe su silencio y dice que desconfía de EEUU
El expresidente cubano Fidel Castro se ha pronunciado por primera vez sobre el restablecimiento de relaciones entre la isla y Estados Unidos para afirmar que desconfía de Washington, aunque no rechaza la negociación para el deshielo con su histórico enemigo.
'No confío en la política de EEUU ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos', indicó Fidel este lunes en un misiva dirigida a los estudiantes de la Universidad de La Habana.
Con este mensaje, el líder de la revolución cubana rompe su silencio sobre la nueva etapa con EEUU, una reacción que llega cuarenta días después del histórico anuncio del 17 de diciembre sobre la normalización de relaciones de dos países enfrentados desde 1961.
'Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los pueblos del mundo y, entre ellos, los de nuestros adversarios políticos', señaló en aparente apoyo al diálogo con Washington.
Fidel Castro advirtió de que 'cualquier solución pacífica o negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina (...) deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales'.
También señaló que su hermano, el presidente Raúl Castro, ha dado los pasos 'pertinentes' de acuerdo 'a sus prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional y el Partido Comunista de Cuba'.
El exmandatario hizo esos comentarios en una misiva enviada a los alumnos de la Universidad de La Habana que fue leída por el presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), Randy Perdomo, durante un acto en ese centro académico en vísperas del 162 natalicio del prócer independentista José Martí.
La lectura de la carta fue transmitida íntegramente al final del noticiero de la televisión cubana.
Fidel Castro, de 88 años y retirado del poder desde 2006 por una enfermedad, no aparece en público desde enero de 2014 y sus últimas fotografías se divulgaron en agosto, poco después de su cumpleaños, con motivo de una visita que le hizo el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Su silencio sobre el giro diplomático de Estados Unidos volvió a disparar hace unas semanas los rumores sobre su estado de salud.
Antes del mensaje divulgado este lunes, Fidel Castro envió el pasado 12 de enero una carta al exfutbolista Diego Armando Maradona, que estuvo en Cuba esa semana para grabar dos programas de su espacio deportivo 'De Zurda'.
Los comentarios del expresidente cubano sobre la nueva etapa entre Cuba y Estados Unidos se producen tres días después de finalizar la primera ronda de conversaciones oficiales entre ambos países, un diálogo que se celebró en La Habana los días 21 y 22 de enero.
La secretaria de Estados Unidos para Latinoamérica, Roberta Jacobson, encabezó el equipo negociador norteamericano y se convirtió en el funcionario de más alto nivel que ha visitado la isla caribeña en más de tres décadas.
En esas reuniones, ambas partes decidieron proseguir los contactos, aunque sin definir fechas, para avanzar en el restablecimiento de relaciones diplomáticas y apertura de embajadas en La Habana y Washington.
Como parte de su nueva política hacia Cuba, Estados Unidos puso en vigor el pasado 16 de enero un paquete de medidas para levantar parcialmente las sanciones contra la isla, entre las que destacan la flexibilización de los viajes hacia el país caribeño y el aumento de la cuantía de las remesas que podrán ser de hasta 2,000 por trimestre en lugar de los 500 actuales.
Washington también ha autorizado algunos intercambios comerciales de bienes básicos, material de construcción, equipos de telecomunicaciones o maquinaria agrícola y facilitará transacciones bancarias hasta ahora prohibidas.
A continuación, publicamos la carta:
Para mis compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria
Queridos compañeros:
Desde el año 2006, por cuestiones de salud incompatibles con el tiempo y el esfuerzo necesario para cumplir un deber —que me impuse a mí mismo cuando ingresé en esta Universidad el 4 de septiembre de 1945, hace 70 años—, renuncié a mis cargos.
No era hijo de obrero, ni carente de recursos materiales y sociales para una existencia relativamente cómoda; puedo decir que escapé milagrosamente de la riqueza. Muchos años después, el norteamericano más rico y sin duda muy capaz, con casi 100 mil millones de dólares, declaró ―según publicó una agencia de noticias el pasado jueves 22 de enero—, que el sistema de producción y distribución privilegiada de las riquezas convertiría de generación en generación a los pobres en ricos.
Desde los tiempos de la antigua Grecia, durante casi 3 mil años, los griegos, sin ir más lejos, fueron brillantes en casi todas las actividades: física, matemática, filosofía, arquitectura, arte, ciencia, política, astronomía y otras ramas del conocimiento humano. Grecia, sin embargo, era un territorio de esclavos que realizaban los más duros trabajos en campos y ciudades, mientras una oligarquía se dedicaba a escribir y filosofar. La primera utopía fue escrita precisamente por ellos.
Observen bien las realidades de este conocido, globalizado y muy mal repartido planeta Tierra, donde se conoce cada recurso vital depositado en virtud de factores históricos: algunos con mucho menos de los que necesitan; otros, con tantos que no hayan que hacer con ellos. En medio ahora de grandes amenazas y peligros de guerras reina el caos en la distribución de los recursos financieros y en el reparto de la producción social. La población del mundo ha crecido, entre los años 1800 y 2015, de mil millones a siete mil millones de habitantes. Podrán resolverse de esta forma el incremento de la población en los próximos 100 años y las necesidades de alimento, salud, agua y vivienda que tendrá la población mundial cualquiera que fuesen los avances de la ciencia?
Bien, pero dejando a un lado estos enigmáticos problemas, admira pensar que la Universidad de La Habana, en los días en que yo ingresé a esta querida y prestigiosa institución, hace casi tres cuartos de siglo, era la única que había en Cuba.
Por cierto, compañeros estudiantes y profesores, debemos recordar que no se trata de una, sino que contamos hoy con más de cincuenta centros de Educación Superior repartidos en todo el país.
Cuando me invitaron ustedes a participar en el lanzamiento de la jornada por el 70 aniversario de mi ingreso a la Universidad, lo que supe sorpresivamente, y en días muy atareados por diversos temas en los que tal vez pueda ser todavía relativamente útil, decidí descansar dedicándole algunas horas al recuerdo de aquellos años.
Me abruma descubrir que han pasado 70 años. En realidad, compañeros y compañeras, si matriculara de nuevo a esa edad como algunos me preguntan, le respondería sin vacilar que sería en una carrera científica. Al graduarme, diría como Guayasamín: déjenme una lucecita encendida.
En aquellos años, influido ya por Marx, logré comprender más y mejor el extraño y complejo mundo en que a todos nos ha correspondido vivir. Pude prescindir de las ilusiones burguesas, cuyos tentáculos lograron enredar a muchos estudiantes cuando menos experiencia y más ardor poseían. El tema sería largo e interminable.
Otro genio de la acción revolucionaria, fundador del Partido Comunista, fue Lenin. Por eso no vacilé un segundo cuando en el juicio del Moncada, donde me permitieron asistir, aunque una sola vez, declaré ante jueces y decenas de altos oficiales batistianos que éramos lectores de Lenin.
De Mao Zedong no hablamos porque todavía no había concluido la Revolución Socialista en China, inspirada en idénticos propósitos.
Advierto, sin embargo, que las ideas revolucionarias han de estar siempre en guardia a medida que la humanidad multiplique sus conocimientos.
La naturaleza nos enseña que pueden haber transcurrido decenas de miles de millones de años luz y la vida en cualquiera de sus manifestaciones está siempre sujeta a las más increíbles combinaciones de materia y radiaciones.
El saludo personal de los Presidentes de Cuba y Estados Unidos se produjo en el funeral de Nelson Mandela, insigne y ejemplar combatiente contra el Apartheid, quien tenía amistad con Obama.
Baste señalar que ya en esa fecha, habían trascurrido varios años desde que las tropas cubanas derrotaran de forma aplastante al ejército racista de Sudáfrica, dirigido por una burguesía rica y con enormes recursos económicos. Es la historia de una contienda que está por escribirse. Sudáfrica, el gobierno con más recursos financieros de ese continente, poseía armas nucleares suministradas por el Estado racista de Israel, en virtud de un acuerdo entre este y el presidente Ronald Reagan, quien lo autorizó a entregar los dispositivos para el uso de tales armas con las cuales golpear a las fuerzas cubanas y angolanas que defendían a la República Popular de Angola contra la ocupación de ese país por los racistas. De ese modo se excluía toda negociación de paz mientras Angola era atacada por las fuerzas del Apartheid con el ejército más entrenado y equipado del continente africano.
En tal situación no había posibilidad alguna de una solución pacífica. Los incesantes esfuerzos por liquidar a la República Popular de Angola para desangrarla sistemáticamente con el poder de aquel bien entrenado y equipado ejército, fue lo que determinó la decisión cubana de asestar un golpe contundente contra los racistas en Cuito Cuanavale, antigua base de la OTAN, que Sudáfrica trataba de ocupar a toda costa.
Aquel prepotente país fue obligado a negociar un acuerdo de paz que puso fin a la ocupación militar de Angola y el fin del Apartheid en África.
El continente africano quedó libre de armas nucleares. Cuba tuvo que enfrentar, por segunda vez, el riesgo de un ataque nuclear.
Las tropas internacionalistas cubanas se retiraron con honor de África. Sobrevino entonces el Periodo Especial en tiempo de paz, que ha durado ya más de 20 años sin levantar bandera blanca, algo que no hicimos ni haremos jamás.
Muchos amigos de Cuba conocen la ejemplar conducta de nuestro pueblo, y a ellos les explico mi posición esencial en breves palabras.
No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra. Defender la paz es un deber de todos. Cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales. Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los pueblos del mundo y entre ellos los de nuestros adversarios políticos. Es lo que estamos reclamando para todos.
El Presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional y el Partido Comunista de Cuba.
Los graves peligros que amenazan hoy a la humanidad tendrían que ceder paso a normas que fuesen compatibles con la dignidad humana. De tales derechos no está excluido ningún país.
Con este espíritu he luchado y continuaré luchando hasta el último aliento.
Fidel Castro Ruz
Enero 26 de 2015
12 y 35 p.m.