Una foto en la tarjeta de Seguro Social despunta como la tarjeta electoral del futuro
Washington - Bill Clinton y Jimmy Carter dieron esta semana un consejo al presidente de EE.UU., Barack Obama: si está verdaderamente preocupado por las trabas a las minorías a la hora de votar, quizá sea el momento de plantearse la posibilidad de avanzar hacia una tarjeta de identificación nacional con fotografía.
La propuesta podría parecer propia del siglo pasado en otros países desarrollados, pero en EE.UU., donde el 60% de la población carece de pasaporte y el único documento obligatorio es una tarjeta de seguridad social para los trabajadores, la idea de una cédula de identidad controlada por el Gobierno ha sido tabú durante décadas.
El debate resurgió esta semana con la idea del exalcalde de la ciudad de Atlanta, Andrew Young, de añadir una fotografía a las tarjetas de seguridad social, para facilitar a los más vulnerables del país el acceso a un documento que les permita superar las trabas que causa el aumento de requisitos para votar en varios estados.
Para promocionar su propuesta, Young envió a la Casa Blanca un documento de seguridad social con la fotografía de Obama pegada, y entregó uno similar al expresidente Bill Clinton durante una conferencia celebrada en la ciudad de Austin para conmemorar el 50 aniversario de la firma de la ley de Derechos Civiles.
La reacción de Clinton no se hizo esperar: durante su discurso en esa conferencia, respaldó la propuesta porque 'identifica una solución que elimina los errores' que podrían llevar al fraude electoral sin provocar que se 'divida el país'; y el también exmandatario demócrata Jimmy Carter se sumó asimismo a la idea.
La Casa Blanca ha sido más prudente. El viernes, el portavoz de Obama, Jay Carney, aseguró que el Gobierno no ha podido aún 'revisar todas las implicaciones de esa idea', pero el gobernante quiere 'hacer más fácil que cada ciudadano con ese derecho pueda votar'.
Obama quiso certificar esa idea con un enérgico discurso en Nueva York el viernes, en el que alertó de que 'el derecho a votar está amenazado hoy' de una forma sin precedentes 'en casi cincuenta años', debido a las leyes estatales impulsadas por republicanos para exigir documentos de identidad con fotografía en las urnas.
Esas leyes, aplicadas en ocho estados con el fin de impedir el fraude electoral, perjudican, según sus detractores, a las minorías, los ancianos o a quienes tienen unos ingresos bajos, entre los que es más común no tener una forma de identificación con foto por falta de acceso a los documentos necesarios o de dinero para pagar las tasas.
'Como presidente, no voy a dejar que esta supresión de votantes quede sin respuesta', advirtió Obama.
Pero el mandatario también pareció insinuar que no cree que la solución esté en imponer un documento obligatorio que entregue el Gobierno, al afirmar que está 'en contra de exigir (para el voto) un documento de identidad que millones de estadounidenses no tienen'.
En un editorial publicado hoy, el diario Washington Post abogó precisamente por instaurar un documento nacional de identidad 'gratuito', que podría 'cambiar la irracional forma en la que votamos', disminuyendo 'la confusión y las colas' en las elecciones.
Reconoce, no obstante, que es 'improbable que ese ideal sea posible a corto plazo', algo que, según los expertos, también puede aplicarse a la idea apoyada por Clinton y Carter.
La razón principal está en el rechazo que cualquier iniciativa de control federal de datos personales genera entre la población de tendencia libertaria, que ve en esa política una violación a la privacidad y un matiz de totalitarismo.
El senador republicano Rand Paul, representante de esa tendencia libertaria, tachó el miércoles de 'mala idea' la propuesta de Young, por considerar que 'permitiría al Gobierno federal convertir la tarjeta de seguridad social en una de identificación nacional'.
Pero también algunos de quienes denuncian las trabas para votar de las minorías son escépticos con la idea, ya que creen que puede perjudicar a los más pobres o los inmigrantes indocumentados, que podrían arriesgarse a ser detenidos si carecen de ese documento.
'Para la gente que vive en los márgenes de la sociedad, no es tan fácil conseguir una tarjeta de seguridad social como para los de clase media', dijo al Post el director del Proyecto para el Derecho al Voto de la Unión de Libertades Civiles de EE.UU. (ACLU), Dale Ho.
Alrededor del 11% de los estadounidenses carece de un documento de identificación con fotografía, según datos del Centro Brennan para la Democracia, cuya directora, Wendy Weiser, tampoco está demasiado convencida por la nueva propuesta.
'La gente no lleva encima su tarjeta de seguridad social. Antes de ir a la universidad, ni siquiera sabía dónde la tenía!', señaló Weiser al Post.