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Escándalo de pornografía infantil sacude al gobierno alemán

Berlín - La gran coalición de la canciller Angela Merkel atraviesa una crisis sin precedentes, dos meses despues de su arranque, a raíz de una oscura trama de pornografía infantil relacionada con un político socialdemócrata y entre acusaciones de perdida de confianza en los socios del gobierno alemán.

El 'caso Sebastian Edathy', hasta hace unos días un brillante diputado predestinado a destinos muy altos, ha colocado a la alianza entre el bloque conservador de Merkel y el Partido Socialdemócrata (SPD) en un nudo de intrigas comprometedor para todas las partes.

El detonante son nueve pedidos efectuados entre 2005 y 2010 por Edathy de 31 vídeos y fotografías de niños desnudos -de nueve a 13 años-, pagados con su tarjeta de crédito por internet a una empresa canadiense desmantelada en 2012 como red de pornografía infantil.

Un año después, en octubre de 2013, al entonces ministro de Interior, Hans-Peter Friedrich, le llegó la información a través del departamento alemán de Investigaciones Criminales (BKA) de que el diputado estaba siendo investigado como presunto cliente de esa red.

El asunto era más que delicado: la Unión Cristianodemócrata (CDU), su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el SPD estaban entonces en negociación para formar la gran coalición que precisaba Merkel para asegurarse la investidura como canciller.

Edathy, motor de las investigaciones sobre el terrorismo de ultraderecha abiertas tras los asesinatos en serie de nueve inmigrantes, sonaba como futuro ministro y a Friedrich le pareció correcto informar de las sospechas al líder del SPD, Sigmar Gabriel.

La trama salió a la luz ahora, tras la intempestiva dimisión del diputado del SPD, una semana atrás, por 'razones de salud', seguida de registros en su domicilio y oficinas como cliente de esa red, que difundía pornografía infantil por todo el mundo desde Canadá.

El viernes, Friedrich presentó la dimisión de su cargo actual -ministro de Agricultura- tras informar el propio Gabriel de las confidencias que le hizo siendo titular de Interior.

Merkel aceptó su renuncia entre elogios a su labor -por mucho en que los medios alemanes se afirma que le obligó a dar el paso-, mientras la fiscalía instructora del caso expresaba el estupor ante la injerencia del ámbito en su investigación.

El asunto no quedará en la renuncia del ministro de la CSU, señalaba ayer el líder de esa formación, Horst Seehofer, quien reclamó sin tapujos 'consecuencias' dentro del SPD y habló de pérdida de confianza entre los socios por el proceder de Gabriel.

Seehofer nombrará mañana al sucesor de Friedrich -que el viernes se despidió con un desafiante 'hasta la vista'-, mientras persiste el tono de ultimátum de la CSU sobre el SPD y la oposición exige saber qué conocía Merkel sobre este asunto.

Del 'caso Edathy' se pasó al 'caso Friedrich' y, ahora, a una 'cuestión de Estado', apunta la portada del semanario 'Der Spiegel', mientras la edición dominical del popular 'Bild' se pregunta si la coalición de Merkel puede gobernar en estas condiciones.

El exdiputado del SPD sostiene en 'Spiegel' que ni destruyó pruebas ni incurrió en nada ilegal -la fiscalía no ha levantado acusación, al parecer el material adquirido no entra en lo prohibido y, cuando lo compró, la empresa canadiense no estaba tipificada como difusora de pornografía infantil.

Que llegue a penalizarse a Edathy parece hoy por hoy irrelevante, puesto que difícilmente podrá recuperar su credibilidad un político que por lo visto precisa proveerse de fotos de niños desnudos.

Sí queda claro que, en medio de este complejo asunto, el SPD y el entonces ministro del Interior, auxiliados por las informaciones del BKA se esmeraron en desactivar la bomba de relojería que era el caso Edathy borrándolo de la lista de ministros.

Así lo admite el actual jefe del grupo parlamentario del Bundestag, Thomas Oppermann, en declaraciones hoy a 'Bild', donde además de justificar la vía de comunicación abierta entre el SPD, el BKA y el ministro Friedrich, dice que lo principal entonces era evitar 'decisiones equivocadas' en la formación del nuevo gobierno.

Opperman estaba por entonces al frente de la comisión de secretos oficiales del Parlamento (Bundestag), encargado de las investigaciones sobre el espionaje masivo de Estados Unidos y perfectamente al tanto de los hilos que se cruzan entre los estamentos policiales, Interior y Justicia.

La canciller alemana Angela Merkel. (Archivo/EFE)
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