Mursi insiste en que es el presidente legítimo de Egipto
El depuesto Mohamed Mursi insistió hoy en que es el 'presidente legítimo' de Egipto y en no reconocer al tribunal que lo procesa, durante la primera sesión del juicio por su huida de la cárcel durante la revolución de 2011.
Durante la lectura de las acusaciones en la sede de la Academia de Policía de El Cairo, donde se celebra el proceso, Mursi afirmó que él es un preso político, no un detenido más.
'Sabe usted quién soy yo? Soy el presidente legítimo de este país', le dijo el exmandatario a la corte, para añadir que el juicio que se está celebrando en su contra no es legal.
A las palabras de Mursi, el juez Shaban al Shami, que encabeza el tribunal, respondió: 'Que quién eres tú? Pues yo soy el jefe de la Corte Penal'.
Entretanto, el resto de los acusados presentes en la vista, una veintena de miembros y dirigentes de los Hermanos Musulmanes, gritaron 'abajo el gobierno militar!'.
Mursi, que llegó ayer en helicóptero a la Academia de Policía, apareció ante el tribunal con el uniforme blanco de detenido provisional.
Se negó a entrar en el cubículo insonorizado que le habían preparado para evitar que interrumpiera con sus declaraciones el proceso, como hizo durante su comparecencia el pasado 4 de noviembre en otro caso.
La sesión del juicio no fue retransmitida en directo tal y como se anunció en un principio, y la televisión oficial solo difundió extractos con horas de retraso.
Es la segunda vez desde su destitución el pasado 3 de julio que se ven imágenes de Mursi, aunque a diferencia de la anterior, durante la primera sesión del juicio por su supuesta implicación en el asesinato de manifestantes, ahora sí vistió el uniforme blanco de preso y no un traje.
Además de Mursi, también están siendo juzgadas -aunque la mayoría en rebeldía- otras 130 personas, entre ellas miembros del grupo palestino Hamás y del libanés Hizbulá, además de la cofradía.
El juicio se celebra en medio de un fuerte dispositivo de seguridad y con la presencia de una veintena de los acusados, ya que contra el resto hay una orden de búsqueda y captura.
Las acusaciones incluyen el secuestro y asesinato de policías, el uso de armas para resistir al régimen egipcio, actos de hostilidad para poner en peligro la integridad del país y su unidad territorial y del asesinato de oficiales y miembros de la policía.
Otros cargos son el incendio de edificios del gobierno y de la policía, asalto y saqueo de las cárceles y la ayuda a presos para que escapen de prisión.
Mursi afronta otras tres causas judiciales, acusado de la muerte de manifestantes en diciembre de 2012, de revelar secretos de Estado y conspirar para perpetrar atentados terroristas en Egipto, y de insultar al poder judicial.