Rebeldes sursudaneses toman el control de la ciudad de Bor
Los militares insurgentes sursudaneses han logrado dominar la ciudad de Bor, capital del estado de Jonglei, escenario desde ayer de combates entre el ejercito y los disidentes, reconocieron hoy las autoridades de Sudán del Sur en la televisión local.
El ministro de Información, Micheal Makuei, dijo en rueda de prensa que las fuerzas gubernamentales han perdido el control de la ciudad y que continúan los enfrentamientos entre ambos bandos.
Situada a unos 150 kilómetros al norte de Yuba, Bor ha sido la primera zona a la que se extendió la revuelta desde su inicio el pasado domingo en la capital sursudanesa.
Los rebeldes están liderados en Jonglei por el poderoso general Peter Gadet, que ya se enfrentó en el pasado al régimen de Salva Kir.
Makuei explicó que las operaciones militares continúan alrededor de dos zonas militares de Bor, pero no pudo ofrecer una cifra de víctimas.
Existen temores a una escalada de la violencia étnica en esta ciudad, donde en 1991 ya se produjeron intensos enfrentamientos entre las tribus Lou Nuer y Dinka que causaron más de un millar de muertos, mayoritariamente del segundo clan.
El ex vicepresidente Riak Mashar, acusado por las autoridades de ser el cabecilla del actual intento del golpe de Estado, pertenece a la tribu Lou Nuer, mientras que Kir es de los Dinka.
El jefe de Estado propuso ayer iniciar negociaciones con Mashar, que se encuentra huido y ha negado que lo sucedido en Sudán del Sur sea una intentona golpista.
Al respecto, el titular de Información señaló que hay mediaciones entre el Gobierno y Mashar, sin dar ningún detalle sobre este punto o sobre los actores implicados en las conversaciones.
Sobre los importantes yacimientos petroleros, ubicados principalmente en el estado de Unity, el ministro aseguró que la producción no se ha visto afectada porque los enfrentamientos se desarrollan lejos de ellos.
Mientras la situación en Bor se desborda, en Yuba continúa tranquila, según Makuei, que apuntó que los funcionarios han regresado a sus trabajos y los comercios han abierto sus puertas.
Sin embargo, aún permanecen más de 16,000 personas acampadas en los alrededores de la sede de la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), donde han buscado protección.