Nueva fuga de agua radiactiva complica aún más la situación en Fukushima
La operadora de la central nuclear de Fukushima dijo hoy que 300 toneladas de agua muy radiactiva se han fugado de un tanque, lo que supone un problema adicional para contener el gran volumen de líquido contaminado que se acumula a diario en la planta.
A última hora de ayer operarios de la planta hallaron unos charcos de agua contaminada junto a los tanques que se usan para almacenar el líquido empleado como refrigerante para los reactores de la planta.
Aunque en un principio se pensó en una fuga de unos 120 litros, representantes de Tokyo Electric Power (TEPCO), dueña de la planta, explicaron hoy que la filtración es mucho mayor y equivale a unas tres toneladas, cantidad que podría aumentar en las próximas horas ya que la fuga aún no se ha sellado.
La empresa calculó el volumen de agua filtrada tras detectar que el nivel de la misma dentro de uno de los tanques había descendido esta mañana tres metros con respecto a la víspera.
Sin embargo, aún no ha logrado establecer si la filtración se produce en el propio tanque o en conducciones emparejadas al mismo.
La eléctrica también admitió que en el agua vertida ha detectado materiales, como el estroncio-90, que emiten radiación beta, con una lectura extremadamente alta de 80 millones de becquereles por litro.
Aunque la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) ha mostrado su preocupación porque el agua haya podido llegar hasta el océano a través de un sumidero cercano, TEPCO ha asegurado que al analizar el desagüe no ha detectado niveles de radiación que indiquen que el líquido ha fluido por ahí.
No obstante, la operadora se comprometió a seguir investigando, tal y como aseguró su portavoz, Masayuki Ono, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
La central cuenta con capacidad para acumular en cerca de 1,000 tanques al menos unas 300.000 toneladas del agua que hace circular por el circuito de refrigeración empleado para mantener fríos los reactores nucleares.
La fuga recién detectada en estos tanques se suma al problema de la acumulación de agua contaminada en los sótanos de los edificios de los reactores, que aumenta en cerca de 400 toneladas diarias y supone el principal desafío de cara a desmantelar de manera segura la central, golpeada por el terremoto y tsunami de marzo de 2011.
Esa acumulación es producto del liquido utilizado para refrigerar las unidades, que se filtra en parte a los sótanos, y de los acuíferos subterráneos de las zonas colindantes, que también penetran en los edificios.
El pasado 7 de agosto el Gobierno nipón alertó de que unas 300 toneladas de ese agua se vierten a diario al mar al filtrarse desde estos sótanos, mientras TEPCO ha tomado medidas como las de construir un muro aislante bajo tierra, algo que no ha resultado del todo eficaz, o extraer el líquido mediante bombeo.
También espera tener listo esta semana un nuevo mecanismo formado por cerca de 30 tuberías instaladas junto a la costa con el que espera extraer del subsuelo hasta 100 toneladas diarias de liquido contaminado.
Además, ayudado por el Gobierno, que ante la gravedad del problema ha optado por involucrarse a nivel logístico y financiero, baraja otras soluciones como la de verter al océano agua con bajos niveles de radiación o congelar el subsuelo alrededor de los reactores para crear un muro que bloquee el paso del agua.
El accidente en la planta de Fukushima, el peor desde el de Chernóbil en 1986, ha forzado a desplazarse a miles de personas que vivían junto a la central y sus emisiones han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local.