La batalla de Gettysburg cumple 150 años
Un día como hoy de hace 150 años, la entonces pequeña y próspera localidad de Gettysburg (Pensilvania) observaba atónita cómo el ejercito de la Unión se imponía ante todo pronóstico a las fuerzas confederadas, dando fin a la batalla más sangrienta de la Guerra Civil y que cambiaría el rumbo de la misma.
Se producía así un punto de inflexión en un conflicto iniciado en 1861, cuando varios estados sureños abandonaron EEUU para formar los Estados Confederados de América, como consecuencia de múltiples tensiones políticas y económicas entre un Norte cada vez más urbano e industrializado y contrario a la esclavitud, y un Sur agrario y basado en un modelo esclavista.
Con un total de 51.112 bajas entre muertos, heridos y desaparecidos, Gettysburg es sinónimo de la contienda con mayor coste humano de la historia de Estados Unidos, puesto que en los tres días que duró el combate se produjeron casi una octava parte del número total de bajas de los cuatro años de guerra civil.
A modo de ejemplo y según datos del departamento de Defensa, en la guerra de Vietnam (1959-1975), EEUU sufrió 303.644 bajas -siempre contando tanto muertos como heridos y desaparecidos-, sólo seis veces el número de bajas registradas en los tres días de Gettysburg un siglo antes.
'Fue el episodio más sangriento de la Guerra Civil y ésta, a su vez, superó con creces el número de bajas estadounidenses de la Primera Guerra Mundial, la Segunda o la guerra del Vietnam', explicó a Efe el profesor de historia de la American University de Washington Allan Lichtman.
El 3 de julio de 1863 amaneció nublado en las colinas aledañas al pueblo norteño de Gettysburg, como también habían amanecido el 1 y el 2, con los dos ejércitos dispuestos para disputar la última jornada de combate, de la que los Estados Unidos saldrían victoriosos y que supondría una estocada final para el sueño confederado.
'Fue un punto de inflexión porque eliminó cualquier posibilidad de que los confederados pudiesen trasladar la guerra a los territorios del Norte. A partir de ese momento, todo contribuyó a la derrota de la Confederación', indicó el profesor Lichtman, quien recordó que las siguientes batallas se librarían ya en territorio sureño.
Hasta Gettysburg, el Sur -con muchos menos recursos y soldados que su enemigo- había avanzado implacable hacia el Norte por el flanco oriental de la mano del legendario general Robert Lee, al frente del ejército de Virginia del Norte, lo que insuflaba de moral a las tropas confederadas a la vez que minaba la de los norteños.
'El Norte tenía más de todo, incluyendo soldados, por lo que una derrota en Gettysburg -sumada a las sufridas en Fredericksburg y otras contiendas decisivas- habría sido un golpe fatal a su moral', indicó a Efe Jim Barber, historiador de la institución Smithsonian de Washington.
Además, de haber vencido en Gettysburg, la Confederación podría haberse ganado el reconocimiento como país de Inglaterra y otras naciones europeas, lo que hubiese constituido un duro golpe para sus enemigos de la Unión, a la vez que habría obligado a ésta a retirar las pocas tropas que le quedaban en Virginia (estado sureño).
Lo que explica el descalabro militar de Lee en esta ocasión pese a su triunfal trayectoria es, según Barber, lo azaroso de la batalla, imprevista por cualquiera de los dos bandos y que se libró en un terreno que ninguno de los dos ejércitos había elegido, algo 'fundamental' en estrategia militar.
'Fue una contienda que empezó donde empezó por el simple motivo de que ninguno de los dos ejércitos conocía exactamente el emplazamiento del otro. Había hasta 11 caminos distintos que conducían a Gettysburg por aquel entonces', indicó el historiador.
El azar dejó a las fuerzas sureñas en un terreno desventajoso, algo a lo que los 71.000 hombres de Lee no pudieron sobreponerse y sucumbieron ante los 94.000 soldados norteños.
De los 120 generales presentes en el campo de batalla -tanto norteños como sureños-, nueve murieron o resultaron heridos de muerte, una cifra que, aunque pueda parecer menor, no es nada habitual y permite hacerse una idea de la intensidad de la contienda.
Este año, con motivo del 150 aniversario de la batalla, Gettysburg revive el sangriento episodio que lo hizo tristemente famoso en todo el mundo, de la mano de miles de voluntarios que peregrinan hasta la localidad aprovechando la fiesta del 4 de julio para tomar parte en las numerosas y multitudinarias recreaciones del combate.