Costa Rica disminuye la delincuencia sin ejércitos
Forma parte de Centroamerica, una de las regiones más violentas del mundo por las 'maras' (pandillas) y los narcotraficantes, pero Costa Rica, que carece de ejercito, afronta la delincuencia con una receta distinta a la de sus vecinos que por ahora parece dar buenos resultados.
Mientras en Honduras se asignan soldados para cuidar a los ciudadanos que viajan en autobús, y en El Salvador se promueven treguas entre las pandillas juveniles para disminuir los asesinatos en las calles, Costa Rica apostó por la inteligencia policial para revertir la creciente inseguridad que vivía.
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, declaró en una entrevista con Efe que la estrategia costarricense es distinta a la de sus vecinos fundamentalmente por la carencia de fuerzas armadas desde 1948.
Costa Rica cuenta con apenas 14,000 policías para velar por los casi 4.5 millones de habitantes, y aun así, de acuerdo con el Índice de Paz Global de este año, es la nación más pacífica de Centroamérica y la tercera de Latinoamérica, después de Uruguay y Chile.
Los números respaldan esos datos: en 2011 la justicia registró 81,612 delitos en Costa Rica, y en 2012 un total de 76,701, un 12% menos.
La tasa de homicidios en 2012 fue de 9.1 por 100,000 habitantes (en 2011 era de 11.2), mientras que en otras naciones del istmo centroamericano, como Honduras, llega a 85.5 según registros de organismos de las Naciones Unidas.
El año pasado Guatemala se perpetraron 32 asesinatos por 100,000 habitantes, aunque esa cifra es mejor a los 37 de 2011.
La tregua entre las llamadas 'maras' salvadoreñas, vigente desde marzo de 2012, ha permitido que la tasa de homicidios baje de 70 a 30 por cada 100,000 habitantes, pero aún está lejos de los niveles de violencia de Panamá y Nicaragua, con una tasa de 18 y 11 asesinatos, respectivamente.
Para Zamora, las cifras demuestran que una estrategia de 'más inteligencia y menos balazos' puede dar buenos resultados.
En Costa Rica, entre 2011 y 2012, los robos de vehículos bajaron un 14.5%, los asaltos un 12.57% y los robos a las viviendas un 9.4%, según cifras oficiales.
'Hace un par de años la expectativa era que la inseguridad era incontrolable e irreversible, pero hemos demostrado lo contrario', agregó el ministro.
'Costa Rica hizo algo diferente, aumentó el profesionalismo de sus oficiales y la inversión en equipo, pero sobre todo empezamos a aplicar criterios científicos para entender el fenómeno de la delincuencia', detalló.
Para el ministro, la clave de los buenos resultados costarricenses radica en que 'nos apartamos por completo de los criterios tradicionales de seguridad nacional y pasamos a operar con criterios de seguridad ciudadana, es decir con focos de atención, rangos horarios y movilidad de los oficiales'.
Algunos de los cambios en el funcionamiento de la policía incluyen el cierre de delegaciones para tener a más oficiales moviéndose por las calles, así como un aumento de los retenes en carretera y el uso de herramientas tecnológicas como mapas digitales que permiten un monitoreo en tiempo real de los delitos.
El presupuesto que destina Costa Rica a la seguridad ha aumentado; este año se destinaron $347 millones, 4$0 millones más que en 2012, pero para Zamora la clave está en la modificación de las tácticas policiales.
'Nunca en tan poco tiempo se ha hecho tanto y en tantos frentes', sostuvo.
La otra herramienta que, a juicio de las autoridades, ha tenido un impacto positivo en la seguridad es la creación de tribunales de flagrancia, capaces de juzgar el mismo día a un delincuente que sea atrapado 'in fraganti'.
Zamora apuntó que antes de la existencia de estos tribunales solo el 3% de casos que la policía presentaba al sistema judicial terminaban en una sentencia penal. Hoy la cifra supera el 90%.
'Hemos mejorado en la eficiencia del sistema con una receta que no aumentó el nivel de violencia ni la represión; no ha sido a balazos, la fórmula es lo que marca la diferencia, acá no aplicamos la conocida frase de el fin justifica los medios', subrayó.
Los costarricenses parecen darle la razón al ministro, pues una encuesta de CID Gallup publicada en febrero reveló que mientras en 2010 la inseguridad era considerada el mayor problema del país, este año pasó al tercer lugar.