Anulan búsqueda de Kony
Las operaciones en la República Centroafricana (RC) para dar con el líder del rebelde Ejercito de Resistencia del Señor (LRA, por su acrónimo ingles), Joseph Kony, se han suspendido por la nula cooperación del nuevo Gobierno de Bangui, que llegó al poder tras un golpe de Estado el pasado 24 de marzo.
El portavoz del Ejército de Uganda, Felix Kulayigye, informó hoy a Efe de la suspensión de las actividades a la espera del resultado de las conversaciones entre la Unión Africana (UA) y los países y agencias involucradas en la situación en la RC.
'Estamos esperando los resultados de las conversaciones. No podemos salir del país hasta que concluyan. Lo que hemos hecho ha sido suspender las operaciones a la espera de directrices', afirmó Kulayigye.
Tras el derrocamiento de François Bozizé en la RC, los golpistas de la coalición rebelde Séléka exigieron la retirada del país de las tropas extranjeras.
'Desde que los rebeldes de la Séléka tomaron el poder en Bangui, no han cooperado con nosotros. Han estado diciendo que todos los militares foráneos deberían abandonar el país', apuntó el portavoz de los militares ugandeses.
En la actualidad, hay un dispositivo internacional que cuenta con apoyo de la Unión Africana y con consejeros militares enviados por Estados Unidos para detener a Kony.
Varios grupos involucrados en la lucha contra el LRA, como el Proyecto Enough, The Resolve o Invisible Children (que hace poco más de un año publicó una polémica y exitosa campaña en internet al respecto) urgieron 'a los gobiernos de Uganda y EEUU a continuar los esfuerzos para acabar con la amenaza para los civiles de Kony'.
Desde que comenzó su lucha, a finales de los años ochenta, Kony y sus secuaces han secuestrado, torturado, violado, cercenado y matado a decenas de miles de personas.
'La lucha comenzó para defender a la población acholi de las represalias del presidente (de Uganda), Yoweri Museveni', dijo a Efe Kenneth Banya, antiguo consejero de Kony y ex número tres del LRA en los 18 años que estuvo en las filas de los rebeldes, para los que aseguró haber sido reclutado por la fuerza.
A finales de los años ochenta, Kony aprovechó los restos del Movimiento del Espíritu Santo, de una tía lejana suya, Alice Lakwena, cuyas milicias habían sido derrotadas por Museveni.
Lakwena, al igual que haría Kony después, ya mezclaba matices religiosos con aspiraciones políticas, y en un inicio el líder del LRA luchaba con el supuesto objetivo de instaurar un Estado teocrático bajo los diez mandamientos en Uganda.
Los poderes sobrenaturales que se le atribuyen quizá hayan contribuido a que siga fugado, tras varias ocasiones en las que fuentes militares ugandesas han afirmado estar cerca de echarle el lazo.
Sin embargo, varios analistas coinciden en que Uganda -y los gobiernos de otros países afectados- han desaprovechado las oportunidades de zanjar el conflicto para poder seguir obteniendo apoyo económico y militar de donantes internacionales, cuyos fondos habrían sido desviados.
En 2005, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Kony y otros altos oficiales del LRA por crímenes de guerra y contra la humanidad.
Desde 2006, el LRA no opera en el norte de Uganda y se cree que se mueve entre Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y la RC.