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Lincoln repite protagonismo en la segunda investidura de Obama

El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha confiado un papel clave en su investidura a la memoria de Abraham Lincoln, del que aprendió una lección clave en su primer mandato: la búsqueda de unos 'ideales elevados' no impide llegar a compromisos.

Obama se ha asegurado de que su mandatario más admirado repita el protagonismo que ya tuvo en su primera investidura en 2009, y para ello jurará su cargo el lunes sobre la Biblia que ya utilizó ese año, la misma que Lincoln usó al llegar a la Casa Blanca en 1861.

Dos semanas después del 150 aniversario del decreto por el que Lincoln acabó con la esclavitud, su figura se evoca en salas de todo EE.UU. con la última película de Steven Spielberg, la misma que Obama disfrutó hace dos meses en una proyección privada con los protagonistas.

Su admiración por el famoso mandatario ha quedado también patente en la fecha elegida para el discurso anual del Estado de la Unión: el próximo 12 de febrero, día en el que Lincoln cumpliría 204 años.

En enero de 2009, Obama llegó a Washington tres días antes de su investidura en un tren con el mismo recorrido que Lincoln hizo en 1861 para viajar desde Filadelfia a la capital estadounidense.

Aquel fue el mayor símbolo de lo que el decimosexto presidente de EE.UU. significa para Obama: una referencia esencial en su visión del país y la personificación del compromiso, el mismo que él ha tenido que poner en práctica una y otra vez en interminables negociaciones con el Congreso sobre el déficit y la deuda.

'Parte de lo que Lincoln nos enseña es que perseguir los ideales más elevados y una causa profundamente moral requiere que también te impliques y te ensucies las manos. Y eso incluye negociaciones y compromisos', dijo Obama en una entrevista con la revista Time en diciembre.

El estreno de la película 'Lincoln' generó varios artículos sobre lo mucho que Obama se había inspirado en ese presidente durante su primer mandato, una idea que le ha valido algunas acusaciones de soberbia y que el mandatario ha querido matizar.

'Nunca me comparo con Lincoln', aseguró en una entrevista con NBC en diciembre. 'Y obviamente, la magnitud de los asuntos (actuales) es bastante diferente que (en la época de) la Guerra Civil y la esclavitud', añadió.

Según Leo Ribuffo, experto en historia presidencial en la Universidad George Washington, es difícil hablar de 'influencia' de un presidente a otro una vez que han pasado dos generaciones, porque 'las circunstancias cambian demasiado'.

'Sus personalidades son muy diferentes', apuntó Ribuffo a Efe. 'Lincoln tendía a la depresión y el 'Obama antidrama' tiene un carácter equilibrado. Y sus circunstancias también: no ha habido ninguna crisis tan a largo plazo como la Guerra Civil'.

'Creo que el mejor paralelismo -y probablemente el que Obama siente- es que los dos combinan un carácter decidido con una voluntad de compromiso', indicó el historiador.

La negativa de Lincoln a negociar la expansión de la esclavitud provocó que el sur abandonara la unión con el norte poco después de su elección en 1860, pero su persistencia durante la guerra civil impidió que el país se disgregara permanentemente.

Ésa es la historia que atrae a Obama, la que le recuerda que Estados Unidos 'siempre está discutiendo sobre todo tipo de asuntos, pero finalmente hacemos lo correcto'.

'Lo que le hizo un individuo tan notable, y un presidente tan notable, era su capacidad de equilibrar la idea de que hay verdades eternas con el hecho de que vivimos en el aquí y ahora, y el aquí y ahora es conflictivo y difícil', afirmó el mandatario a Time.

Obama, quien como Lincoln es abogado y como él lanzó su campaña presidencial en Springfield (Illinois), ha citado muchas veces al autor del discurso de Gettysburg en sus alocuciones.

Una de las más famosas es el 'no somos enemigos' que pronunció tras conocer su victoria electoral en noviembre de 2008, y que tomó prestado precisamente del discurso de investidura de Lincoln.

En su propio discurso inaugural en enero de 2009, Obama no se olvidó de recordar el legado del político asesinado en 1865 y los retos que tuvo que enfrentar.

'Hemos experimentado la amargura de la guerra civil y la segregación, y hemos emergido de ese capítulo oscuro más fuertes y más unidos', indicó.

Aunque no cuente con el desorbitado entusiasmo popular que le acompañaba entonces, no hay duda de que Obama volverá a inspirarse en su gran referente político cuando coloque la mano sobre la pequeña Biblia que ambos comparten.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, toma juramento como el mandatario número 44 mientras la primera Dama, Michelle Obama sostiene la biblia y sus hijas. (EFE)
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