Desigual y complejo el conflicto palestino-israelí
La reanudación de la violencia a gran escala entre el Estado de Israel y Palestina representa un nuevo capítulo de una lucha geopolítica, ideológica y territorial de varias decadas que han sido tristemente ilustradas a traves de la perdida de miles de vidas.
Reconocer la trayectoria longeva del conflicto es precisamente lo que aporta en términos de comprender que no se trata de una lucha resumida por medio de explicaciones triviales, ni argumentos basados en meras posturas abanderadas con uno u otro bando.
Con ese acercamiento profundo y balanceado, el profesor Samuel Pagán, quien imparte cursos de Literatura Hebrea en el Dar al-Kalima College de Belén, conversó con NotiCel y compartió su punto de vista a la luz de sus experiencias como residente en Jerusalén.
Por un lado, Pagán entiende que Israel está en todo su derecho soberano de responder ante ataques que provengan de Palestina o cualquier otra fuerza regional.
No obstante, el académico radicado en Medio Oriente alzó su voz de alerta al cuestionar lo que clasificó como el ataque desproporcional de Israel ante un pueblo Palestino que vive en la miseria, el hacinamiento, entre otras marginalidades sociales.
'Lo primero que debo decir es que es un problema complicado porque ambos grupos tienen parte de la razón. De Gaza se envían cohetes continuamente al Estado de Israel. Todos los países tienen el derecho de auto-defenderse. Israel no puede permitir que le sigan cayendo los cohetes', comentó Pagán en entrevista con este medio digital.
'Por otro lado, Gaza es un lugar pequeño y bloqueado con 1.5 millones de personas en un espacio que si lo analizamos a la luz de la geografía de Puerto Rico, se extiende desde la isleta del Viejo San Juan hasta el Sixto Escobar. La gente de Gaza se pregunta si es mejor que los continúen bombardeando o que siga este bloqueo de Israel que trae angustia', añadió el profesor de literatura.
Según Pagán, el panorama se complicó aún más, luego de que el grupo radical Hamás fuera electo para asumir las riendas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Más aún, el no-reconocimiento hacia el Estado de Israel de parte de este grupo, pudo haber atrasado cualquier intento de negociar la paz y llegar a acuerdos territoriales entre ambas naciones.
'Mientras la Autoridad Nacional Palestina negocia la paz con Israel, Hamás tiene en su carta de declaración de propósitos la finalidad de destruir el Estado de Israel. Fuera de Gaza, la Autoridad Nacional Palestina ya superó ese escollo y reconoce al Estado de Israel', explicó Pagán.
Sin embargo, el panorama se continúa complicando cuando se analiza el hecho de que Hamás ha sido previamente electo para administrar la ANP. En ese sentido, el grupo es visto como una fuerza política legítima por varios sectores dentro de la nación Palestina.
'La comunidad internacional le dice a Israel que responda, pero de manera proporcional. Han caído 750 cohetes desde Gaza hacia Israel desde el miércoles. De esos 750 lanzados principalmente por Hamás, solamente como 35 han caído en lugares donde hay gente. Los otros han caído en mar, desierto o territorios vacíos. Menos del 10% de los cohetes han caído en lugares civiles. Mientras esos 75 cohetes han caído desde el miércoles, Israel ha tirado más de 1200 ataques aéreos. El nivel de efectividad de los ataques israelitas es altísimo porque ese país es una potencia militar mundial', declaró Pagán.
Asimismo, el profesor y teólogo planteó que en el mejor de los escenarios, un cese al fuego podría suscitarse a finales de esta semana, dadas las voces intermediarias regionales e internacionales que ya se han alistado en las conversaciones de paz.
Para Pagán, el peor de los escenarios podría ser que Israel inicie una ofensiva terrestre a partir de este jueves o viernes. No obstante, el académico cree que esa posibilidad es poco probable debido a que sería un proceso costoso, duradero y desgastador para la milicia y el gobierno de esta nación judía.
Reconoció, además, que aunque en términos humanitarios y éticos, lo correcto debe ser detener la guerra, en el plano estrictamente político podría justificarse una extensión de la violencia.
'Es penoso lo que voy a decir y no me gustaría que así fuera, pero hay una conveniencia de los grupos de pelear un rato. Hay elecciones en Israel en enero y (Benjamín) Netanyahu tiene que presentarse como un líder fuerte y victorioso. Por otro lado, a finales de este mes la ONU (Organización de las Naciones Unidas) va a trabajar con la posibilidad de aumentar el poder de Palestina como observador en la ONU. En ambos casos, tanto a Israel, como a Palestina, les conviene proyectarse como fuerte', concluyó Pagán.