Fallece excomandante revolucionario y opositor cubano Eloy Gutierrez Menoyo
El apasionado exguerrillero convertido en contrarevolucionario, preso político, y posteriormente, disidente pacífico cubano, Eloy Gutierrez Menoyo, falleció esta madrugada de dos aneurismas a los 77 años de edad en el hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana.
Gutiérrez Menoyo, nacido en España pero nacionalizado cubano, fue comandante de la Revolución Cubana al mando de las operaciones en la Sierra del Escambray, pero tras el giro posterior de la revolución hacia el comunismo, el entonces joven guerrillero se convirtió en opositor del gobierno del presidente Fidel Castro y se fue al exilio en Miami en 1961 en donde se convirtió en líder del grupo paramilitar anticastrista Alpha 66.
En 1964 regresó a Cuba para conducir un levantamiento armado, y allí fue apresado y condenado a 30 años de cárcel. Fue liberado en 1986 tras la intervención del presidente español Felipe González y extraditado a España.
Posteriormente, de regreso en Miami, fundó la organización Cambio Cubano ya con una perspectiva de luchar por un cambio democrático en Cuba de manera pacífica, y en el 2003 regresó a La Habana para continuar su labor y convertirse en una voz disidente desde adentro del país. Solía decir que él no era disidente cubano, sino opositor del gobierno porque la palabra implicaba un desvío de los principios de la Revolucion y era Castro, no él, quien se había desviado.
'Fidel es el primer disidente de la revolución cubana, porque yo sigo creyendo en esa revolución tan cubana como las palmas, de libertad con pan y pan sin terror, y ni de imperialismo que ahogue a los pueblos, ni comunismo que emplea el terror. Yo no soy disidente; yo soy opositor', aseguró en una entrevista con esta periodista en La Habana en el 2007.
Gutiérrez Menoyo es padre de la editora radicada en Puerto Rico Patricia Gutiérrez, dueña de editorial Plaza Mayor, quien fue notificada de madrugada del fallecimiento por la esposa del excomandante Flor Ester Torres Sanabria. Gutierrez informó a NotiCel que su padre murió de dos aneurismas, contrario a lo divulgado por Prensa Asociada sobre un infarto. Añadió que el velorio de su padre se realizará en la funeraria de Calzada y K, en La Habana, y que luego su cuerpo será cremado, y las cenizas enterradas en el Cementerio Colón de la capital cubana.
*Historia original publicada a las 8:30 a.m.
A continuación reproducimos una entrevista que le hicimos a Gutiérrez Menoyo hace apenas cinco años en su hogar en La Habana, publicada por El Nuevo Día el 9 de abril de 2007 :
LA HABANA - Su mirada apacible y su buen humor no dan indicio de la complejidad de su vida ni del fuego que lleva por dentro. Más bien irradian paz.
Pero a los 72 años, Eloy Gutiérrez Menoyo ha sido comandante revolucionario, líder contrarrevolucionario, preso político, promotor del diálogo desde el exilio y ahora activista que reclama un espacio para hacer oposición desde adentro.
Nos recibió en el sencillo departamento donde vive, en un barrio obrero de las afueras de La Habana. La residencia no es de él; es de una amiga que lo ha alojado porque desde que regresó a Cuba, en 2003, no ha logrado que el gobierno legalizara su estatus migratorio y le concediera los correspondientes beneficios.
En tanto, el gobierno estadounidense lo espera con una multa de 250,000 dólares o 10 años de cárcel por violar el embargo. 'La posición mía, independiente, obligatoriamente es como un sándwich: estás contra la extrema derecha del exilio y estás contra la extrema izquierda', explicó.
Su familia llegó a Cuba buscando tierras de libertad, según dice, tras vivir el franquismo. Pero poco después llegó el golpe de Batista y su hermano Carlos se inició en la lucha contra la dictadura. A través de él comenzó a involucrase en el movimiento revolucionario.
Su hermano murió en un ataque y él asumió la jefatura de su organización. Esto fue en 1957; tenía 23 años.
Sin embargo, un año después del triunfo de la revolución comenzó a percibir las inclinaciones comunistas de Castro. Habló con éste, quien, según recuerda, le decía que la Unión Soviética era tan imperialista como Estados Unidos. 'Me decía: Mira, Eloy. Nosotros estamos a 90 millas de los Estados Unidos y tenemos que estar contra ellos, pero si estuviéramos a 90 millas de la Unión Soviética tendríamos que estar contra los soviéticos porque tan imperialista es el uno como el otro', relató.
'Fidel es el primer disidente de la revolución cubana, porque yo sigo creyendo en esa revolución tan cubana como las palmas, de libertad con pan y pan sin terror, y ni de imperialismo que ahogue a los pueblos, ni comunismo que emplea el terror. Yo no soy disidente; yo soy opositor', aseguró Gutiérrez Menoyo.
La divergencia continuó, y él intentaba liderar actos para alertar a la población, pero eran saboteados. Fue en ese momento cuando decidió irse a Miami. Allí dirigió las operaciones paramilitares de la organización Alpha 66 y en 1964 realizó un desembarco con cuatro hombres en la costa nordeste de Cuba para levantar un frente guerrillero. Lo estaban esperando, y terminó 22 años en prisión.
Fue una experiencia dura, según dijo, e incluso atribuye su pérdida parcial de visión y de audición a una paliza recibida en la cárcel por negarse a realizar trabajo forzoso.
Sin embargo, no habla con rencor de ese período. 'Llegué a una conclusión: el tiempo en presidio o te mata a ti o tú lo matas a él. Yo lo mataba jugando con otro preso al ajedrez, sin tener tablero, sin tener nada, haciendo canciones, poesía, cuentos', recordó.
Al salir de prisión, se fue a Miami, pero con un aire distinto. Fundó Cambio Cubano, grupo que deja las armas, rechaza las subvenciones de Estados Unidos y promueve cambios a través del diálogo con Castro.
En 1995, con la apertura promovida por el entonces presidente norteamericano Bill Clinton regresó a Cuba y fue el único opositor que tuvo una entrevista con Castro. Fue un encuentro cordial, de unas tres horas, en las que el mandatario escuchó todo lo que Gutiérrez Menoyo tuvo que decir.
'Le recordé la revolución que él había proclamado, y la respuesta que me dio fue: Yo sigo creyendo en esa revolución. El cree en la misma que yo creo. Por qué, entonces, no retoma las riendas de esa revolución, que no sea sinónimo de falta de libertades ni de dictadura? No: la confrontación norteamericana me lo impide [fue la respuesta]. Y si se sana esa confrontación? Podríamos hablar', aseguró que fue la respuesta de Castro.
Ocho años después, tras varios viajes a La Habana, decidió establecerse aquí sin autorización del gobierno, para continuar su agenda y porque entiende que hay terreno fértil para otro partido. Desde entonces, anda con una visa de visita familiar vencida y espera sin suerte tanto la normalización de su estatus como un canal de diálogo con los dirigentes del país para plantear sus propuestas.
Pese a sus posturas y a su disposición a conversar sobre ellas por doquier, dice que el gobierno lo ha dejado vivir en paz durante estos cuatro años. De hecho, ha salido al extranjero y ha regresado tres veces sin visa porque el oficial a cargo de su caso hace arreglos para que le permitan pasar por inmigración.
'[Si] al regreso no me dan la visa, voy a ser el primero que llegue aquí en una balsa', les ha advertido.
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