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Multan a galería por destruir dos papas fritas

Berlín - Una galería de Múnich, al sur de Alemania, ha sido condenada a pagar una indemnización de 22,000 euros (unos 29,000 dólares) por la destrucción de dos patatas fritas que habían servido en 1990 como prototipo para un objeto de oro con forma de cruz titulado 'Pommes d'Or'.

La sentencia no recurrible dictada hoy por la Audiencia Superior de la capital bávara dio así la razón al artista Stefan Bohnenberger frente a la galería Mosel und Tschechow, a la que había denunciado por destruir lo que consideraba piezas artísticas, aunque solo fueran un modelo para un objeto definitivo.

Al contrario que la instancia anterior, que falló en contra del artista, la Audiencia Superior de Múnich no abordó la pregunta de si las patatas fritas eran también arte, sino de si podían tener un valor pecuniario.

En el fallo del tribunal tuvo al parecer una influencia considerable la declaración como testigo de una coleccionista de arte que se mostró dispuesta a comprar las patatas fritas y a pagar por ellas incluso 2.500 euros (unos 3,300 dólares).

'El artista ha sufrido la pérdida de unos posibles ingresos por el comportamiento culpable de la galería', señaló un portavoz del tribunal al explicar la sentencia, mientras el artista expresó su satisfacción y la galerista Andrea Tschechow su disgusto.

A juicio de la condenada las dos patatas fritas no podían ser consideradas un objeto de arte y puso en duda su posible venta, ya que, al tratarse del modelo para una pieza única, podrían haber sido utilizadas para hacer copias ilegales.

Tras su separación de la galería Mosel und Tschechov en 2005, Bohnenberger reclamó la devolución de su obra 'Pommes d'Or' y las dos patatas fritas que habían servido como modelo para la pieza única.

La galería le entregó, tras un largo tira y afloja y el pago de 1.000 euros (1.325 dólares) por el material para su creación, la obra de arte, pero reconoció que las patatas fritas originales habían sido destruidas y que después de 22 años su estado de conservación sería muy dudoso.

Louis Peters, abogado del artista demandante, muestra las dos patatas fritas que su cliente reclama como propiedad a la galería de arte en la que trabajaba, en el tribunal de Múnich (Alemania), el 26
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