Se complica el caso contra delator militar de Wikileaks
Washington - Dos de los testigos llamados hoy a declarar durante la audiencia preliminar contra Bradley Manning se negaron a testificar ya que el soldado estaba bajo su mando cuando comenzaron a hacerse evidentes sus desórdenes psicológicos bajo los que los abogados sustentan su defensa, y ellos no tomaron medidas al respecto.
Manning, acusado de filtrar miles de documentos clasificados a WikiLeaks, pidió ayuda a sus superiores semanas antes de su arresto a través de un correo electrónico en el que revelaba que sufría graves problemas psicológicos debido a un desorden de identidad de género.
Según las evidencias mostradas a lo largo de esta audiencia, el soldado envió un mensaje al sargento mayor Paul Adkins, en el que le decía que era transexual y le adjuntaba una fotografía de él mismo vestido de mujer, insistiendo en que ese asunto le había provocado problemas en la base de Hammer, en Irak, donde estaba destinado.
El abogado civil de Manning, David Coombs, interrogó hoy durante el tercer día de audiencia al capitán Steven Lim, que tuvo bajo sus órdenes a Manning y que admitió conocer la existencia de ese correo al que Adkins hizo caso omiso.
Adkins y el brigadier Kyle Bolonek, los dos superiores del acusado, rechazaron testificar debido, supuestamente, a que no tomaron medidas en su momento pese a conocer la situación de Manning, de manera que se acogieron a su derecho al silencio, informó la cadena CNN.
La capitán Casey Fulton, también superior de Manning en Irak, fue la primera testigo durante el tercer día de vista y aseguró que recomendó que se suspendiera al soldado y se le sometiera a un análisis psiquiátrico tras agredir a una compañera, Jihrleah Showman.
'Un día yo estaba en mi mesa, no estaba mirando a Manning y oí un ruido y cuando me giré estaban Manning y Showman peleando en el suelo. En ese momento recomendé que se le apartara del acceso a las redes clasificadas', especificó Fulton.
Diversos testigos confirmaron que Manning tenía acceso a la red de datos clasificados del Pentágono, 'Siprnet', y que descargó documentos de la plataforma.
La capitán confesó que mientras Manning estuvo bajo su mando estaba preocupada por su comportamiento y había recomendado que se le retirara el arma.
Los abogados del soldado lo retratan como un joven en lucha consigo mismo y están tratando de mostrar que sus superiores podían haber evitado a tiempo las consecuencias de su conducta.
La capitán explicó, además, que el acusado fue entrenado para manejar las redes de documentos clasificados del gobierno.
'Era muy bueno en la investigación y la recopilación de datos', dijo Fulton durante la vista, que está teniendo lugar en Fort George Meade, en Maryland (noreste de EE.UU.).
El objetivo de esta fase del procedimiento es determinar si Manning debe ser juzgado por la jurisdicción ordinaria o someterse a un consejo de guerra por delitos muy graves, como el de 'alta traición', que pueden acarrearle la pena de muerte o la cadena perpetua.
Después de una jornada inicial, la del viernes, en la que la defensa trató de recusar al presidente de la audiencia militar por supuesta parcialidad, el día de ayer estuvo dedicado a escuchar a los primeros testigos.
Hoy gran parte de la audiencia se desarrolló a puerta cerrada porque declaró un testigo secreto al tanto de información clasificada.
El soldado Manning, que cumplió 24 años ayer, fue arrestado tras ser acusado por el pirata informático Adrian Lamo de ser la 'garganta profunda' de WikiLeaks.
Manning estuvo recluido al principio en la Base del Cuerpo de Infantería de Marina en Quantico (Virginia), donde estuvo sometido a aislamiento.
Varias organizaciones internacionales, entre ellas Naciones Unidas, denunciaron el trato que recibía el soldado, quien llegó a asegurar que lo obligaban a dormir desnudo en su celda.