Sin sorpresas el Congreso Comunista en Cuba
El apoyo del Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el del propio Fidel Castro a las reformas anunciadas por su hermano, el presidente Raúl Castro, deja a los opositores dentro de esa organización política en una posición muy precaria.
Raúl Castro parece haber dado un paso decisivo para profundizar la transformación económica de Cuba. Sin embargo, no hay grandes novedades respecto al rumbo que tomará el país -una economía mixta, planificada, descentralizada y pendiente de las tendencias del mercado-, pero es probable que aumente la velocidad y la radicalidad del cambio, publica BBC Mundo.
A la par, las medidas sociales impopulares se desarrollarán con más lentitud de lo planeado, de forma gradual y en la medida en que el resto de las reformas avancen y creen condiciones para que se viva sin subvenciones.
A nivel político se establecen barreras para impedir que los dirigentes se perpetúen en el poder, se intenta reactivar al Partido Comunista, institucionalizar el Estado y aumentar el poder municipal, aunque no habrá espacio para los grupos opositores.
Horas antes de que los delegados decidieran sobre las reformas, Fidel Castro publicó en todos los medios de prensa una reflexión donde afirmó que 'la nueva generación está llamada a cambiar sin vacilación todo lo que debe ser rectificado y cambiado'.
Fue un fuerte espaldarazo pero no el único. Posteriormente anunció que no aceptaría ser reelecto primer secretario del PCC, con lo que dejaba paso a Raúl Castro, quien asumió el cargo frente a toda Cuba y sentado junto al Comandante.
En el buró político, la dirección máxima del PCC, no hay sorpresas. Se reduce de 24 a 15 miembros y queda compuesto por dirigentes históricos, jefes militares, cuadros jóvenes provenientes del aparato provincial del Partido y con Raúl Castro como primer secretario.
En el Comité Central sí se produjeron cambios importantes. De sus 115 miembros, el 48% son mujeres, el 31% negros y mestizos, muchos jóvenes y militares. Estos cuadros son la cantera natural para llenar el espacio que dejarán los dirigentes históricos.
Los cambios económicos se mantienen dentro del proyecto original de la reforma. Posiblemente tendrán un mayor impulso pero Raúl Castro continuará buscando el consenso, 'nunca pondremos en riesgos el arma más poderosa, la unidad de la nación', dijo a los delegados.