Siete empleados extranjeros de la ONU murieron en un ataque a las oficinas de Naciones Unidas en Mazar-i-Sharif, gran ciudad del norte de Afganistán, por manifestantes que protestaban contra la reciente quema de un Corán en Estados Unidos.

Si este balance dado por las autoridades provinciales es confirmado, sería el ataque más sangriento contra la ONU en Afganistán desde la invasión de ese país por una coalición internacional a fines de 2001, para derrocar al régimen de los talibanes.

Según Atta Mohammad Nour, gobernador de la provincia de Balkh, de la que Mazar-I-Sharif es capital, 'siete empleados de la UNAMA (Misión de la ONU en Afganistán) murieron, cinco son nepaleses y dos europeos, una mujer y un hombre'.

Además 'cinco manifestantes murieron y 20 resultaron heridos', agregó en conferencia de prensa en la que informó que 'más de 20 insurgentes implicados en el ataque fueron detenidos'.

Los manifestantes protestaban contra la quema de un Corán en Estados Unidos en marzo pasado, por un pastor integrista estadounidense.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, condenó el viernes 'el ataque Indignanle y cobarde' contra la sede de Naciones Unidas en Mazar-i-Sharif, en conferencia de prensa en Nairobi.

'Se trata de un ataque indignante y cobarde contra personal de la ONU, que no puede justificarse de ninguna manera. Lo condeno en los términos más fuertes', dijo.