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Agua radiactiva en las plumas japonesas

Las autoridades japonesas han confirmado que se han hallado partículas de yodo radiactivo en el agua de Tokio y han prohibido la venta de alimentos de la prefectura de Fukushima, donde se produjeron varias explosiones y fugas en centrales nucleares y los técnicos se afanan por enfriarlas.

Los efectos de las fugas radiactivas que se produjeron como consecuencia del terremoto de magnitud 9 y el posterior tsunami de hace una semana están llegando a la población.

El Gobierno ha confirmado que se han encontrado partículas de yodo radiactivo en el agua que llega a los hogares de Tokio, informa El País citando a agencias de noticias.

También se han encontrado este tipo de partículas en el agua de la pluma de otras localidades del país como Tochigi, Gunma, Saitama, Chiba y Niigata. El Ministerio de Ciencias informó, sin embargo, que las dosis radiactivas son inferiores a los límites que marca la ley.

El Gobierno ha reconocido que se han detectado altos niveles de radiactividad en leche y productos agrícolas cerca de la central nuclear de Fukushima, aunque aseguró que la contaminación 'no supone riesgo inmediato'.

Esta información contrasta con el útimo informe de la OIEA, que recoge que la presencia de partículas de yodo radioactivo sí son perniciosas para la salud en el corto plazo, señala El País.

En cualquier caso, el Gobierno de Japón ha decidido paralizar la venta de todos los alimentos que provengan de la prefectura en la que se encuentra la central nuclear como medida preventiva.

La situación del medio millón de personas que perdieron sus casas por el maremoto y se encuentran en refugios se hace cada día más dura, debido a la nieve y las bajas temperaturas en lugares sin calefacción, la escasez de comida, agua y gasolina.

El Gobierno está estudiando desplazar a algunas a otras partes del país. En Tokio, millones de personas continúan trabajando desde casa por miedo a la radiación y a que se produzca una explosión en Fukushima, que se encuentra 240 kilómetros al norte. El Gobierno asegura que el nivel de radiactividad en la capital no supone ningún riesgo para la salud.

El peor desastre nuclear que vive el mundo desde Chernóbil, en 1986, podría acabar de forma similar para sus instalaciones. Tepco aseguró ayer que está estudiando la posibilidad de sellar los reactores con un sarcófago realizado con arena y hormigón para poner fin al riesgo de una fuga masiva de radiación.

Helicópteros y camiones de bomberos militares continuaron arrojando toneladas de agua ayer sobre el reactor número 3 -el más crítico, por utilizar plutonio- para evitar que el combustible se sobrecaliente y se produzca una nube radiactiva. La empresa Tepco afirmó por la noche que las medidas estaban dando fruto, a pesar del escepticismo de algunos científicos internacionales, que las han calificado de desesperadas.

Mientras tanto, Tokio elevó ayer retrospectivamente la clasificación de la crisis atómica de nivel 4 -'accidente con consecuencias de alcance local'- a nivel 5 -'accidente con consecuencias de mayor alcance'-, sobre una escala internacional de 7.

El Gobierno japonés admitió por primera vez que se había visto desbordado por la magnitud del doble desastre natural -terremoto y tsunami-, que ha dejado casi 18.000 muertos y desaparecidos, según las últimas estimaciones.