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Desalojan Fukushima

La alarma de un desastre nuclear en torno a la central de Fukushima, afectada en cuatro de sus seis reactores por el terremoto que devastó a Japón el viernes, seguía creciendo esta noche. Más aún, tras el incendio de hoy en el reactor número 4, que fue controlado, pero dejó atrás niveles de radioactividad tales que los trabajadores fueron desalojados y las labores de enfriamiento detenidas, reportaron varios medios internacionales.

Durante el día en el reactor número 2 también se produjo una explosión.

La fuga radiactiva de peligroso nivel forzó a las autoridades ordenar que 140,000 residentes de zonas adyacentes se encierren en sus casas el martes después que una explosión y un incendio empeoraron dramáticamente la crisis provocada por un maremoto.

En un discurso televisado a nivel nacional, el primer ministro Naoto Kan, dijo que la radiación se había esparcido desde los cuatro reactores de la planta nuclear Fukushima Dai-ichi en la provincia de Fukushima, una de las más afectadas por el terremoto de magnitud 9 que fue seguido por un maremoto, dejando más de 10,000 muertos, millones de personas en la miseria y asestó un duro golpe a la tercera economía mundial.

Aunque Kan y otros funcionarios instaron a la calma, los acontecimientos de hoy provocaron un creciente pánico en Japón y en el resto del mundo en medio de una general incertidumbre sobre lo que sucederá después.

Y eso no es todo: el agua utilizada para rebajar la temperatura en el interior está sufriendo el efecto contrario y podría estar empezando a hervir, según la agencia de noticias Kyodo. Además, la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa (NISA) ha confirmado que el incendio ha dejado dos agujeros de ocho metros en el muro del reactor 4, publica el diario español El País.

El gobierno japonés admite que 'puede haberse producido una fuga de materiales radiactivos', especialmente por causa del incendio, 'que pueden afectar a la salud humana'. Actualmente, sólo 50 operarios no han sido evacuados de la central y tienen que refrigerar las piscinas de los reactores. En las centrales había 800 operarios trabajando, pero la compañía eléctrica que gestiona la central -Tokyo Electric Power Co. (Tepco)- está desbordada y ha pedido que se retiren todos menos este medio centenar.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ha querido enviar un mensaje tranquilizador: 'Japón está tomando las medidas de salud públicas adecuadas para proteger a la población de la radiación', sostuvo Gregory Hartl, portavoz citado por la agencia Reuters. Además, añaden que dicho organismo no ha recibido ninguna petición de ayuda por parte de este país, aunque sus expertos en radiación están alerta.

El primer ministro japonés, Naoto Kan, ha comparecido para hacer un llamamiento a la población y anunciar nuevas evacuaciones: la de los residentes en torno a 10 kilómetros de la central Fukushima I ya está completada; los que viven entre 10 y 20 serán rescatados en breve; y los que residen entre 20 y 30 kilómetros de la central no deben salir a la calle.

El portavoz del Ejecutivo que sucedió a Naoto Kan en la tribuna de oradores pasó del mensaje de calma de los días previos a inequívocas señales de alarma. 'Cuanto más lejos estén de la central, más seguros estarán', advirtió Yukio Edano, quien apareció ante las cámaras con muestras evidentes de sudor en la frente.

La radiación en los alrededores de la central ha llegado a sobrepasar diez mil veces los límites legales. La situación ha generado una gran preocupación en el país; los locutores de televisión repiten mensajes que parecen salidos de una película sobre una catástrofe nuclear: 'Cierren las ventanas, no utilicen sistemas de ventilación y tiendan la ropa en casa'. Unas 200,000 dosis de yodo (que ayudan a proteger la glándula tiroides de los efectos de la radiación) se han repartido ya entre la población.

Mientras, la embajada francesa en Japón ha recomendado a sus nacionales que viven en Tokio que no salgan al exterior, porque el viento que sopla hacia la capital podría arrastrar hasta allí las partículas radiactivas. Ya se habían detectado pequeñas cantidades de radiación en Tokio, alertó Kyodo.

Unos minutos después de la tercera explosión, los niveles de radiación en los alrededores de Fukushima subieron hasta 8,217 microsieverts por hora, frente a los 1,941 que se registraban 40 minutos antes, según mediciones de la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa. Estos 8,000 microsieverts por hora serían el triple de la cantidad de radiación a la que está sometida una persona en un año.

En un clima de confusión, se pensó primero que era por culpa de la explosión del reactor 2, pero posteriormente se aclaró que era consecuencia de un incendio en el reactor 4 en el que estaban ardiendo sustancias radiactivas. La buena noticia, si las hay, es que el reactor 4 estaba inoperativo en el momento del terremoto y no contenía barras de combustible.

Yukio Edano ha reconocido que 'hay una alta probabilidad' de que la vasija de contención del reactor 2 se haya agrietado, pero el Ejecutivo insiste en que el edificio de contención -el último muro ante una fuga, y de cuya resistencia depende que Fukushima no sea Chernóbil- no ha quedado dañado, descartando la posibilidad de una fuga de radiactividad de grandes dimensiones.