Luego de una recuperación sin igual, el joven mayagüezano Michael Morales--sobreviviente de la tragedia en la discoteca Pulse, en Orlando--continúa sumando metas en su lista, mientras tacha otras. La más reciente: bailar salsa.

'Yo bailo hasta los anuncios y esa es mi próxima meta: bailar. Yo soy bailarín de salsa desde los 10 años y mi próxima meta es ir al Día Nacional de la Salsa y bailar hasta que se me gasten los pies. Hasta que se me cansen', asegura entre risas.

Cuando llegue el momento, ya habrá recobrado la fuerza para hacerlo pues, según su doctor, su recuperación ha sido un milagro. Durante la masacre en la ciudad floridiana en el 2016, recibió cuatro impactos de bala, tres de ellos en su pierna izquierda y uno en la derecha. Aún en el suelo de la discoteca, a su lado yacía Martín Benítez, también puertorriqueño y su pareja por tres años, quien falleció en el lugar.

Morales estuvo 40 días hospitalizado, de los cuales pasó ocho sin comer y, en cuatro ocasiones, fue entubado. Rebajó 50 libras. Mientras estaba inconsciente, rememora, el doctor barajeaba la posibilidad de amputarle una pierna, ya que no tenía pulso.

'Yo tenía varilla con titanio y como siete tornillos en esta pierna y varilla y titanio en la otra. Yo no podía ni levantar el pie. Estaba bien grave. De los puertorriqueños, fui el más afectado. Me hicieron seis cirugías para poder caminar. Yo dije que no me iba a dar por vencido porque, si Martín estuviera vivo, él estuviera peleando por mí y si yo hubiese muerto también. Yo tampoco hubiese querido que él se echara a morir por la tragedia, hay que ser fuertes y demostrarle al mundo que el odio no va a vencer', asegura.

Fue precisamente el odio lo que motivó a un estadounidense a asesinar a 49 personas y herir a otras 53 con un arma de fuego durante la 'Noche Latina' en la discoteca localizada en Orange Avenue, Orlando.

Morales, enfermero residente de Florida, se propuso caminar para el mes de enero, en honor al amor que le tiene a Martín, quien hubiera cumplido 34 años ese mes. 'Yo le prometí a él que iba a volver a caminar para él y que yo iba a recuperar mi vida', acotó.

Su última operación fue en agosto 2016, en donde le transfirieron huesos, pues había perdido ocho centímetros de hueso en cada pierna. En octubre 27, relata, el doctor le ordenó comenzar a caminar, a pesar del pronóstico de que estaría un año encamado o en silla de ruedas.

'Mi próxima cita fue el ocho de diciembre y yo llegué caminando al doctor con mi andador. Cuando él me ve, me dice 'yo estoy bien contento con tu recuperación, esto es un milagro de la ciencia'. Yo le dije no, yo soy un milagro de Dios porque Dios fue quien me levantó', recuerda Morales, cuya fe se agudizó tras la tragedia.

'Yo estando allí tirado en el piso, yo hubiese muerto en cualquier momento. Si Martín se me murió al lado y yo que era un blanco perfecto para el desgraciado ese [el autor de la masacre], y no me morí, yo dije 'wow, como Dios protege su pueblo'', añade.

El joven mayagüezano se encuentra en Puerto Rico visitando familiares y amigos. De igual forma, participó del evento de conmemoración a las 24 víctimas puertorriqueñas de esa noche en Pulse, celebrado en el Municipio de San Juan.

Durante el evento, se develó un mural en alusión a la unidad, contiguo al mensaje 'Amor es Amor' escrito en el área verde y frente y al monumento erigido el año pasado que también honra las vidas de toda la comunidad Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero, Transexual, Intersexual y Queer (LGBTTIQ).

Ahora, además de continuar sus terapias de recuperación y bailar salsa, espera educar a otros sobre la tolerancia y el respeto.

'Yo le digo al pueblo de Puerto Rico que tiene que tener tolerancia, respeto hacia los demás y no importa la preferencia sexual de una persona, lo que importa es el corazón, los sentimientos, el amor al prójimo, eso se ha perdido poco a poco. Añade ahí que mi propósito es enseñarle a la gente que no importa tu preferencia sexual o cómo te veas, Dios te va a querer'.

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