Confinados reciben bonificaciones para reducir sus sentencias al estudiar y trabajar
La licenciada Lorena Cortés explicó que si la persona reclusa trabaja, se le otorgan no más de cinco días de bonificación por cada mes, y “poco a poco” se va descontando de su sentencia.
La secretaria del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), Ana Escobar Pabón, informó, en vista pública de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, que los confinados reciben bonificaciones para disminuir su sentencia si estudian y trabajan.
La secretaria compareció ante la Comisión de Educación, Arte y Cultura, presidida por la representante Deborah Soto Arroyo, para atender la Resolución de la Cámara 788 (R. de la C. 788). La medida ordenó a la Comisión a investigar e identificar las necesidades pedagógicas más apremiantes de la población correccional bajo custodia del DCR. Asimismo, evaluar las políticas públicas necesarias para mejorar su proceso de rehabilitación mediante los programas educativos que se les brindan a los fines de la obtención de grados académicos tanto primarios, secundarios, técnicos y universitarios.
Como parte de los incentivos para motivar a las personas reclusas, se ofrecen unas bonificaciones que reducen la sentencia del confinado, siempre y cuando se cumplan con los requisitos.
“Según la ley, en el caso específico de realizar trabajo, dispone que no son más de cinco días por cada mes, en el primer año. Luego, por cada año subsiguiente son siete días de cada mes. Cada cierto tiempo, hay una evaluación y se considera si el confinado ha estudiado o ha trabajado; y esto poco a poco se va descontando de su sentencia. Para esto hay unos requisitos como haber completado el mes completo, exhibir una conducta correcta y poco a poco se le va descontando de la sentencia”, explicó la licenciada Lorena Cortés, secretaria de Asuntos Legales e Investigaciones del DCR.
La secretaria Escobar Pabón explicó que al momento que los confinados ingresan al sistema penal, los técnicos sociopenales entrevistan al confinado para recoger información básica como la educación. Posteriormente, esta información sirve de base para entender qué programas capturan el interés de los confinados, además de las clases básicas que se ofrecen (Ciencia, Matemáticas, Español, Historia y Educación Física). Los confinados cuentan con cursos diurnos o nocturnos para terminar sus estudios de Escuela Superior.
“Ellos (los confinados) siempre se van a motivar y será un incentivo para ellos la bonificación. Siempre que haya una bonificación adicional que ellos puedan obtener, ellos se van a motivar a hacerlo; a trabajar o estudiar. Buscan una alternativa al excarcelamiento, ya sea una libertad condicionada o reducción de sentencia”, indicó Escobar Pabón
Escobar Pabón señaló que, con el programa educativo, los maestros hacen evaluaciones de necesidad de aprendizaje, y realizan entrevistas a la población correccional. En estas conversaciones, los confinados demuestran cuál es el nivel de escolaridad más alto alcanzado y cuáles son sus intereses. Posteriormente, se realiza un sondeo y análisis para identificar en qué áreas recae el mayor interés.
Como parte de los cursos educativos, se ofrecen talleres vocacionales, exámenes del Departamento de Educación, el examen del College Board y hasta un bachillerato en Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico (UPR). De este bachillerato, se han graduado 12 estudiantes de la población correccional.
De igual manera, la institución Caribbean University le ofrece a los confinados grados asociados de manera híbrida, presencial y virtual. Algunos de sus cursos consisten en Mercadeo Digital, Ingeniería Tecnológica, Ingeniería Electrónica, Gerencia, Contabilidad y Programación de Computadoras.