Deponentes del sector médico favorecen proyecto que busca prohibir métodos de afirmación de género a menores de edad
En Puerto Rico no hay personal que realice cirugías afirmativas.
Los cardiólogos Ivan Lladó y César Vázquez, así como la psicóloga Grisella García Delgado, se expresaron ayer a favor del Proyecto de la Cámara 768, que busca prohibir los métodos de afirmación de género a menores de edad, por entender que dicha práctica podría representar un riesgo para el menor.
Su defensa formó parte de las ponencias que presentaron ante la Comisión de Bienestar Social, Personas con Discapacidad y Adultos Mayores, que atiende dicho proyecto.
“Me interesó este tema porque nosotros como cardiólogos adultos nos pueden llegar este tipo de pacientes. La pubertad es uno de los temas más importantes porque hay muchos cambios en este tiempo, como en el sistema cardiovascular y muchos de estos niños enfrentan daños de por vida”, sostuvo Lladó, quien tiene 40 años de experiencia, pero nunca ha atendido un paciente trans con dichos problemas.
Mientras, Vázquez también favoreció la medida. Según el cardiólogo, los bloqueadores de pubertad, las hormonas sexuales exógenas y las cirugías cosméticas “inducen unos cambios permanentes en el cuerpo, afectando asuntos tan importantes como la capacidad reproductiva y la capacidad de responder sexualmente”.
Sin embargo, el médico sostuvo que solo la persona recipiente de los tratamientos debe tener la autoridad para consentir a ellos. “Ni el médico, ni los padres, tutores o encargados deben sustituir el consentimiento del afectado. A los 21 años, con plena libertad y con mayor comprensión, es que se puede dar el verdadero consentimiento”, expresó el doctor.
El proyecto 768 persigue, específicamente, tipificar como abuso sexual, maltrato o maltrato institucional, si aplica, el permitir que un menor se someta a un tratamiento hormonal o cirugías para construir la identidad de género que sea “no congruente a la genética sexual”.
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En Puerto Rico no hay acceso a cirugías afirmativas, pero sí a hormonas, que solo pueden ser recetadas por un psiquiatra que haya confirmado que su paciente tiene disforia de género, es decir, no se identifica con el género que se le asignó al nacer.
La representante del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), Mariana Nogales, que posee un bachillerato en psicología además de ser licenciada, expuso que la razón por la cual se interviene en la pubertad es porque ''ese es el momento crítico donde una persona va a desarrollar sus órganos, que le salgan vellos en la cara, y por esto es la razón que se atiende en la pubertad, y se espera que haya una certeza médica de que la trayectoria va hacia cierta dirección”.
Mientras, la psicóloga clínica Grisella García Delgado, argumentó que hay que proteger a los menores de tomar decisiones irreversibles ante modas, catalogando la identidad trans como un “trend”.
“Hoy día ser trans es hasta ser popular y se hacen fiestas para celebrar la amputación de órganos sanos. Hay que analizar esto en detalle para que en lugar de una afirmación de género no sea una afirmación psicológica por una necesidad de aceptación, de pertenencia, de autoestima, de propósito, de sentido, lo cual no se cura con intervenciones hormonales o cirugías”, manifestó la psicóloga con sobre 20 años en el campo.
“Estos procedimientos hormonales y quirúrgicos buscan forzar a que un cuerpo sano se repare y se convierta hasta que pueda alinearse a lo que piensa su mente. Entre estos procedimientos están las mastectomías, las histerectomías, cirugías en cuerdas vocales, amputaciones y reconstrucciones para cambiar la apariencia física de los genitales, entre otras. Autorizar esta práctica en menores sí debe ser considerada maltrato”, expresó García Delgado.
La presidenta de la comisión, la representante Lisie Burgos, concordó con el punto de la psicóloga, al describir como una “corriente” que tantos jóvenes transicionen al mismo tiempo.
“Los profesionales de la salud están siendo adiestrados para que estos procesos hormonales y quirúrgicos sean la opción sin poder explorar la motivación real del paciente. Los profesionales de la salud están siendo educados en decir que esta es la mejor alternativa para tratar la disforia de género”, alertó la psicóloga clínica, quien recomienda, además que se enmiende la ley para que se considere una persona mayor de edad cuando alcance los 21 años y no 18 años.
Por su parte, la portavoz de la organización Mujeres por Puerto Rico, Claribel Maldonado, también endosó el proyecto de ley al señalar como “maltrato infantil” y un “grave problema ético” permitir la realización de procedimientos que son irreversibles y que “alteran toda una vida en menores de edad, quienes no pueden dar un válido consentimiento”.