Designado Secretario de Trabajo se lavó las manos como Pilato, según Aldridge
Ante la Comisión de Nombramientos del Senado, el licenciado Leo Aldridge mostró prueba de que el nominado Secretario del Trabajo tenía conocimiento y poder para detener el caso contra Alma Yariela Cruz Cruz, pero optó por no hacerlo.
Según el licenciado Leo Aldridge, el designado secretario del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), Carlos Rivera Santiago, tuvo en sus manos todas las herramientas para desistir de echarle el peso del Estado a una niña negra que alegadamente se defendía de acoso escolar, sin embargo no lo hizo.
En cambio, según el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, esa responsabilidad atribuida al nominado no solo recaía sobre Rivera Santiago, sino en toda una línea de mando a la que no se le ha cuestionado de la misma forma durante este proceso, pese a que en la actualidad quien único está bajo escrutinio de la legislatura para ocupar un cargo constitucional es, precisamente, Rivera Santiago.
Ambos argumentos protagonizaron la vista pública de la Comisión de Nombramientos del Senado para indagar sobre el rol de Rivera Santiago en el caso que llevó el Departamento de Justicia contra Alma Yariela Cruz Cruz.
A sus 11 años, a la niña y estudiante de educación especial se le radicaron cinco cargos por agresión en enero de 2017. Su familia justificó que la niña había sido víctima de un patrón de acoso escolar por su color de piel y por eso reaccionó de esa manera.
Al nominado se le señaló por no intervenir para detener el procesamiento de Cruz Cruz, ya que en ese momento ocupaba el cargo de Secretario Auxiliar de Menores y Familia en Justicia. Es decir, supervisaba a los procuradores de menores que llevaban casos como los de la niña. Quien lideraba Justicia mientras se insistía en continuar con los cargos era la actual gobernadora, Wanda Vázquez Garced.
Para Aldridge, quien fungió como abogado de Cruz Cruz en ese caso, el pleito debió ser mediado fuera de tribunales y, ante la inacción de la escuela Modesto Rivera en Carolina, era Rivera Santiago quien tenía el poder de poner un detente.
“Tuvo en incontables oportunidades de usar el buen juicio, la prudencia y el sentido básico de justicia para detener el atropello que ha indignado al País”, declaró Aldridge, quien añadió que en tres ocasiones se solicitaron sanciones económicas en su contra para dejar desprovista a Cruz Cruz de representación legal, pese a que él llevaba el caso pro bono.
El abogado compartió con los senadores una carta que envió directamente a Rivera Santiago el 8 de abril de 2017, en la que pidió la desestimación y solicitó una evaluación para saber si se cumplió con una disciplina a nivel escolar y si la menor entendía los procesos. La misiva no fue contestada por el nominado, entonces Secretario Auxiliar.
En otro mensaje, esta vez por correo electrónico el 6 de mayo de 2017, Aldridge recalcó la petición anterior y señaló que Rivera Santiago tenía poder decisional para resolver el asunto, a lo que el nominado contestó dos días después que, para poder darse la mediación, “debe existir el consentimiento de todas las partes para que se efectúe el referido” y que, por lo tanto, se procedería con la adjudicación por los cinco cargos presentados contra Cruz Cruz.
También le pidió que se comunicara con la Oficina de Menores en Carolina para solicitar de manera formal esos remedios.
“Ninguna ley y ningún reglamento lo obligaba a continuar con el caso. El Secretario del Trabajo tuvo ante sí una responsabilidad gigante y optó por lavarse las manos como Poncio Pilato. La excusa de que el caso estaba corriendo cuando él llegó es la excusa más baladí jamás pronunciada”, leyó Aldridge durante su testimonio.
El licenciado Aldridge lanzó una crítica a los procuradores de menores bajo la dirección de Rivera Santiago, al asegurar que por su experiencia podría decir que nunca “procuraron por los menores”. Aunque mencionó que las personas deben tener derecho a reivindicarse, aclaró que esa oportunidad debe surgir luego de que acepten sus errores, algo que Rivera Santiago no ha hecho.
“Aquí el designado jamás ha aceptado responsabilidad por el terrible daño que ha hecho a una niña que podría ser hija de cualquiera de ustedes. Las decisiones no son solo las acciones, sino también las omisiones”, exclamó.
Cuando se presentó ante la Comisión de Nombramientos el pasado lunes, el nominado Secretario reconoció que el caso no debió llegar a los tribunales, a la vez que admitió que no ordenó el archivo o la detención del caso en ninguna de sus diversas etapas porque entendía que, al continuar con la orden de arresto y la presentación de cargos criminales, estaba en cumplimiento con su deber ministerial.
Férrea defensa de Rivera Schatz
Al igual que en la vista de ayer, en la que depuso la madre de Cruz Cruz, Yomayra Cruz Lozada, el grueso de la vista pública del miércoles en la tarde recayó en los intercambios del deponente con el Presidente del Senado.
Rivera Schatz criticó que los señalamientos contra el nominado surgieron ahora, cuando se pretende que dirija el DTRH, pero no cuando se le designó como fiscal de Justicia en noviembre de 2019.
En su extensa intervención, el Presidente del Senado buscó de distintas formas que Aldridge catalogara a Rivera Santiago como racista y verbalizó que, de existir prueba de que el nominado era racista, ordenaría cancelar la evaluación del nombramiento.
“Alguna gente ha querido convertir esto en un acto de racismo y yo quiero que alguien me diga a mí en qué acto el licenciado Carlos Rivera Santiago fue racista. Si alguien aquí trae pruebas de que el licenciado fue racista, lo cuelgo [el nombramiento]. Inmediatamente. Yo quiero parar el racismo. Yo quiero ver aquí quién es el racista, pero yo creo que aquí hay otro tipo de discrimen que no es por raza”, apuntó Rivera Schatz.
El Presidente del Senado hasta preguntó a Aldridge si un senador adjudicaba que Rivera Santiago era racista, el licenciado Marcos Rivera Ortiz podía utilizar esas palabras a su favor en la demanda de daños incoada por Cruz Lozada contra el Estado, el Departamento de Educación y personas no identificadas que pudieron actuar de forma negligente en manejo del caso de Cruz Cruz.
Aldridge respondió que, como abogado, podría utilizar el argumento, pero añadió que los estilos de los licenciados varían y por tanto, no todos piensan o actúan de la misma manera.
El Presidente del Senado criticó que solo él confrontó al nominado el pasado lunes sobre sus planes para manejar las extensas filas de personas que buscan solicitar el desempleo, pues los demás senadores se enfocaron en el tema del racismo. Sin embargo, durante esta vista Rivera Schatz tampoco abundó sobre las credenciales del nominado, un exprocurador de menores, para liderar el DTRH.
Rivera Schatz también cuestionó si todas las partes involucradas en el pleito judicial, desde los directivos de la escuela en Carolina, hasta los jueces que tuvieron este caso ante su consideración, pudieran considerarse racistas por su inacción, tal como ha sucedido con Rivera Santiago.
En múltiples ocasiones, Aldridge reiteró que no podía hacer esa valoración, pero destacó que los ataques a los que reaccionó Cruz Cruz contenían insultos por su raza y por eso se abordó el tema de racismo.
“Que quede en el récord claro que el licenciado Leo Aldridge no acusa de racista a Carlos Rivera Santiago”, resolvió el Presidente del Senado.
Ambos luego se enfrascaron en una discrepancia sobre la forma en que se resolvió el pleito judicial, puesto que el intento de procesamiento criminal finalizó en febrero de 2018 mediante desistimiento del gobierno.
A juicio de Rivera Schatz, el caso se desestimó porque las demandantes optaron por desistir, lo que para el licenciado Aldridge era sinónimo de que tanto las demandantes y Justicia se quedaron sin evidencia. Ninguno de los dos cedió en su postura, pero el Presidente del Senado buscó tener la última palabra.
Al finalizar la vista, el senador Héctor Martínez Maldonado, quien preside la Comisión de Nombramientos, mencionó que había un 85 por ciento de probabilidad que el nominado acudiera mañana, jueves, a una segunda citación pública.
A su juicio, de la vista no se desprendió que Rivera Santiago haya participado del caso de Cruz Cruz y que en todo momento cumplió con la ley.
La participación de otros senadores y senadoras en la vista fue menor a la celebrada ayer.
Vea la transmisión de la vista pública: