Mabel Cabeza insiste que no sabía de compras, pero recibía instrucciones de Fortaleza
La exjefa de personal del Departamento de Salud se desligó de la fallida compra a Apex General Contractors por $38 millones durante su comparecencia a la Comisión de Salud de la Cámara.
Mabel Cabeza, el alegado “poder detrás del trono” en el Departamento de Salud —como la han señalado bajo juramento en vistas previas— se desligó del proceso de compras irregulares durante la emergencia del coronavirus COVID-19, tal como han hecho quienes se han sentado a deponer ante la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes.
Cabeza Rivera se desempeñó como exjefa de personal de Salud mientras Rafael Rodríguez Mercado dirigía la agencia, y luego, al ser destituida, se convirtió en enlace entre el “Task Force” Médico para asesorar a la gobernadora, Wanda Vázquez Garced, y La Fortaleza.
Su testimonio era uno de los más esperados, pues su nombre ha sido mencionado durante más de dos semanas por múltiples deponentes como una de las fichas principales en la fallida compra de $38 millones a Apex General Contractors (APEX) para un millón de pruebas rápidas para detectar el COVID-19 en Salud, pero tramitada en el Centro de Operaciones de Emergencias (COE).
“¿Si ustedes tienen la conclusión, pues para qué la investigación?”, cuestionó Cabeza Rivera en tono desafiante al representante Gabriel Rodríguez Aguiló, al insistir que quien único ha mencionado su nombre como una de las involucradas en transacción con APEX fue el representante y presidente de la Comisión de Salud, Juan Oscar Morales Rodríguez.
En horas de la mañana se descartó una petición de inhibición por parte de la abogada de Cabeza Rivera, Jennie Mariel Espada, al Presidente de la Comisión. Tanto a su llegada como a su salida, Espada afirmó que su clienta era un "chivo expiatorio" para tapar la compra millonaria, mientras que Cabeza Rivera aseguró que los testigos que se han sentado antes que ella “definitivamente” han mentido.
A juicio de Cabeza Rivera, en el proceso se le ha juzgado de forma injusta y no se le ha otorgado credibilidad a su testimonio, sino al de la ex secretaria interina de Salud, Concepción Quiñones de Longo, y quienes se han sentado antes que ella.
Cabeza Rivera subrayó que no fue incluida en el proceso de compra con APEX, pese a que para esa fecha ya laboraba como enlace entre el “Task Force” Médico y La Fortaleza.
El representante Morales Rodríguez, por su parte, indicó que fue el general José Burgos, director del Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD), quien primero vinculó a Cabeza Rivera, además de Quiñones de Longo, y no él como Presidente de la Comisión.
Sumado a eso, varios deponentes la han señalado desde el inicio del proceso investigativo de la Comisión de Salud, como el doctor Segundo Rodríguez Quilichini, quien dirige el “Task Force” Médico, y el doctor Juan Salgado, también integrante del equipo asesor, como parte del proceso de compra.
Rodríguez Quilichini, particularmente, la identificó como parte del equipo de compras de Salud, pese a que Cabeza Rivera testificó que el doctor era quien la supervisaba cuando ella se convirtió en el enlace entre el “Task Force” Médico y La Fortaleza.
Por órdenes de la Gobernadora
Del esperado testimonio de Cabeza Rivera, que se extendió por más de cinco horas, se desprende que sus tareas le eran asignadas por la Gobernadora o por personal que le respondía a Vázquez Garced al menos desde que se declaró un estado de emergencia por el COVID-19.
La instrucción se impartía por encima de quien todavía era su jefa, la doctora Quiñones de Longo, y abordaba asuntos como participar de reuniones a las que no fue invitada, dar seguimiento a asuntos relacionados a la pandemia y corroborar qué pruebas rápidas para detectar la enfermedad habían sido revisadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La Gobernadora sí va por encima de la Secretaria de Salud. Cuando la Gobernadora pasa a estar presente, la reunión pasa a ser de la Gobernadora, no de la Secretaria”, exclamó Cabeza Rivera, en referencia a un cónclave del 17 de marzo, fecha en la cual aún laboraba en Salud.
Ese día, Quiñones de Longo tenía una reunión con la Gobernadora. Al llegar la Primera Ejecutiva y su equipo de trabajo, su ayudante especial Marisol Blasco Montaña pidió a Cabeza Rivera que se trasladara al encuentro. En esa reunión se discutió la contratación a la empresa Quest Diagnostics para la compra de pruebas rápidas, así como la necesidad de habilitar al Hospital Universitario Ramón Ruiz Arnau (HURRA) para atender a pacientes del COVID-19, entre otros asuntos.
Cabeza Rivera especificó que conoció a Vázquez Garced durante el cuatrienio, mientras se reunía con Rodríguez Mercado para asuntos de Medicaid. La Gobernadora también la “vio trabajando en el Concilio de Salud”.
Ayer, el hecho de que Cabeza Rivera recibiera instrucciones directamente de la Gobernadora fue manifestado por la subsecretaria de la Gobernación, Lillian Sánchez Pérez, y por un extracto que no se había revelado de la vista ejecutiva de Quiñones de Longo ante la Comisión de Salud.
Sánchez Pérez aludió a que Cabeza Rivera contaba con amplio conocimiento de los procesos en curso dentro de Salud.
Sin conocer funciones
Como enlace entre el “Task Force” Médico y La Fortaleza, Cabeza Rivera afirmó que nadie le explicó en qué consistían sus funciones más allá de hacer lo que el doctor Rodríguez Quilichini le pidiera o necesitara.
Cabeza Rivera llegó a esta posición porque Quiñones de Longo no interesaba continuar con sus servicios como persona de confianza y pretendía destacarla a la Administración de Servicios Médicos (ASEM).
Entre lágrimas, Cabeza Rivera narró en la vista cómo Quiñones de Longo le advirtió que no le gustaba que la retaran, en referencia a la reunión a la que asistió sin su permiso, razón por la cual la movería a ASEM en destaque. Al enterarse de la movida propuesta, la subsecretaria de la Gobernación recomendó a Cabeza Rivera para trabajar como enlace, labor que comenzó al día siguiente.
En su testimonio afirmó que tampoco sabía quién certificaba su asistencia en La Fortaleza.
La exfuncionaria negó haber referido a empresas particulares para que fueran contratadas en medio de la emergencia y redujo su intervención al reenvío de correos electrónicos a la Oficina de Compras en Salud para su evaluación.
“Cuando yo enviaba ‘forwards’, eran propuestas, no cotizaciones y pasaban a quienes tenían que decidir. Yo no intervenía en estos procesos. Recuerden que yo estuve tres años y tres meses en Salud, las personas sabían quién yo era. Los enviaba así, sin leer”, aseguró Cabeza Rivera.
Sin embargo, Cabeza Rivera recibió un correo electrónico nuevo cuando se convirtió en el enlace entre el “Task Force” Médico y La Fortaleza, labor que insistió solo realizó por seis días laborables.
A esa nueva dirección, la exfuncionaria afirmó haber recibido “dos o tres” propuestas, incluidos mensajes de Jorge Dávila, director de campaña de Vázquez Garced.
“Yo lo canalizaba. Yo no referí, yo di ‘forward’ al email”, señaló.
¿Cómo llegó Mabel Cabeza a Salud?
Cabeza Rivera relató en su testimonio que trabajó en el equipo del Plan para Puerto Rico, lo que se convirtió en la plataforma de campaña de Ricardo Rosselló Nevares, y posteriormente lo que suponía ser su hoja de ruta en su mandato como Gobernador.
El 24 de diciembre de 2016, en Nochebuena, Cabeza Rivera sostuvo una extensa entrevista de trabajo con Rodríguez Mercado luego de someter su resumé al “banco de talento” y ser referida por Alfredo Escalera, quien fue vicealcalde de San Juan. En enero de 2017, fue designada como Ayudante Ejecutiva.
A los cinco meses, el 3 de mayo, se convirtió en jefa de personal (“Chief of Staff”) de Rodríguez Mercado. Su salario era de $7,200, más un diferencial de $300 por el destaque.
En esa línea, Cabeza Rivera reconoció ser amiga de quien fue director de campaña de Rosselló Nevares, Elías Sánchez Sifonte, y su esposa la licenciada Valerie Rodríguez Erazo, al punto que salían “con frecuencia cuando vivían aquí”.
No obstante, insistió que Sánchez Sifonte no conocía a Rodríguez Mercado y no tuvo que ver con su llegada y ascenso en Salud.
Entre sus funciones se encontraba ser la persona enlace entre Salud y la Junta de Control Fiscal (JCF), recopilar información sobre los proyectos encaminados, hacer presentaciones, acudir junto al entonces Secretario a reuniones y actividades, entre otras.
“Yo no supervisaba a nadie, era puramente administrativo y lo que me delegaba el Secretario”, aseguró Cabeza Rivera antes de rectificar y decir que supervisaba al personal de confianza de la agencia, que incluía a los siete secretarios auxiliares.
Cabeza Rivera indicó que tampoco acostumbraba firmar documentos o enviar mensajes escritos, en parte porque Rodríguez Mercado no quería que lo hiciera. Luego, con la emergencia del COVID-19, Rodríguez Mercado la convirtió en la líder de las reuniones porque él “se abrumaba”.
El representante Morales Rodríguez afirmó que el exsecretario Rodríguez Mercado sería citado a deponer ante la Comisión de Salud.
Tras la renuncia de Quiñones de Longo y el nombramiento de Lorenzo González Feliciano como nuevo secretario de Salud, Cabeza Rivera fue despedida el pasado 30 de marzo. Posteriormente, La Fortaleza confirmó que tampoco continuaría como parte de su equipo.