Río Piedras: entre el abandono y el renacer digital
La Ciudad Universitaria, testigo de la historia y la migración en la Isla, enfrenta tiempos inciertos tras la disminución de la comunidad dominicana, pero parece haber encontrado un impulso a través de las redes sociales.
Por más de un siglo, el casco de Río Piedras ha sido un punto de encuentro entre lo urbano y lo rural en el municipio de San Juan. Su Plaza del Mercado, oficialmente nombrada Rafael Hernández Marín, ha fungido como el corazón comercial de la zona, donde generaciones de puertorriqueños y comunidades inmigrantes han encontrado no solo un sustento económico, sino también un sentido de comunidad.
Desde sus inicios, la Plaza del Mercado ha sido testigo de los cambios sociales y económicos del país. Fotografías históricas la muestran como un espacio vibrante, lleno de vendedores de carnes, plátanos y otros productos frescos que atraían a consumidores de distintos puntos de la Isla. Su actual estructura data de la década de 1960, cuando se inauguró con un diseño arquitectónico innovador para la época.
Más allá del intercambio de bienes, el mercado ha sido un reflejo de la sociedad circundante, especialmente con la llegada de comunidades como la dominicana, que ha tenido una presencia significativa en el área. Muchos inmigrantes han establecido allí sus negocios, convirtiendo a Río Piedras en un enclave multicultural.
A lo largo de su historia, el mercado ha sobrevivido cambios económicos, incendios y desastres naturales. Sin embargo, en años recientes enfrenta una amenaza distinta: el miedo. La política migratoria impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, particularmente dirigida hacia la comunidad dominicana en la Isla, ha tenido un efecto palpable.
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La disminución de comerciantes y consumidores dominicanos en la plaza ha dejado pasillos vacíos, afectando directamente la actividad comercial del casco urbano.
No obstante, en medio de la crisis, el casco de Río Piedras ha encontrado un nuevo impulso a través de la era digital. Plataformas como TikTok se han convertido en aliadas inesperadas al promover los productos, precios y rostros del mercado. Los videos virales han despertado el interés de nuevas audiencias, especialmente jóvenes y estudiantes universitarios.
Gracias a estas publicaciones, el casco ha comenzado a revitalizarse, mostrando que aún es posible encontrar tradición, cultura y precios accesibles. Aunque persiste la incertidumbre económica y social, el casco de Río Piedras continúa de pie: como símbolo de historia, resistencia y transformación.
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