Hay niños que disparan armas de fuego desde los siete años legalmente en Puerto Rico
Así lo afirmó el propietario de una de las tres armería en Ponce, quien también sostuvo que el despachar licencias de armas en la Isla con más facilidad no incide en la criminalidad.
Un hecho que puede ser inquietante y desconocido para algunos ha salido a la luz en Puerto Rico: los niños pueden comenzar a disparar legalmente desde los siete años, siempre que estén acompañados por un adulto en un club de tiro autorizado.
Edison Vera, dueño de la armería El Bunker en Ponce, confirmó este dato durante una entrevista radial en el programa radial Primer Round de Magic 97.3 FM y 99.5 FM. Esto provocó sorpresa y preocupación para los periodistas Rafael Lenín López y Dennise Pérez, quienes llevaron a cabo la entrevista.
"Es un permiso especial, obviamente, bajo la tutela de su padre. No puede comprar nada, pero va al club de tiro y puede disparar", dijo Vera.
La idea de que un niño en plena infancia, aún en desarrollo emocional y cognitivo, pueda tener acceso a un arma de fuego bajo cualquier circunstancia puede plantear varios cuestionamientos, entre ellos: ¿qué necesidad hay de introducirlos tan temprano en una actividad tan delicada y potencialmente peligrosa? ¿Es realmente esta una práctica responsable, incluso en un entorno regulado?
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Vera defendió la práctica, señalando que la ley exige supervisión estricta en clubes de tiro certificados, lo que, según él, garantiza la seguridad y un aprendizaje adecuado en el manejo de armas.
Además, argumentó que esta temprana exposición puede ser vista como un deporte, pero para otros, el simple hecho de poner un arma en manos de un niño resulta alarmante e innecesario.
Vera también sostuvo que en la Isla se debe normalizar la portación de armas de fuego, tal y como en algunos lugares de Estados Unidos.
Asimismo, Vera ofreció detalles sobre los cambios significativos en el proceso para obtener una licencia de armas en Puerto Rico.
“La solicitud de la licencia de armas yo creo que es algo bastante justo y tiene un protocolo riguroso en la policía de Puerto Rico. La diferencia del procedimiento de ahora y antes es que ahora no hay que ir a un tribunal para que te hagan una vista y un juez te haga ciertas preguntas, que interroguen posiblemente de por qué tú quieres tu arma de fuego”, dijo.
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"Ahora mismo se hace un 'background check' con lo que se llama el 'background check' instantáneo del sistema federal. Eso lo hace la policía en el procedimiento de ver si se le va a entregar la licencia de armas al ciudadano o no. Luego de eso pasa de nuevo en la armería el momento en que el ciudadano va a comprar un arma de fuego", añadió el dueño de la armería; quien también dijo que "el 'background check' abarca mucho más de lo que posiblemente pensamos".
Sin embargo, ante cuestionamientos y planteamientos de ambos periodistas, este afirmó que no se hace un examen psicológico al momento de otorgarle la licencia de portación de armas a una persona en Puerto Rico.
Del mismo modo, Vera reveló que en su establecimiento, una de tres armerías en Ponce, vende alrededor de 40,000 balas al mes. Esta cifra que podría resultar alarmante o descabellada para algunos.
No obstante, el propietario de la armería El Bunker en Ponce justificó este volumen explicando que cuenta con una amplia clientela, entre la que se encuentran numerosos tiradores competitivos que compran alrededor de 1,000 al mes. Según Vera, estos clientes adquieren grandes cantidades de municiones de manera regular debido a la creciente frecuencia de competencias de tiro que se realizan en la Isla; detalle que, asegura, suele ser subestimado por la mayoría de las personas.
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“De esta cantidad que te dije (40,000), yo tengo 10 o 12 clientes que se compran 1,000, ya ahí hay 12,000 y ellos son tiradores. Pero tengo otros que van por hobby, tengo señores que este es su hobby”, indicó.
Del mismo modo, al ser consultado sobre la identificación de compras de municiones destinadas al bajo mundo en Puerto Rico, Vera afirmó que en su caso no ha detectado indicios de este tipo de actividad. Sin embargo, enfatizó que aunque hay protocolos, identificar dichas transacciones no es una tarea sencilla debido a que no siempre hay señales evidentes que las delaten.
"No hay un límite para detener la compra, pero sí hay una cantidad para que la Policía levante bandera, y esa cantidad es de 20,000 (al año). Para comprar 20,000 hay que tener mucho dinero y hay que tener mucho tiempo", sostuvo Vera.
Al ser cuestionado por los periodistas, el propietario puntualizó que hasta el momento no ha tenido la necesidad de levantar bandera ni de alertar a las autoridades por alguna compra sospechosa en su establecimiento.