Entre la calle y la cuna: historias majestuosas de madres jóvenes que vencieron el sinhogarismo
Ivanis Rosario y Janetsy Berríos relataron sus experiencias y destacaron no tan solo las dificultades de vivir sin hogar, también cómo el acceso a programas bien diseñados puede marcar la diferencia en aquellos enfrentan situaciones extremas.
Dos mujeres que enfrentaron simultáneamente el desafío de la maternidad sin un hogar encontraron un renacer gracias a la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud.
Sus historias reflejan la cruda realidad que afligen a muchas familias en Puerto Rico, pero también son evidencia del anhelo de un mejor porvenir y la importancia de contar con servicios de apoyo que les permitan superar adversidades que, en su momento, pueden parecer imposibles.
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Una de ellas, Ivanis Rosario, una joven que atravesó un embarazo durante la pandemia y, a su vez, se le hizo imposible cumplir con el pago de una renta, transformó su vida de la mano de la organización. La otra, Janetsy Berríos; madre de dos y embarazada de su tercer bebé mientras vivía en la calle, encontró en la misma red el refugio y las herramientas necesarias para retomar el control de su futuro.
Ivanis relató que llegó a la Red tras encontrarse con Marcos en el centro comercial Plaza Las Américas. En ese momento, tenía aproximadamente seis o siete meses de gestación y vivía en un pequeño estudio junto a su pareja. Según explicó, el contrato de alquiler había vencido y, aunque la arrendataria les permitía quedarse temporalmente para evitar que terminaran en la calle, tenían un plazo límite para encontrar una vivienda segura, algo que no habían logrado hasta entonces.
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“Fue una bendición encontrarme con Marcos y que me diera el número de la red de apoyo” compartió con alegría en su rostro Rosario, quien también reveló que la respuesta que recibió por parte de la organización “fue inmediata”.
“Ellos fueron poco a poco en el proceso conmigo, me ofrecieron un hotel. No quise quedarme en el hotel porque no me sentía muy cómoda, pero rápido entonces me consiguieron un apartamento en la otra sede Casa Ramón. Ahí residí alrededor de un año, hasta que por fin pude conseguir mi espacio seguro, mi vivienda", explicó.
"Durante todo ese proceso ellos me ayudaron económicamente, me ayudaron con alimentos y artículos de aseo personal”, añadió Rosario.
Por su parte, Janetsy recordó que llegó a la Red estando embarazada de su tercera criatura. Había pasado dos días en la calle y explicó que la experiencia fue extremadamente difícil ya que era joven, se encontraba sola y estaba en una situación de total vulnerabilidad tanto emocional como física sin un lugar estable donde pernoctar.
“Una vez me comunico con personal de la red, me respondieron ese mismo día inmediatamente. No tardaron más de una hora en ubicarme en un espacio seguro. Estuve algunos días en hotel y, luego de eso, me ayudaron a canalizar lo que fue un albergue para poder comenzar lo que sería mi proceso. Me ayudaron a canalizar lo que es mi vivienda, me ayudaron a atender lo que era mi embarazo, pañales para mis otros hijos, y un sinfín de cosas para su cuidado y bienes personales”, indicó la joven madre.
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Berríos también destacó que el apoyo emocional y el componente psicológico fueron fundamentales durante su estadía en el albergue. Además, atravesó un proceso de violencia doméstica y la ayuda recibida fue clave para su sanación.
"Para mí, es un honor estar aquí contando mi experiencia. Ha pasado un año de todo esto que sucedió en mi vida y, al sol de hoy, continúo en crecimiento personal desde que todo esto pasó. Nunca había visto ningún programa que trabajara con nosotros los jóvenes que queremos echar para adelante, que queremos hacer algo con nuestras vidas y darle un futuro a este país y a nuestros hijos, que son el futuro de este país. Mi agradecimiento hacia la red nunca va a terminar, porque el crecimiento que yo he tenido desde que yo llegué hasta aquí ha sido inmenso, tanto física como emocional y hasta personalmente", dijo Janetsy notablemente emotiva.
Asimismo, expresó que, a medida que observaba su propia evolución, se sintió profundamente inspirada. Este proceso le permitió descubrir su interés por las labores sociales y su deseo de contribuir en este ámbito, destacando que estas acciones deberían ser un compromiso de todos.
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"Todo el mundo debería hacer esto y no deberían estar pasando los jóvenes las cosas que pasé o que muchos han pasado", enfatizó Berríos, quien además indicó que en enero comenzará los estudios para hacia obtener un bachillerato en trabajo social.
"Estoy sumamente emocionada porque, realmente, ha sido con intención de ser parte de esto", dijo con esperanza y brillo en sus ojos.
Por otro lado, Ivanis Rosario exhortó a los jóvenes que estén atravesando procesos o adversidades similares a las de ella a identificar las ayudas disponibles, destacando que existen recursos aunque no siempre se hable de ellos.
Del mismo modo, destacó el trabajo de Marcos y su organización, mencionando que suele aparecer en los medios de comunicación ofreciendo su ayuda. También instó a que se comuniquen, vía WhatsApp o llamada telefónica, con la línea de apoyo para obtener orientación y acceder a los beneficios necesarios al 787-510-1606.