Empresarios unen voluntades para devolver titularidad del lago de Levittown a toabajeños
El proceso de disuadir la venta del patrimonio comunitario se extendió desde abril del 2022.
La titularidad del emblemático Lago de Levittown regresó a las manos del municipio de Toa Baja este martes gracias al esfuerzo de diez empresarios que tomaron la iniciativa de disuadir al dueño privado de la venta del patrimonio llanero, la cual permanecía vigente desde abril del 2022.
El alcalde Bernardo “Betito” Márquez García afirmó, en conferencia de prensa, que proteger el lago alegadamente asegura aún más los proyectos de desarrollo económico de su administración.
“El lago de Levittown es de todas y todos los toabajeños. La administración municipal agradece profundamente este gran gesto de solidaridad”, expresó.
“Promovemos las alianzas en el sector público y privado porque son esenciales en todos los aspectos, incluyendo la preservación de nuestro entorno y fomentar una mejor calidad de vida”, abundó el funcionario.
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El grupo de empresarios fue compuesto por Merylee Suazo Quiñones, Joel Méndez Náter, Enrique Guilbee Restituyo, Luis Hernández Rosado, Gilberto y Edwin Ramos Rosa, José Monegro Mora, Rodolfo Rodríguez Carreras y Rafael Soto Bermúdez.
“Nos llena de orgullo devolverle a la comunidad estas 55 cuerdas que incluyen este hermoso cuerpo de agua. Con esta iniciativa, buscamos promover la conservación ambiental, crear espacios de recreación y, sobre todo, fomentar un desarrollo sostenible que beneficiará a todos”, dijo el portavoz del colectivo, Melvin Navedo Marrero.
NotiCel no recibió información sobre los términos que llevaron a CMYA Investments, corporación expropietaria del lago, a desistir de la venta del proyecto por influencia del grupo empresarial.
Un ingeniero llamado Enrique Santiago se había identificado como el primer dueño conocido antes de que el lago estuviera en manos de CMYA, según Márquez García.
“Hoy es un día histórico para nosotros. Esto marca el inicio de algo más grande, y estamos convencidos de que, uniendo voluntades, muchas cosas buenas vendrán para el pueblo de Toa Baja”, añadió.
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Desde su construcción en 1963, el proyecto tiene como objetivo mitigar las inundaciones que afectaban a cuatro de las ocho secciones de la urbanización Levittown, y es considerado como un ecosistema estuarino que es parte de los bienes de dominio público del país.
Según datos del programa Rayos X, en 1993, fue vendido como una finca privada por $250,000 para luego ser hipotecado en dos ocasiones.
Luego del paso del huracán María, en 2017, el municipio optó por implementar un “riguroso plan de limpieza y mitigación” en el cuerpo de agua y sus canales.
Finalmente, en 2019, se vendió como propiedad ejecutada por solo $8,500.
El ingeniero Enrique Santiago se identificó como el anterior dueño.