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Se acentúa hambre en la Isla tras Fiona por crisis en agricultura, desempleo y falta de recursos

Según la presidenta del Banco de Alimentos, Denise Santos, municipios como Ponce, Villalba, Maricao, Guayanilla, Lajas y Guánica fueron impactados "seriamente" y su población sufre por la falta de comida.

El sur no para de sufrir. Y si primero fue el huracán María en 2017, luego el terremoto de 2020 y la pandemia, ahora fue el ciclón Fiona el que ha puesto sobre la mesa lo que justamente falta sobre la mesa: alimentos.

La escasez de comida se palpa en Puerto Rico no solamente en aquellos que lo perdieron todo por el huracán categoría 1 que impactó al país el pasado 18 de septiembre, sino que también en quienes se mantienen en comunidades aisladas y sin recursos.

El hambre también se ha acentuado en la Isla por otras consecuencias directas e indirectas: la destrucción de las cosechas y el desempleo.

La presidenta del Banco de Alimentos, Denise Santos, es una voz con autoridad en el asunto: “Al presente, una tercera parte de los residentes de Puerto Rico carece de seguridad alimentaria. Es alrededor de 34 a 35% de la población en promedio. Pero en algunos municipios del centro y del sur, se llega a casi 50%”.

“¿Si ha aumentado ahora con Fiona? No tenemos estadísticas, pero estamos seguros de que la incidencia tiene que haberse incrementado y lo estamos sintiendo por los llamados de personas y poblaciones completas. Municipios como Ponce, Villalba, Maricao, Guayanilla, Lajas y Guánica fueron impactados seriamente por el huracán Fiona y están experimentado falta suministros y alimentos”, aseveró.

La portavoz de la institución consignó que la inseguridad alimentaria se traduce “en el tiempo que una persona que no ha tenido la certeza de recibir alimentos o de no saber dónde conseguirlo”.

Al respecto, expuso que el desempleo es otra vía para sufrir la falta de comida, ya que “una persona que se queda sin trabajo experimenta también inseguridad alimentaria temporera, al margen de quienes viven en la pobreza, sin recursos, que padecen seguridad alimentaria permanente”.

Para Santos, otro elemento “clave” es la agricultura, debido a que “la situación con la inseguridad alimentaria se agrava por la falta de productos frescos y si esos productos están disponibles a precios no accesibles para todo el mundo”.

“Por eso incentivar la agricultura es clave y ayudar a los agricultores cuya siembra fue devastada por Fiona. Muchos perdieron todo… Tenemos que trabajar mucho en este tema, incentivar y consumir lo del país”.

Como parte de las iniciativas del Banco de Alimentos, la vocera destacó el desembolso de casi $2.3 millones por parte de la organización para proyectos de seguridad alimentaria en el país a 32 entidades sin fines de lucro alrededor de la Isla.

Son proyectos dirigidos a la alimentación, educación, nutrición, desarrollo económico, creación de empleos y agricultura, como parte de la Convocatoria Puerto Rico Hambre Cero 2022.

“Se impulsan iniciativas como huertos caseros, comunitarios (como en la comunidad Juan Domingo, en Guaynabo, que cogen solares baldíos para sembrar e invitan a estudiantes para que aprendan), y otra, por ejemplo en Mayagüez, que une a personas mayores que viven con limitaciones de movilidad con estudiantes con limitaciones acceso a alimentos. Los estudiantes dan compañía, ayudan en casa y estas personas ayudan a los estudiantes con comida y vivienda”, contó Santos.

Añadió que “se busca maneras diferentes de trabajar con el tema del hambre y estos proyectos tendrán un impacto real y medible, tanto a corto como a largo plazo, en comunidades de toda la isla para acercarnos a un Puerto Rico sin hambre”.

Sobre si se necesita ayuda humanitaria en el país, la presidenta del Banco de Alimentos lo tiene claro: “Ufff, se necesita buscar maneras de construir un Puerto Rico sostenible y que no dependa de las exportaciones, ya que el 85% de los productos se traen de afuera”.

Advirtió también lo que puede suceder si por algún huracán se cierra el puerto de Jacksonville, en Florida, desde donde se traen la gran parte de los suministros a Puerto Rico: “Si el huracán Ian cogía esa zona, pudimos estar de tres a cuatro semanas con problemas de frecuencia. Siempre que dependamos de entidades de afuera es riesgoso, porque se crea una emergencia. También puede haber problemas por la falta de camioneros o una huelga en los muelles”.

Sobre la situación del banco de alimentos, creado en 1988, indicó que “gracias a los donativos estamos bien”, pero alerta que “la demanda es muy grande”.

Durante el pasado año fiscal distribuyeron sobre 12,5 millones de libras de alimentos, así como más de dos millones de comidas a madres e infantes, niños, universitarios, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y desempleados, a través de los 78 municipios.