Los agentes federales preguntaron sobre los procesos administrativos en la Cámara baja, según la representante.

El Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) allanó la vivienda de la representante María Milagros “Tata” Charbonier Laureano y su esposo, Orlando Montes Rivera, en Río Grande, para indagar sobre “procesos administrativos” de la Cámara de Representantes, de acuerdo a la funcionaria.

El FBI incautó los teléfonos de ambos mediante una orden de allanamiento y los interrogó a eso de las siete de la mañana de ayer, miércoles. La integrante de la Cámara de Representantes por el Partido Nuevo Progresista (PNP) aseguró que no era objeto de investigación, cuyo enfoque se cree que gira en torno al exdirector de su oficina legislativa, Jonathan Alemán Arce.

Una orden de allanamiento es una orden judicial que autoriza la revisión de un lugar u objeto específico para que las autoridades pertinentes obtengan evidencia de comisión de delitos. Estos mecanismos están respaldados por una causa probable —o hechos que la justifiquen— y están firmadas por un juez.

Charbonier Laureano fue contundente al negar que las preguntas que le cursó el FBI guardaban relación alguna con la campaña política del licenciado Pedro Pierluisi Urrutia, a quien apoya en la contienda primarista de la Palma, o con el también excomisionado residente en Washington en su plano personal.

También fue clara al decir que las preguntas no se relacionaban a las labores de su esposo, Montes Rivera, como director asociado de la Oficina de Planificación de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado.

En un principio, los agentes no querían que Charbonier Laureano estuviese acompañada, según la representante por acumulación. “Mi esposo decidió acompañarme todo el tiempo”, declaró.

Sin embargo, cuando la prensa le cuestionó sobre Alemán Arce, Charbonier Laureano reiteró que no podía abundar sobre los pormenores de la pesquisa y que se trataba de una investigación en curso.

“No sé absolutamente nada de eso. En términos de lo que ellos estaban investigando, no te puedo decir eso porque hacían preguntas diversas, de procesos y no algo en particular que yo te pueda decir ‘fue esto’”, señaló la también abogada, en su oficina en el edificio Luis A. Ferré, en San Juan.

Charbonier Laureano, quien preside las comisiones de Ética y de lo Jurídico en la Cámara de Representantes, subrayó que no podía comentar sobre el énfasis del FBI por deferencia al trato recibido y a la confidencialidad solicitada.

La candidata a reelección aseguró que las autoridades federales la trataron “con mucha deferencia, no fueron hostiles, me dijeron que yo no era tarjeta de investigación, porque les pregunté directamente”, en esta primera vez que es interrogada. Afirmó que no la citaron para otra ocasión, ni explicaron la razón de esta intervención a menos de un mes de las primarias, a celebrarse el 9 de agosto.

“Me pareció en un proceso determinado que desconocían lo que son los procesos de la Cámara administrativos y yo pues, estuve mucho rato explicándoles esos procesos, porque eran preguntas de procesos. Eso fue. Procesos y yo les decía 'esto se da de esta manera'. Me preguntaban cómo y yo les decía 'esto se da de esta manera', se los explicaba completo, de principio al fin”, expresó Charbonier Laureano, quien más tarde en sus declaraciones a la prensa apuntó que, en cuanto a su oficina, “lo menos que hago yo es trabajar con asuntos administrativos”.

¿Quién es Jonathan Alemán?

Alemán Arce comenzó a trabajar con Charbonier Laureano en el 2011, cuando la funcionaria aspiraba a la alcaldía del municipio de Río Grande.

“Él era Presidente de la Juventud de Río Grande y recuerda que yo estuve como candidata alcaldesa en Río Grande. Él me ayudó en la campaña y, al ayudarme en la campaña, pues yo primero pedí un destaque de él de Corrección, que estábamos en minoría, de Corrección a mi oficina, luego entonces yo absorbí su sueldo y siguió trabajando conmigo hasta el verano del 2019”, contó la funcionaria.

En julio de 2019, Alemán Arce decidió irse a trabajar en la Rama Ejecutiva tras los sucesos del verano en que se le exigió la renuncia a Ricardo Rosselló Nevares, a quien Charbonier Laureano apoyaba.

Un mes antes, en junio de 2019, ambos enfrentaron cuestionamientos públicos porque Charbonier Laureano le otorgó un contrato de $20,000 por apenas un mes y medio —o $125 la hora— en funciones de consultor, a modo de facilitar sus aspiraciones políticas. En ese entonces, Alemán Arce mantenía abierto un comité de campaña para aspirar a la alcaldía de Loíza por el PNP.

Días después de las preguntas sobre el contrato, se reveló que, luego de la emergencia del huracán María el 20 de septiembre de 2017, Alemán Arce utilizó para su campaña vehículos rotulados con el logo oficial de Unidos por Puerto Rico, una iniciativa sin fines de lucro impulsada por la entonces primera dama, Beatriz Rosselló.

Charbonier Laureano aseguró que no conversa con Alemán Arce “hace más de seis meses” y subrayó que desconoce de irregularidades que pudiesen haber ocurrido en su oficina legislativa.

“Todos esos empleados que hacen es un trabajo legítimo que hacen con mucho cariño. Todos los que están lo hacen con integridad. Inmediatamente que yo conozca que ellos no han hecho algo correcto, ellos saben que queda despedido”, afirmó la representante por acumulación.

Llamada temprana

Los agentes del FBI llegaron al hogar de Charbonier en Río Grande a las siete de la mañana y la llamaron al celular en dos ocasiones, pese a que ya se encontraban estacionados afuera.

Al responder en el segundo intento, los agentes solicitaron entrevistar a Charbonier Laureano y no fue hasta que la funcionaria abrió la puerta que se enteró que eran del FBI.

“Toda autoridad que venga a la oficina a hacer preguntas, yo se las voy a contestar. Yo no tengo ningún temor de algo que vaya a pasar o suceder”, indicó la funcionaria.

La representante por acumulación aseguró que contestó todas las preguntas que le cursaron porque era abogada, además de que entregó su teléfono —que le devolverían entre ayer en la tarde u hoy— cuando se lo solicitaron verbalmente y no fue hasta después que lo cedió que el FBI le mostró la orden de allanamiento al dispositivo.

“Él [el agente] de momento me preguntó y yo le dije que no tenía problema en entregarle nada, nada de lo que había en mi casa. No tenía problema que entrara, no tenía problema que buscara, no tengo problema de nada. Se lo dije específicamente a ellos. Si querían teléfonos, como que querían computadoras. De hecho, yo me fui y mi esposo se quedó allí y mi esposo sabe que la instrucción mía es que lo que ellos quisieran, si querían un vaso, pues un vaso se les iba a dar. No tengo problema con eso”, recalcó Charbonier Laureano.

Mutis en la cúpula de la Cámara

El allanamiento a la vivienda de Charbonier Laureano, quien preside cuatro comisiones en la Cámara de Representantes, no provocó reacción alguna del presidente de ese cuerpo legislativo, Carlos “Johnny” Méndez Núñez, ni de Pierluisi Urrutia, aspirante a la Gobernación que ambos apoyan.

La representante por acumulación aseguró que luego del suceso conversó con Méndez Núñez y justo antes de ofrecer declaraciones a la prensa estaba acompañada de Pierluisi Urrutia.

Mientras, el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, realizó expresiones a través de su portal en Facebook —como acostumbra— y exigió explicaciones “que evitaran interpretaciones incorrectas o infundadas”, ya que el allanamiento surge a menos de un mes de las primarias electorales.

“Nada más fuerte que una conciencia tranquila. La compañera es una persona cristiana, trabajadora y con un historial transparente y honesto en su trayectoria como abogada en la práctica privada así como también, en la Asamblea Legislativa. Confío que pueda dejar claro el alcance del allanamiento realizado hoy, deteniendo de esa forma, las especulaciones”, anheló Rivera Schatz.