Uso de 'taser' en Minillas violentó las órdenes bajo la Reforma de la Policía
La Policía utilizó indebidamente el arma electrónica al intervenir con cuatro manifestantes que bloquearon una de las entrada del Centro Gubernamental Minillas.
La decisión de un miembro de la Policía de desenfundar su dispositivo de control eléctrico, conocidos como 'taser', para romper una cadena humana que bloqueaba una de las entradas del Centro Gubernamental Minillas el jueves, así como el haberlo apuntado a su cuello, son violaciones a la Orden General 600-602 sobre el uso de estos dispositivos promulgada como parte de la Reforma de la Policía.
El jueves, manifestantes por justicia salarial y retiro digno en el servicio público, realizaron varios actos de protesta en el Centro Gubernamental Minillas. En una de las instancias, captada por el lente de NotiCel, cuatro hombres se encadenaron de brazos para bloquear una de las entradas al complejo de oficinas.
Un contingente de agentes en equipo antimotines intervino con el grupo y, específicamente, uno de los agentes desenfundó su taser y mientras agarraba a uno de los hombres junto a otros agentes, le colocó el aparato en la nuca mientras lo amenazaba. "No te resistas, déjate arrestar. No te resistas, voy a aplicar taser, 50,000 voltios", dijo mientras el hombre, identificado como delegado general de la organización Pro-Sol UTIER, aseguraba que no resistiría.
Al comparar el incidente con la Orden General 600-602 del 12 de julio de 2019, resalta que el aparato debe usarse ante "una persona que presenta una resistencia agresiva en cumplimiento de una orden". Son varias las instancias en la orden en la que se plantea el concepto de cuándo es correcto usar el aparato, incluso solo apuntarlo sin hacer una descarga eléctrica.
"[C]ontra una persona que está ejerciendo resistencia agresiva y letal... contra una persona que muestre resistencia agresiva, a tal grado, que a juicio del (agente), es más probable que resulte en lesiones a sí mismo o a terceros... (cuando la persona) amenaza de ocasionarse una lesión física".
En cuanto a la decisión de apuntar el arma, sin realizar la descarga, la orden indica que esto se permite "para intentar persuadirlo (al sujeto) y lograr su obediencia, en situaciones en las cuales la resistencia, la agresión o la violencia, sean razonablemente anticipadas".
Los manifestantes no tenían armas y optaron por sentarse en el piso encadenándose de brazos, por lo que no tenían las manos, brazos o piernas libres para agredir a los agentes.
Sin embargo, la orden establece que "apuntar en áreas superiores a los pectorales de una persona es considerada un mal uso y manejo del (taser), por lo cual el operador estará sujeto a medidas disciplinarias". El jueves, el agente apuntó el aparato a la nuca del manifestante, mientras le advertía que no se resistiera.
"Nos sorprendió bastante", dijo Mari Mari Narváez, la directora ejecutiva de Km0, una organización dedicada a monitorear a la Policía y la implementación de la reforma. "Me parece peligroso y extremo, sobretodo en unas circunstancias en que el individuo está sentado en el piso", añadió sobre la forma en que se usó el 'taser' en la protesta de Minillas.
"(La Policía) tienen que advertir antes de usar la fuerza, pero la Policía confunde los comandos verbales con las amenazas... era una amenaza que parecia un delincuente, esas no son advertencias, son amenazas y los policías no pueden amenazar a la ciudadanía, no es su rol", apuntó sobre la amenaza del policía de que aplicaría 50,000 voltios de electricidad si el manifestante no se dejaba arrestar.
A la pregunta de si la conducta de la Policía estaba justificada debido a que los manifestantes obstaculizaban la entrada a una instalación pública, Mari Narváez subrayó que "privilegiamos el derecho a la protesta porque es un derecho fundamental por encima de otros derechos que existan, como el caminar libremente hacia un edificio público".
Añadió que los "policías militarizados" que atendieron la protesta utilizaron "agarres de cuello peligrosos" y que las reglas de uso de fuerza de la Uniformada establecen que "todo del cuello hacia arriba es un nivel de fuerza 4, el máximo, (los agarres de cuello) son uso de fuerza letal".
Cuando NotiCel preguntó al teniente coronel Orlando Rivera Lebrón, si estaba justificada la intervención dijo que "se les había informado que si una persona quería entrar se les iba a garantizar la entrada. Si ellos interrumpían la entrada, nosotros tenemos que actuar conforme a ley". No quiso contestar, sin embargo, si se justificaba el uso de fuerza que desplegaron ante manifestantes que no estaban armados y protestaban pacíficamente. Solo dijo que se usó el "mínimo" de la fuerza.
En 2011, cuando el Departamento de Justicia federal inició la demanda bajo la que se ejecuta la Reforma de la Policía, uno de los casos de abuso de fuerza que utilizaron de base fue un incidente de 2007, en el que la Policía detuvo a una persona que les había hecho un gesto obsceno. Sin justificación legítima, los agentes golpearon al individuo en la cara y el cuerpo, fracturándole una costilla. Luego le aplicaron una descarga eléctrica con 'taser' y lo esposaron de manos y pies, arrastrándolo por el suelo y ordenándole que chillara como un cerdo. La persona demandó y el Gobierno de Puerto Rico transigió el caso.
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Vea:
Manifestantes cierran acceso a Minillas; Policía realiza arrestos