Viva la controversia sobre salud mental del 'Manco'
La condición mental de Luis Gustavo Rivera Seijo, mejor conocido como 'El Manco', al momento de confesarse asesino del niño Lorenzo González Cacho sigue siendo objeto de controversia.
El psiquiatra forense Antonio Sotomayor Rivera, quien atendió al 'Manco' en el Hospital Psiquiátrico Forense de Río Piedras, se sentó tímido en el banquillo de testigo ante la jueza Vilmary Soler Suárez, y en voz baja, casi inaudible, intentó responder a las preguntas hechas por Fiscalía sobre el estado mental del 'Manco', interrumpido constantemente por las objeciones de la defensa.
Los abogados que representan a Rivera Seijo en este proceso, todos miembros de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL), han sostenido en varias ocasiones que 'El Manco' no estaba en la condición de responder a preguntas hechas por las autoridades, que resultaron en sus confesiones.
El doctor Sotomayor Rivera explicó que a Rivera Seijo se le suministraba un medicamento antisicótico cada 21 días, para evitar trastornos perceptuales, como alucinaciones y delirios, así como para organizar el pensamiento y controlar la agresividad. Era inyectado al cuerpo a partir de una base aceitosa que entraba gradualmente y aseguraba el cumplimiento.
Hay pacientes que hablan ininterrumpidamente como si tuvieran un celular al oído, o que se dirigen a un foco al frente como hacia un interlocutor inexistente. Sin embargo, 'El Manco', a quien el psiquiatra podía observar desde su oficina, no presentaba ninguno de estos cuadros. Se quedaba silencioso en su cuarto y solo salía en las tardes a leer libros o revistas.
Definió la conducta del 'Manco' como la de una persona orientada – sabía quién era, dónde estaba, qué fecha vivía – y tranquila. 'No manifestaba conductas que sugirieran un trastorno perceptual alucinatorio', explicó. 'Parecía interactuar apropiadamente con sus compañeros… Siempre fue muy correcto', comentó.
Sin embargo, su testimonio fue escueto, debido a que el cuerpo de defensa del 'Manco', sobre todo en las voces de Jesús Hernández y Mario Moczó, impidieron que se entrara en las comunicaciones que sostuvo el psicoterapeuta con su paciente, llamando a la atención la confidencialidad que debe proteger ese diálogo.
'Hasta donde es de mi conocimiento, la confidencialidad es del paciente y él no la ha renunciado…. Yo como psiquiatra trato de proteger el derecho del paciente y quiero que eso conste', pidió aclarar el psicoterapeuta. Así lo hizo incluso cuando la Fiscalía pidió hacer una excepción, debido a la pertinencia de la información que podía despejar dudas sobre el estado mental del 'Manco', lo cual beneficiaría a la admisibilidad de la prueba.
Y entre esa prueba caen las confesiones que ha hecho el 'Manco', una de ellas al agente del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), John Morales, quienlo entrevistó el 6 de agosto de 2010cuando el superintendente José Figueroa Sancha pidió colaboración federal.
En esa ocasión 'El Manco' declaró que unas voces le indicaron que asesinara al niño Lorenzo en la madrugada del 9 de marzo de 2010. Cuatro años después, cambiaría su versión ante la fiscal federal María Domínguez, para decirle que fue su susto ante los repentinos ojos abiertos del niño lo que lo incitó a apuñarlo en la nariz.
A ninguno de los dos funcionarios federales le mencionó golpe alguno contra la cabeza de Lorenzo, precisamente el golpe con un objeto contundente que, de acuerdo al patólogo forense Carlos Chávez, fue el primer impacto que recibió el menor lo que lo dejó inmóvil pararecibir las heridas regulares con arma blanca.
La hermana menor del niño descansaba a su lado izquierdo. Mientras que en la confesión a la exfiscalsostuvo que la niña se movió pero no se despertó al momento del ataque, en la confesión a Morales, indicó que la pequeña abrió los ojos y observó la figura del 'Manco' frente a ella. De cualquier forma, negó haberle hecho daño.
Fueron tres o cuatro puñaladas con el cuchillo de acero inoxidable que había tomando de la cocina de Cacho para protegerse en caso de ser sorprendido en el interior de la residencia. ADomínguezcontó que tenía dos dientes en el filo y Morales que era de doble filo. El cuchillo, según Morales, 'El Manco' lo enterró en una casa vecina pero nunca lo encontraron.
También varía la motivación para entrar a la residencia. En su primera confesión, contó que entró para robar, ya que a su salida de la cárcel de Sabana Hoyos en Arecibo no tenía ningún tipo de posibilidad monetaria para subsistir en las calles. A Domínguez más bien le comentó que buscaba un sitio donde dormir, y lo atrajo la hamaca en el patio de la residencia de Cacho.
La entrevista a Rivera Seijode aquel agosto del 2010, se suscitó luego de que 'El Manco' surgiera como persona de interés, y que la pandilla Los Ñeta, organización criminal que se sitúa en la cárcel, emitiera una amenaza general al autor del asesinato al niño.
Cuando Morales le advirtió sobre la amenaza a Rivera Seijo, este reaccionó tranquilo y aseguró que, por un lado, no pertenecía a ninguna padilla - era neutral -, y por otro, que él no había tenido nada que ver con el asesinato del niño de ocho años, hallado muerto en su residencia. No obstante, el agente insistió, le leyó sus derechos, y entonces, cedióla confesión.
No obstante, al final de la entrevista, Morales, por órdenes de su supervisor Carlos Cases, le preguntó al 'Manco' sobre la figura de Arnaldo 'Naldy' Colón, a quien Rivera Seijo conocía de años. Preguntó si le temía, 'El Manco' respondió que no, y luego, que si había sido abusado sexualmente por él en el pasado, momento en que 'El Manco' se levantó alterado y dio por terminada la entrevista.
La vista en alzada continuará mañana, martes, a las 10:00 a.m. Durante abril pasado, el juez Carlos Salgado Schwarz decidió que no había causa para juicio en contra del 'Manco'.