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La Calle

Testifica agente del FBI que tomó confesión del 'Manco'

Luis Gustavo Rivera Seijo, mejor conocido como 'El Manco', padece de esquizofrenia desde sus 17 años. A menudo escucha voces, ha dicho, voces que se controlan cuando se medica.

En su confesión el 6 de agosto del 2010 a agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), Rivera Seijo relató que cuando entró en la recámara en que dormía el niño de ocho años Lorenzo González Cacho, unas voces le dijeron que lo matara.

Eso fue lo que motivó a Rivera Seijo a apuñalar tres o cuatro veces encima de la nariz al muchacho, según la confesión que obtuvieron el agente federal John Morales, el agente especial Joseph González y el teniente Raymond Cartagena, aquel 6 de agosto.

Eso relató Morales, quien ocupó la silla de testigo en el décimo día de vista preliminar contra Rivera Seijo, a quien se le imputa el asesinato en primer grado del niño Lorenzo en la sala 403 del Centro Judicial de Bayamón.

Pero durante esa confesión, Rivera Seijo no estaba medicado. Así se lo dijo a Morales, quien prosiguió con su entrevista, debido a que el paciente psiquiátrico le aseguraba que no escuchaba voces y se mostraba 'cooperador, consciente, lúcido'. En el directo liderado por el fiscal Mario Rivera Géigel, el agente del FBI relató detalles sobre la confesión que ofreció el imputado de 37 años hace casi seis años.

En marzo del 2010, el entonces superintendente José Figueroa Sancha solicitó la cooperación del FBI para dilucidar el caso del niño Lorenzo. Fue entonces que John Morales tomó las riendas del caso desde la agencia federal, que brindaría recursos de análisis de laboratorio y tecnología de triangulación de llamadas.

Entre sus labores, le tocó entrevistar a Rivera Seijo, quien se había convertido en persona de interés. Una bolsa plástica con sus documentos de excarcelación se había encontrado en el patio trasero de la residencia en Dorado del Mar donde ocurrió el incidente.

A su vez, la pandilla de prisión Los Ñeta había emitido una amenaza contra toda persona vinculada al asesinato del niño de ocho años, una advertencia general que en la vista Morales juzgó iba dirigida a Rivera Seijo, pero en el informe 302 que sometió luego de la entrevista, admitió como general.

El 6 de agosto del 2010, oficiales del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) trasladaron al Manco a las oficinas del FBI. Allí, reunido con los tres agentes en un cuarto de entrevistas sin ventanas, se sentó a la mesa.

Según Morales, El Manco aseguró en varias ocasiones 'que no tenía nada que ver con el asesinato' tanto al principio de esa entrevista, como en las reuniones con los agentes estatales Nicolás Maldonado y Simón Rosa, que había sostenido anteriormente.

Incluso, ante la amenaza de Los Ñetas, reaccionó sin miedo, sin molestia, disminuyendo el ataque a 'una cuestión de pandillas'. Sin embargo, luego, en su declaración jurada, asumió responsabilidad total de la muerte de Lorenzo.

En el 2008, sufrió un accidente de tránsito en el cual perdió su brazo izquierdo. Estudió un año en la Universidad de Puerto Rico y también tomaba pastillas para la alergia. Así empezó la entrevista, con una conversación sobre su vida y sus datos personales.

Luego, se le leyeron sus derechos, mejor conocidos como los 'Miranda Rights', y Rivera Seijo firmó el documento, renunciando a su derecho a un abogado y a mantenerse callado. Esto a pesar de que tenía abogadas por el caso que se llevaba a cabo en el Tribunal de San Juan de homicidio contra un deambulante, y que la jueza hubiese emitido una orden para que se consultara a la abogada antes de entrevistarlo. Por ese motivo, aún el contenido de la declaración y la confesión no se admitirá como prueba en este proceso judicial.

'Lo niega solo y sin abogado en dos ocasiones y usted siguió la entrevista', recalcó el licenciado Mario Moczó en su contrainterrogatorio.

Después de firmar, empezó a relatar otra versión de los hechos. Había llegado a las 2:40 de la mañana al área del centro comercial de Dorado, cerca de un Burger King y un Walgreens, hora que contrasta con la versión de Juan Vázquez, de 71 años, quien le dio pon desde la cárcel de Sabana Hoyos en Arecibo y testificó que lo había dejado en esa área cerca de las 10 de la noche.

A horas de la madrugada, se adentró en la urbanización de Dorado del Mar, en busca de una casa que pudiera 'robar', puesto que acababa de salir de la cárcel y no tenía dinero. Fue así que, caminando por la Calle Bruma, se topó con la residencia de Ana Cacho. Según la confesión, escaló la casa a través de un portón vecino y con la fuerza de su hombro derecho empujó la puerta y entró a la casa.

Vestía un pantalón de presidiario, una camisa con la palabra Florida y unos zapatos de prisión. Dejó los zapatos en la sala familiar donde luego se encontraría el celular – pero no los zapatos – y descalzo, anduvo con cuidado para no dejar huellas ni rastro de ADN, según relató a Morales. Sin embargo, en la cocina abrió la nevera, tomó jugo, comió de dos paquetes de galletas Oreo y Chips Ahoy, y tomó un cuchillo para 'defenderse' en caso de que alguien lo sorprendiera.

Subió al segundo nivel y allí la aparente silueta de alguien lo espantó. Bajó al primer nivel y se adentró en la recámara donde dormía Lorenzo. Fue ahí que las voces, según el testimonio, lo incitaron a asesinar al niño, a quien le perpetró puñaladas encima de la nariz. En el medio del acto, dijo en esa ocasión, Lorenzo se despertó y respiró como ahogándose. Su hermana, que dormía al lado, también abrió los ojos. El Manco nunca le hizo daño.

A preguntas del abogado Mario Moczó, de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL), quien realizó el contrainterrogatorio, Morales admitió que no se contactó a la niña para entrevistarla y que solo se transmitió la información a Fiscalía.

Por último, cobró relevancia nuevamente el nombre de Arnaldo 'Naldy' Colón. Del testimonio se desprende que Rivera Seijo se mostró tranquilo y cooperador hasta que se mencionó a Naldy. Al Manco se le preguntó si Naldy le daba miedo, si protegía a alguien, e incluso, si Naldy había abusado sexualmente de él cuando se criaban juntos en Dorado. Rivera Seijo se levantó de la silla contrariado, negó, y dio por terminada la entrevista. A Naldy no lo entrevistaron los agentes federales.

(Archivo/NotiCel)
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