Defensa del 'Manco' increpa sobre conocimiento criminal y drogas a testigos
William Marrero es agente del Servicio Federal de Aduana e Inmigración (ICE, por sus siglas en ingles). Porta un arma de fuego, y por su labor como agente federal, ha recibido tanto orientaciones sobre el procedimiento criminal como entrenamiento militar.
Marrero visitó la residencia de Ana Cacho, madre del niño Lorenzo, quien falleció el 9 de marzo del 2010 víctima de un ataque sanguinario que, entre laceraciones y golpes, le provocó un trauma cerebral. Durante la madrugada, Marrero –amigo de hacía unos 20 años de Cacho, y quienes habían recuperado el contacto en el 2009– conversó con Cacho y 'compartieron como pareja'.
Durante la mañana, antes de marcharse al trabajo, recibió una llamada de Arnaldo ‘Naldy' Colón, amigo de ambos, quien les avisó que Lorenzo había sufrido un accidente. Marrero acudió al Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT), donde divisó a miembros del Instituto de Ciencias Forenses. Allí se encontraba Cacho, que, entre lágrimas, le dijo 'Mi hijo ha muerto, mi hijo ha muerto'.
Sin embargo, Marrero aún no pensó que se tratara de un crimen. Desconfió de la condición de Cacho y pese a la presencia de Fiscalía en la residencia, mantuvo su pensar de que se trataba de un accidente. Hasta que llegó a la residencia y vio el dormitorio en que había ocurrido el accidente. Las manchas en la sangre en todo el cuarto, en muñecas, en la pared, en el mattress, lo hicieron percatarse de que se trataba de un asesinato.
Así que, pese a tener pleno conocimiento de que se trataba de una escena criminal, luego de que el ICF entregara la residencia a los familiares de Cacho, 'sin que nadie se lo pidiera', Marrero procedió a limpiar el área 'con doctor mecánico'.
Hacer hincapié en su oficio de 'agente federal' predominó en el contrainterrogatorio que lideró en la tarde de hoy, lunes, Jesús Hernández, de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL) y abogado de defensa de Luis Gustavo Rivera Seijo, mejor conocido como 'El Manco', quien enfrenta el cuarto día de vista preliminar por el cargo de asesinato en primer grado contra el niño Lorenzo.
Marrero, sentado a la silla de testigo, reconoció además que no acudió a las autoridades para sostener que de encontrar material genético suyo se debía a que había estado de visita en casa de Cacho el día anterior.
Durante su estancia, en la que conversaron, tomaron cada uno una cerveza –que es parte de la evidencia encontrada en la residencia– también se percató aparentemente de que las puertas de la residencia estaban todas cerradas. Cuando se fue, a su parecer, la casa quedaba cerrada.
El motivo de su visita, en parte, era llevarle unas pastillas para adelgazar, Adipex, que le había pedido la mujer. Aunque la defensa indagó en dos ocasiones si se trababan de píldoras Xanax, el interrogado repitió la marca de las pastillas que llevó a la residencia de la mujer en el complejo Dorado del Mar, donde vivía también su familia.
Este mismo fue el motivo por el cual Cacho justificó la visita de Marrero aquella noche a Jesús Jenaro Camacho, con quien sostenía una relación sentimental para aquel entonces, y quien fue el segundo testigo en sentarse a la silla durante la tarde del lunes.
Mientras tanto, 'El Manco' observaba con detenimiento los comentarios, alerta a lo que ocurría, con su uniforme azul de detenido, el pelo negro corto, y los ojos quietos.
Camacho contó a preguntas de la fiscal Aracelis Pérez, sobre su relación con Cacho, a quien conoció en el Hotel La Concha en una actividad social. Fue ‘Naldy' quien se la presentó, también fichado como sospechoso anteriormente. Naldy era amigo de Ana –'no de confianza', aseguró Marrero– pero le presentó a ambos a Camacho en octubre del 2009.
Para enero del 2010, Cacho y Camacho iniciaron una relación. Ese mismo mes, en una actividad que se realizó en la residencia de Cacho por motivo de la pelea del boxeador Juan Manuel López, conoció a los hijos de Cacho, con quienes más nunca compartió.
'Estábamos conociendo. Ana estaba en el proceso de divorcio', justificó Camacho que no era apropiada su presencia en la casa. Un día antes de aquella madrugada, el 8 de marzo de 2010, Camacho cenó con Cacho en una pizzería en Isla Verde. Tras la cita, Cacho se marchó hacia su residencia en Dorado, como ya había declarado ella misma en su testimonio durante este proceso.
En el contrainterrogatorio de la defensa, a preguntas del licenciado Mario Mozcó, Camacho reconoció que para el tiempo de los hechos, fumaba marihuana'casi a diario'. Sin embargo, negó alguna vez consumirmarihuana junto a Cacho, incluso en las noches que pernoctaban juntos en su residencia en Santurce. A Cacho se le encontró una pipa para consumir marihuana en su residencia.
Camacho también mencionó las cinco entrevistas que ha sostenido con las autoridades: Fiscalía, la Policía y el Negociado Federal de Investigaciones (FBI). A su segunda entrevista con las fiscales Wanda Casiano y Mariela Santini, acudió en compañía de su abogada porque un periódico del país ya lo había involucrado en una escena de sexo y drogas el día del crimen, lo cual negó rotundamente.
Para su cuarta entrevista, esta vez en el Departamento de Justicia, le informaron que era sospechoso y le ofrecieron inmunidad, 'lo cual rechacé', dijo.