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La Calle

Abuelos maternos de Lorenzo exigen reencontrarse con sus nietas

Han pasado cinco años y siete meses desde que ocurrió el asesinato del niño Lorenzo González Cacho, entonces con ocho años de edad. Cinco años y siete meses despues, sus abuelos maternos reclaman que se esclarezca el caso de una vez con la sentencia al culpable, para regresar a la normalidad.

'Esto no tiene ningún tipo de lógica, nosotros somos víctimas. Tuvimos la desgracia, la tragedia de la muerte de nuestro nieto, y el secuestro esa misma noche por la institución del Departamento de la Familia de Puerto Rico de las nenas', dice Carlos Cacho, con la voz quebrada.

La entrevista hecha por la periodista Milly Méndez para el programa Los 6 de la Tarde, desata las tímidas lágrimas de los abuelos maternos de Lorenzo, que carecen de contacto con sus nietas, las hermanas del niño que en la noche del crimen tenían 13 y 5 años de edad, las cuales luego pasaron a la custodia de su padre Ahmed Alí González.

'No veo la razón ni legal ni moral de por qué en cinco años y siete meses no podemos tener una relación familiar con nuestras nietas', dice Cacho con los ojos llororos.

'Estas personas que han tomado estas decisiones erróneas, inhumanas, no saben lo que están haciendo, le han dañado la vida a esas dos niñas… Hay una maldad bien grande', refuta el abuelo. Para Cacho, ha habido una manipulación en todo este período. 'En cinco años y medio a una niña le pueden hacer maravilla en su mente', añade.

Cacho aprovecha la plataforma para denunciar una vez más las acciones del Departamento de Justicia, que tardó cuatro años en entrevistarlo. A Cacho se le cuestionó que dispusiera del matre manchado de sangre en que se había hallado el niño moribundo, pero este se defendió una vez más con su versión sostenida de que fue la fiscal Mariela Santini quien lo incitó a que así lo hiciera para limpiar a la casa ante los ojos de las menores.

'Que tomen las medidas para que podamos ver a esas niñas dentro de un marco de paz y un marco terapéutico', pide la abuela Yvette González. Para ella, la afirmación de que todo se resolvería en los tribunales dista mucho de ser un pronóstico alentador. 'No queremos estar el resto de nuestras vidas en las cortes y someter a esas niñas a más sufrimiento', afirma.

El escaso contacto con las hermanas de Lorenzo es el principal reclamo actual de la familia. González cuenta que asistió a una actividad y no pudo reconocer a la joven que le afirmaban que era su nieta. 'Yo no la reconocía', dice con la voz quebrada.

Por su parte, Cacho carece de cualquier tipo de vínculo con sus nietas. 'Ya nos veremos algún día y las podré abrazar y continuar nuestras vidas como antes. Somos víctimas igual que ellas', termina.

El reconocido caso de Ana Cacho se catapultó en marzo del 2010, cuando murió su hijo de ocho años, Lorenzo. Su madre lo llevó al Centro de Diagnóstico y Tratamiento de Dorado, donde lo confirmaron muerto, luego de desangrarse durante horas. Cacho en aquel momento sostuvo que se había caído de la cama.

Sin embargo, la autopsia reveló que Lorenzo fue gravemente herido por un cuchillo y un objeto contundente en su rostro, lo cual encajaba más con un homicidio que con una simple caída de una cama de unas 30 pulgadas de altura sin madera ni metal.

Ana Cacho fue considerada una de las principales sospechosas del asesinato hasta que el 9 de marzo de 2015, a cinco años del sangriento suceso, el Departamento de Justicia anunciara que ya no aparecería más en la lista de sospechosos.

'Ana Cacho es inocente, cien por ciento, y la prueba la tenemos de que ella es inocente', dice con toda seguridad su padre. 'La pueden acusar y va a salir inocente… Me pregunto yo cuántas personas inocentes estarán en la cárcel ahora mismo', persiste Cacho.

Los otros sospechosos eran tres hombres que se encontraban en la casa en la noche del asesinato, el novio de Cacho Jesús Genaro Camacho, el amigo Arnaldo 'Naldy' Colón y el agente federal William Marrero. A estos también los retiraron como sospechosos en marzo pasado.

'Hay un asesino en la calle suelto y eso es lo preocupante de esto', concluye la abuela

(Pantallazo / Los Seis de la Tarde)
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