Rivera Guerra sigue como si nada
El representante novoprogresista José Luis Rivera Guerra comenzó su campaña a la reelección en grande con una caravana este domingo en Moca y Aguadilla, a la sombra de una controversia que lo mantiene como el incumbente que más división causa en el liderato estadista, debido al escándalo por la luz, el agua, y el CRIM que no paga en sus residencias.
Rivera Guerra le dijo a la revista regional La Calle que la respuesta a la convocatoria para la caravana fue 'demasiado buena y entusiasta', mientras que allegados al representante aseguraron que en la actividad hubo 500 vehículos.
El alcalde de Yauco, Abel Nazario, acompañó a Rivera Guerra, pero no así los alcaldes novoprogresistas incumbentes de Aguadilla, Carlos Méndez, ni Moca, Kiko Avilés.
Después de haberse salvado de la expulsión de la Cámara de Representantes, mediante exoneración de su Comisión de Ética que sólo lo sancionó con 10 días sin pago de dieta, el futuro político de Rivera Guerra depende de dos acciones iniciadas por el gobernador Luis Fortuño: un referido al Departamento de Justicia, y uno al Directorio del Partido Nuevo Progresista que sesiona el próximo 17 de febrero para, entre otros, decidir sobre si el legislador se queda o no en la papeleta azul.
Parece que Rivera Guerra tiene apoyo en su región, y que está decidido a enfrentar políticamente al Gobernador y a presionar públicamente al Directorio del PNP.
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