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Jueves 12 de enero de 2012 – Nace el precursor del drama de la 'Redención' de Puerto Rico y de todo nuestro Hemisferio Americano: José Limón de Arce
Un día como hoy, hace 135 años, nació el escritor e intelectual arecibeño José Limón de Arce.
Según el destacado dramaturgo e historiador puertorriqueño, Roberto Ramos Perea:
'José Limón de Arce es el intelectual puertorriqueño más importante de la década del 10 (1910-1920)... y podríamos decir que uno de los más importantes intelectuales (de cualquier época). Él nació en Arecibo, se crió en Arecibo, se desarrolló como poeta, como dramaturgo, como historiador y una de sus más importantes contribuciones es sus estudios científicos sobre el espiritismo. Sus trabajos, yo los he leído, y era un hombre extraordinario.'
José Limón de Arce escribió usando el pseudónimo de Edmundo Dantés. En 1906, publicó su obra dramática más recordada: 'Redención'. En dicha obra, se aborda el tema de la lucha por la dignidad del obrero puertorriqueño mediante la reivindicación moral y económica de los trabajadores. Dichas reivindicaciones se plantean de manera alegórica y en paralelo al abuso que comúnmente cometían hombres adinerados y poderosos frente a mujeres de escasos recursos económicos.
Según otro dramaturgo boricua, José Luis Ramos Escobar, 'Limón de Arce desarrolla la trama de manera que los espectadores se identifiquen sentimentalmente con los personajes y acepten más fácilmente la ideología proletaria que la obra transmite.'
Así pues, la obra 'Redención' de José Limón de Arce puede verse como predecesora literaria de obras posteriores que han ganado gran aclamación popular alrededor del mundo tras ser adaptadas al cine, algo que constituye terreno fértil por explotar en el caso de la obra de Limón de Arce. A manera de ejemplo, se encuentra 'Ardiente Paciencia' del autor chileno Antonio Skármeta y la adaptación que se hizo de ésta para la pantalla grande, 'Il Postino' (El Cartero de Neruda), ganadora del Oscar para Mejor Película Extranjera (1994).
Así pues, en momentos en que muchos parecen estar cerca de perder la esperanza, procede evocar las palabras concluyentes de uno de los más grandes poetas que ha parido nuestra América Latina, la inmortal voz de nuestra dignidad y esperanza panamericana:
'... Heredamos la vida lacerada de los pueblos que arrastran un castigo de siglos, pueblos los más edénicos, los más puros, los que construyeron con piedras y metales torres milagrosas, alhajas de fulgor deslumbrante: pueblos que de pronto fueron arrasados y enmudecidos por las épocas terribles del colonialismo que aún existe.
Nuestras estrellas primordiales son la lucha y la esperanza. Pero no hay lucha ni esperanza solitarias. En todo hombre se juntan las épocas remotas, la inercia, los errores, las pasiones, las urgencias de nuestro tiempo, la velocidad de la historia. Pero, qué sería de mí si yo, por ejemplo, hubiera contribuido en cualquiera forma al pasado feudal del gran continente americano? Cómo podría yo levantar la frente, iluminada por el honor que Suecia me ha otorgado, si no me sintiera orgulloso de haber tomado una mínima parte en la transformación actual de mi país? Hay que mirar el mapa de América, enfrentarse a la grandiosa diversidad, a la generosidad cósmica del espacio que nos rodea, para entender que muchos escritores se niegan a compartir el pasado de oprobio y de saqueo que oscuros dioses destinaron a los pueblos americanos.
Hace hoy cien años exactos, un pobre y espléndido poeta, el más atroz de los desesperados, escribió esta profecía: A l'aurore, armés d'une ardente patience, nous entrerons aux splendides Villes. (Al amanecer, armados de una ardiente paciencia entraremos en las espléndidas ciudades.)
Yo creo en esa profecía de Rimbaud, el vidente. Yo vengo de una oscura provincia, de un país separado de todos los otros por la tajante geografía. Fui el más abandonado de los poetas y mi poesía fue regional, dolorosa y lluviosa. Pero tuve siempre confianza en el hombre. No perdí jamás la esperanza. Por eso tal vez he llegado hasta aquí con mi poesía, y también con mi bandera.
En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres.
Así la poesía no habrá cantado en vano. '
-Pablo Neruda, Discurso pronunciado al recibir el Premio Nobel de Literatura, otorgado por la Academia por brindar 'una poesía cuya fuerza es de una fuerza elemental que trae vida a los destinos de un continente y sus sueños', 10 de diciembre de 1971, en Estocolmo, Suecia
Encontremos, redescubramos y compongamos la poesía borincana y latinoamericana cuya fuerza elemental nos eleva a soñar e insuflar de vida los destinos y sueños de nuestro Puerto Rico y los de nuestro hemisferio entero!
Para más información histórica, sigue a Hans Perl Matanzo y a Ana Gabriela González Oliva en Rico Puerto Rico.