'Una jíbara de Añasco' pedirá al Supremo federal acabar con el discrimen hacia PR
Cuando la licenciada Jessica Méndez Colberg argumente mañana ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos como la representante de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), se escribirá una página importante en la historia de ese foro.
Méndez Colberg representa, a sus 33 años, a diversas minorías. No tan solo es mujer y puertorriqueña, sino que su práctica la inició hace solo cinco años, y ahora deberá ocupar posición de tú a tú en un foro dominado por hombres anglosajones blancos. De hecho, uno de los nombres más conocidos en la sala, el exprocurador general de los Estados Unidos, Ted Olson, ya representaba al gobierno de los Estados Unidos ante el Supremo federal en 1981, antes de que naciera la abogada que se presenta como 'una jíbara de Añasco'.
Que se haya constatado, Méndez Colberg sería la tercera mujer que defiende a una parte de Puerto Rico ante el Supremo federal. Su equipo es solamente ella y el licenciado Rolando Emmanuelli Jiménez, mientras que las demás partes -la JCF, el Procurador General de los Estados Unidos y el fondo de inversión Aurelius- cuentan con decenas de abogados cada uno.
Cuando le toque hablar el martes, solo tendrá un minuto para exponer su punto antes de que cualquiera de los nueve jueces la pueda interrumpir para preguntarle sobre los más oscuros precedentes legales y cómo estos pueden derrotar su razonamiento. Sería como una Mónica Puig, pero con nueve jugadores tirando bolas desde el otro lado de la malla, en vez de solo uno.
'Asusta un poco. No lo voy a negar, pero, a la misma vez, no hace tanto estaba encerrada estudiando para la reválida, y eso es lo que he estado haciendo todo este tiempo, incluyendo fines de semana: estudiando esto nada más. Leyendo, estudiando, practicando sola, teniendo sesiones de prácticas con abogados profesores que conocen el caso y han hecho el rol de jueces… me interrumpen y hacen la pregunta una y otra vez', dice a NotiCel.
La abogada hizo un bachillerato y maestría en recursos humanos, tras descartar la contabilidad por considerarla 'aburrida', ya que limitaba su contacto con las personas. Estudió en el Colegio de Mayagüez y desde siempre supo que le interesaba la práctica legal, específicamente, los asuntos de derecho laboral.
Cuando comenzó a trabajar en el bufete con Emmanuelli Jiménez inició en la práctica de quiebras de consumidores, antes de que se aprobara la ley PROMESA, que habilitó el proceso de quiebra del gobierno de Puerto Rico y el nombramiento de la Junta de Control Fiscal (JCF). Luego, al aprobarse esa ley, comenzó a estudiarla, así como el impacto que tendría en Puerto Rico, un asunto muy relacionado al área de quiebras que ya practicaban.
Y todo pasó muy rápido. De esa 'práctica sencilla de quiebras de consumidores', hoy, Méndez Colberg se prepara día y noche, los siete días a la semana, para presentar el caso de la UTIER en el Supremo durante la vista de 80 minutos, en defensa de la postura de que se declaren inconstitucionales los nombramientos de la JCF y nulas todas sus decisiones hasta ahora.
Pero sus argumentos van más allá y cargan un propósito que podría tener ramificaciones para la forma en que Estados Unidos ha tratado a la Isla, ya que busca que el Supremo revoque la línea de casos que se ha venido a conocer como los 'Casos Insulares'. Estas decisiones del Supremo federal datan de hace más de 100 años y avalan el poder del Congreso para tratar distinto a los territorios, que en ese momento incluían no solo a Puerto Rico sino a Filipinas (ya independiente) y a Hawai y Alaska (los cuales se convirtieron en estados luego). Los casos han sido criticados porque, entre otras cosas, se basan en una actitud racista y xenofóbica que llega al punto de catalogar a los residentes de la los territorios como 'alien races' (razas ajenas a lo que se veía como la raza que dominaba en Estados Unidos). De hecho, uno de los argumentos de Méndez Colberg es que si el Supremo ya revocó el caso donde se validó el que Estados Unidos tuviera campos de concentración para ciudadanos japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, también debe eliminar los casos que validan un trato distinto para Puerto Rico.
En lo que llama una decisión estratégica de litigio, entiende que, precisamente, ser mujer, joven y ajena al grupo de abogados que usualmente comparece al Supremo le ayudará a que sus argumentos capturen la atención del grupo de nueve jueces, que incluye a tres mujeres, entre ellas la puertorriqueña Sonia Sotomayor.
'El Tribunal Supremo es un foro muy pequeño, en donde están acostumbrados a ver a los mismos abogados de mucha experiencia, de muchos años, particularmente blancos y esa es la audiencia que siempre tiene el Tribunal Supremo. Así que, considerando que está la jueza Sotomayor, puede captar más la atención de los jueces que sea una mujer puertorriqueña, joven, representando a la Unión y podemos tener una representación de todas las minorías ahí', expone. 'Y puede ser así porque nos han dado paso. A pesar de que todas las partes han presentado los escritos necesarios para oponerse (a) que nosotros tengamos participación en el Supremo, el Supremo como quiera expidió nuestros recursos, nos dio tiempo para la argumentación y eso dice que la estrategia está funcionando'.
'No voy a negar que es un reto, nunca he argumentado en el Supremo tampoco, todas son experiencias nuevas, pero estamos confiados en que tomamos la decisión correcta, que son argumentos fuertes y eso es lo importante. No creo que el hecho de que sean mayores y con más experiencia represente para mí un impedimento para presentar el caso en el momento que lo vamos a hacer', destaca quien se identifica como una jíbara de Añasco con orgullo, soltera y madre de una perrita que rescató de la calle.
Aunque está muy enfocada en estudiar su caso, Méndez Colberg intenta correr en sus pocos momentos libres, así como pintar, para liberar el estrés. También disfruta de quedarse en casa para leer o escuchar al grupo de rock Bon Jovi, su artista favorito, y a quien ha sustituido en sus viajes largos, por las grabaciones de argumentos orales que están disponibles en Internet, y acostumbrarse al discurso de los abogados del Supremo.
Su participación, sin lugar a duda, ha causado revuelo en el Supremo. Tras aceptar que son considerados los ‘underdogs' relató que tan pronto el Supremo aceptó el caso, tuvo acercamientos de muchas personas, entre ellas, un artista que quiere pintarla porque ha ido documentando sobre los abogados que postulan ante el Supremo; periodistas de Estados Unidos preguntando qué vínculos tiene con el Tribunal Supremo, y cuántas veces ha argumentado en el Supremo.
'Es importante el hecho de que soy mujer, también de que soy joven, todo es un conjunto, ser puertorriqueña, también los intereses de Puerto Rico están en juego y el hecho de que yo sea mujer, cuando a la mujer le ha costado tanto asumir posiciones de liderazgo en el mudo laboral, es importante y lo vemos en la composición del Tribunal Supremo, que en toda su historia solo han habido cuatro y de ordinario lo que ves son hombres. Me siento afortunada de ser la mujer a la que le toca esto', dice con seguridad.
Y con eso, la abogada terminó su entrevista con NotiCel y salió del cuarto a atender la llamada de la imprenta que la buscaba desesperadamente para revisar el escrito que la UTIER radicaría ante el Supremo ese día. Emmanuelli Jiménez continuó la conversación sobre el razonamiento legal de la UTIER pero, cuando se le escapó el nombre de uno de los casos que estaban usando, se escuchó la voz fuerte y firme de la jíbara de Añasco gritárselo desde el otro cuarto, para entonces seguir atendiendo a la imprenta.