5 revelaciones sobre el Presidente de la JSF y su visión cristiana
Perfil del presidente de la Junta de Supervisión Fiscal explora la forma en que analiza los problemas legales y sociales bajo el lente de sus convicciones religiosas.
Un artículo que expone la vida y carrera como profesor de Derecho del presidente de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), David Skeel, resalta que es parte de un grupo de académicos que impulsa un enfoque evangélico protestante al análisis de la ley y, en su caso, de la especialidad de quiebras.
La nota fue publicada el 23 de junio en The Pennsylvania Gazette, la revista de exalumnos de la Universidad de Pennsylvania, en cuya Escuela de Derecho trabaja como profesor.
A continuación, algunos datos resaltables del artículo, que puede acceder íntegro en el enlace al final.
-Lleva 17 años sirviendo como anciano en la Décima Iglesia Presbisteriana de Philadelphia. Ha sido síndico de la escuela secundaria de la iglesia y lleva más de una década en la Junta de Directores de la entidad publicadora de la revista Word, cuyo lema es "Periodismo sólido, fundamentado en hechos y la verdad bíblica".
-Como hijo de una maestra y un médico de la Fuerza Aérea, pasó la niñez moviéndose por distintos estados sin nunca ir a la iglesia. Leyó la Biblia por primera vez por curiosidad intelectual como parte de sus estudios de Inglés en la Universidad de Carolina del Norte. La leyó en un viaje que hizo con dos amigos a Las Vegas a entregar una guagua a un concesionario.
-“Soy muy evangélico, pero muy no fundamentalista", dijo para describir la práctica de su fe.
-Inicialmente no aplicó explícitamente su visión cristiana en sus trabajos sobre el área de quiebra, pero "llegó un momento en que me di cuenta de que la historia del Cristianismo, -la historia del Evangelio, como podríamos decir-, y la idea del comienzo nuevo mediante la quiebra son un paralelo muy cercano". Añadió que la oración del Padre Nuestro es el ejemplo "más dramático" de cómo la quiebra y el cristianismo se reflejan una a otro en la frase “Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores". En ese sentido, ha dicho que su trabajo con la deuda de Puerto Rico "puede ser la actividad más cristiana en la que haya participado".
-Cree que si la versión del derecho y la justicia que se encuentran en la Biblia se aplicaran literalemente hoy, violarían múltiples conceptos del Derecho porque las prohibiciones que hay en el texto sagrado del cristianismo pueden ser demasiado amplias para saber exactamente qué es lo que se supone que no se haga. Otra forma en que ha desarrollado ese pensamiento es su oposición al impulso de los cristianos modernos de que las leyes recojan sus dogmas morales. Entiende que las leyes más cristianas no son las que buscan prohibir vicios u obligar a que la ciudadanía refleje las virtudes religiosas, sino las que promueven justicia a través de establecer relaciones entre distintos grupos sociales, como las leyes federales de Derechos Civiles de 1964 y de Derecho al Voto de 1965.
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