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SAN JUAN WEATHER
Inteligencia Social

El Viejo San Juan: una comunidad en peligro de extinción

Una tarde me fui

Noel Estrada

hacia extraña nación

Pues lo quiso el destino

Pero mi corazón

Se quedó frente al mar

En mi viejo San Juan.

La zona histórica del Viejo San Juan es orgullo patrimonial para todos los puertorriqueños. Vivir aquí es un privilegio. Así lo afirman cientos de residentes que atesoran la fibra histórica de sus hogares y la riqueza sociocultural de esta insigne comunidad. El Viejo San Juan por su belleza y patrimonio histórico es, por supuesto, un área de gran atracción turística con cientos de negocios locales y miles de empleados contribuyendo significativamente a la economía del país.

Previo al comienzo de las Fiestas de la Calle San Sebastián, los residentes preparan sus hogares para recibir y compartir con miles de visitantes. Su exito como evento cultural y de festividad nacional se debe en gran parte a la colaboración y apoyo de los residentes y comerciantes del Viejo San Juan.

La idea de esta celebración se origina del interes de residentes de la calle, liderados por doña Rafaela Balladares y don Ricardo Alegría. Las fiestas siempre están enmarcadas en la belleza de su entorno arquitectónico y patrimonio edificado.

Gracias a la visión de preservar y proteger esta ciudad, don Ricardo facilitó su restauración en un 90% por sus residentes con el propósito de favorecer que regresaran familias a vivir en el Viejo San Juan.

Las zonas residenciales representan un componente esencial del carácter de nuestra ciudad amurallada. La composición social de la comunidad es diversa ya que incluye comerciantes, trabajadores, artistas, profesores, personas retiradas, políticos, maestros, estudiantes, ancianos, escritores, familias con niños, medicos, abogados, entre muchos otros.

Como en toda ciudad histórica y llena de vitalidad, las zonas residenciales proveen un balance con las zonas comerciales, donde se desarrollan las actividades de negocios, las cuales los residentes auspician activamente.

Desafortunadamente en la actualidad, las zonas residenciales en el Viejo San Juan están en peligro de extinción. Cada día las áreas de residentes bona fide se achican debido en gran medida a la construcción de hoteles tipo boutique y de cientos de apartamentos de renta a corto plazo (tipo Airbnb) en medio de zonas residenciales. Los dueños de estos negocios tienen como objetivo primordial el lucro sin considerar el impacto que traen a la vida del vecindario donde se imponen. Actualmente, hay edificios de apartamentos completamente dedicados a alquileres a corto plazo, funcionando como un hotel pero sin los debidos permisos. Es urgente que la Legislatura Municipal trabaje un reglamento que regule la proliferación desmedida de este tipo de negocio en áreas residenciales.

La infiltración de este tipo de actividad comercial en zonas residenciales del área trastoca el equilibrio urbano ya que de facto disminuye significativamente la población de residentes de la ciudad desplazando así habitantes que por decadas han considerado el Viejo San Juan su hogar.

Peor aún, estos negocios enquistados en calles residenciales son fuentes de exceso de ruidos de día y de noche, conllevan un aumento en el tráfico de autos en las calles adoquinadas de gran fragilidad, propician problemas de seguridad y trastocan la tranquilidad comunal que caracteriza estas zonas.

Si bien es cierto que fomentar el turismo es parte esencial del desarrollo económico del país en momentos de crisis financiera, esta acción no debe ir en detrimento de la comunidad que lo recibe. Es menester del Municipio autónomo de San Juan y el Instituto de Cultura Puertorriqueña articular un plan para las zonas comerciales que ocupan la mayor parte del Viejo San Juan sin menoscabar y desproteger sus zonas residenciales. El inminente desplazamiento de los residentes de las pocas zonas residenciales restantes resultará en una ciudad fantasma, habitada por personas que no se conocen, y que en nada atraerá al turista. Parte importante del patrimonio histórico del Viejo San Juan es la diversidad de su comunidad. Por ende, la preservación de las zonas residenciales es sumamente importante defenderla.

Más información en https://goo.gl/2kpykB

La autora es catedrática e investigadora puertorriqueña en Neurociencia de la adicción del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras. Reside en la Calle San Sebastián hace 18 años.

(Archivo / NotiCel)
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